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Introducción
En esta unidad abordaremos un tema muy importante para entender nuevas formas de organizar la economía desde una perspectiva más humana, participativa y equitativa: la economía social y solidaria. A lo largo de la clase, revisaremos cómo este modelo se ha desarrollado como una alternativa frente a los enfoques tradicionales centrados únicamente en la acumulación de capital. Empezaremos con un recorrido por su historia y definición, para comprender cómo han surgido estas iniciativas desde las comunidades, cooperativas y asociaciones, con el objetivo de priorizar el bienestar colectivo por encima del lucro individual.
También conoceremos el marco legal que existe en Ecuador para apoyar y regular estas formas de organización económica, algo que es clave para su crecimiento y sostenibilidad. Finalmente, reflexionaremos sobre los retos actuales que enfrenta la economía social y solidaria, como el acceso al financiamiento, la formación técnica o la inclusión en los mercados. A través de este análisis, te invito a pensar cómo estas prácticas pueden fortalecer el desarrollo local, generar empleo digno y construir una economía más justa, especialmente en contextos marcados por la desigualdad. El Resultado de Aprendizaje (RDA) de la clase es discutir los principales fenómenos económicos, sociales y ambientales del entorno local, nacional y mundial, enfatizando posibles cambios, fluctuaciones y sus consecuencias para las condiciones de vida.
Termino
Buen Vivir: También conocido como Sumak Kawsay, en lengua kichwa, es un concepto de origen andino que propone una forma de vida basada en la armonía entre las personas, la comunidad y la naturaleza. A diferencia de las visiones occidentales centradas en el crecimiento económico individual, el Buen Vivir plantea el desarrollo como un proceso colectivo, que busca el equilibrio, la solidaridad y el respeto por la vida en todas sus formas. Este principio ha sido incorporado en marcos legales como el de Ecuador, donde orienta políticas públicas hacia una economía más humana, equitativa y sostenible.
Termino
Prácticas económicas transformadoras: Se entiende por prácticas económicas transformadoras a aquellas formas de organización y producción que rompen con la lógica dominante del mercado tradicional, priorizando el bienestar colectivo, la equidad y la sostenibilidad. Estas prácticas incluyen experiencias como el comercio justo, las finanzas éticas, el consumo responsable, la economía social y solidaria, entre otras. Su objetivo es generar cambios estructurales en la forma en que se producen, distribuyen y consumen bienes y servicios, promoviendo una economía centrada en las personas, el cuidado del entorno y la justicia social.
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14.1. Economía social y solidaria
La Economía Social y Solidaria (ESS) es un modelo económico que prioriza el bienestar de las personas y el entorno por encima del lucro individual (RIPESS, 2015). Se basa en valores como la solidaridad, la equidad, la justicia y la democracia participativa. A diferencia de los sistemas económicos tradicionales, la ESS busca una distribución más justa de la riqueza y promueve la inclusión social a través de prácticas económicas colaborativas y sostenibles. El gráfico a continuación (Gráfico 1) presenta la visión integral de la economía social y solidaria, destacando que su objetivo principal es el bienestar de las personas y el respeto a la naturaleza, utilizando el dinero y el capital solo como medios, y no como fines.
A través de este enfoque, se busca alcanzar el "", un concepto profundamente relacionado con la armonía comunitaria, la equidad y la sostenibilidad y plasmado en la Constitución del Ecuador. El gráfico distingue dos dimensiones complementarias: la economía social, que funciona dentro de la lógica de mercado mediante cooperativas, ahorro, crédito y producción organizada; y la economía solidaria, que se desarrolla fuera del mercado tradicional, a través de prácticas comunitarias como el trueque, el tequio o las ollas comunes. Esta representación ayuda a entender cómo ambas formas promueven relaciones económicas centradas en la colaboración, la reciprocidad y el cuidado mutuo, alejadas de la lógica individualista del lucro.
Gráfico 1: Economía Social y Solidaria Nota. Tomado de Economía Social y Solidaria (INAES, 2022). El Instituto Nacional de la Economía Social (INAES) en México es un organismo clave para el fomento y promoción de la ESS
La ESS tiene principios fundamentales. Los principios de la economía social y solidaria son cruciales porque orientan sus prácticas hacia el bienestar colectivo, el respeto por las personas y la sostenibilidad del entorno. A diferencia de los modelos centrados en la acumulación de riqueza, este enfoque promueve la equidad, la cooperación, la autogestión y la participación democrática como pilares de su funcionamiento.
Valores como la solidaridad, la justicia y la transparencia fortalecen el compromiso de las organizaciones con su comunidad y con un desarrollo que prioriza lo humano sobre lo puramente económico. Estos principios permiten construir relaciones económicas más justas e inclusivas, donde las decisiones se toman en conjunto y el trabajo se reconoce como una forma de dignidad, no solo como medio de lucro (Razeto, 2007) (Gráfico 2).
Gráfico 2: Principios de la Economía Popular y Solidaria Nota. La Economía Popular y Solidaria (EPS) se basa en valores como solidaridad, justicia y transparencia, priorizando lo humano sobre lo económico para construir relaciones económicas más justas e inclusivas . Tomado de Principios de la Economía Popular y Solidaria (Sorrentino, 2020).
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14.1.1 Historia y definición
La economía social y solidaria tiene antecedentes históricos en formas tradicionales de organización comunitaria y cooperación mutua que han existido en diversas culturas del mundo (Coraggio, 2011). No obstante, su formulación moderna comenzó a consolidarse en el siglo XIX, particularmente en Europa, a través del surgimiento de cooperativas, mutuales y asociaciones de trabajadores. Estas formas de organización surgieron como respuesta a las condiciones de explotación y desigualdad generadas por la industrialización, y proponían alternativas económicas orientadas a la satisfacción de necesidades colectivas antes que al beneficio individual (INAES, 2022).
Frente a un modelo tradicional que prioriza el beneficio individual, la economía social, solidaria y colaborativa nos muestra que es posible construir alternativas más humanas y sostenibles. La inclusión de principios como la democracia, la participación libre, y el desarrollo territorial sugiere que el crecimiento económico no tiene por qué estar desvinculado del bienestar colectivo ni del respeto por los recursos naturales. Además, el uso de tecnologías y plataformas colaborativas plantea un horizonte donde la innovación se pone al servicio de la comunidad. En tiempos marcados por la desigualdad y la crisis ambiental, esta propuesta representa una oportunidad para re imaginar nuestras prácticas económicas desde una lógica más justa y consciente (Gráfico 3).
Gráfico 3: Perfil de la Economía Social y Solidaria Nota. Tomado de (Cartagena de Leiva, 2020)
En América Latina, la ESS se ha desarrollado como una estrategia de resistencia y transformación social ante las recurrentes crisis económicas, la exclusión social y los límites del modelo capitalista tradicional. En el caso ecuatoriano, las prácticas de economía solidaria tienen raíces profundas en las cosmovisiones indígenas, donde principios como la reciprocidad, la ayuda mutua y el bien común han sido parte esencial de la vida comunitaria. Estas experiencias han nutrido una forma de economía que prioriza la vida digna y el desarrollo local con participación activa de sus miembros (Acosta, 2013).
Gráfico 4: Definición de la Economía Social y Solidaria Nota. Tomado de (RIPESS, 2015). Elaboración propia
A diferencia de la economía capitalista, la lógica de la ESS no está guiada por la maximización de ganancias, sino por valores como la equidad, la inclusión, la justicia social y la sostenibilidad. Según la Red Intercontinental de Promoción de la ESS (RIPESS), este enfoque busca “poner en el centro a las personas y al medio ambiente, antes que, al capital, mediante y comunitarias” (RIPESS, 2015).
Para profundizar y contextualizar mejor estos conceptos, se recomienda ver el video “¿Qué es la economía social y solidaria?”. En él se ofrece una explicación concisa sobre este modelo económico alternativo que prioriza el bienestar de las personas y el entorno sobre la maximización de beneficios. Se destacan sus principios fundamentales, como la solidaridad, la equidad y la democracia participativa, y se ilustran con ejemplos prácticos de cooperativas y asociaciones que operan bajo estos valores en América Latina. El contenido enfatiza cómo la economía social y solidaria busca fomentar una distribución más justa de la riqueza y promover la inclusión social a través de prácticas económicas colaborativas y sostenibles.
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14.1.2 Normativa ecuatoriana entorno a la economía social y solidaria
Ecuador, al igual que otros países en América Latina, ha incorporado la ESS en su marco legal y constitucional, reconociéndola como un pilar fundamental para el desarrollo económico y social del país (Gráfico 5).
Gráfico 5: Legislación de la ESS en América Latina Nota. Ecuador, al igual que otros países en América Latina, ha incorporado la ESS en su marco legal y constitucional, reconociéndola como un pilar fundamental para el desarrollo económico y social del país. Tomado de ESS en América Latina.
A continuación, se detallan los principales instrumentos normativos ecuatorianos que regulan a la ESS.
Constitución de la República del Ecuador (2008): En su artículo 283, establece que el sistema económico es social y solidario, integrando diversas formas de organización económica, incluyendo la popular y solidaria, que se regularán según la ley e incluirán a sectores cooperativistas, asociativos y comunitarios.
Ley Orgánica de Economía Popular y Solidaria y del Sector Financiero Popular y Solidario (2011): Esta ley tiene como objetivo reconocer, fomentar y regular las formas de organización de la economía popular y solidaria, así como establecer las funciones de las entidades públicas responsables de su aplicación. Define las estructuras y mecanismos para el funcionamiento de cooperativas, asociaciones y otras entidades que operan bajo los principios de la ESS (Asamblea Nacional del Ecuador, 2011).
El gráfico a continuación (Gráfico 6), nos invita a repensar la economía desde una perspectiva integradora, donde convergen los sectores privados, público y popular con una base solidaria. A diferencia de los enfoques que separan lo económico de lo social, aquí se propone un sistema articulado que reconoce el aporte de todos los actores: desde grandes empresas y emprendimientos familiares hasta organizaciones comunitarias y cooperativas.
El espacio "solidario" que une estas esferas sugiere que el desarrollo económico puede y debe estar al servicio de la inclusión, el bienestar colectivo y la justicia social. Esta visión rompe con la lógica tradicional de competencia individualista y destaca el valor de la colaboración, el reconocimiento mutuo y la corresponsabilidad entre sectores para construir una economía más equitativa, diversa y sostenible.
Gráfico 6: Diagrama del Sistema Económico Social y Solidario en el Ecuador Nota. Tomado de Diagrama del Sistema Económico Social y Solidario en el Ecuador (MIES, 2013).
Reglamento General de la Ley Orgánica de la Economía Popular y Solidaria: Este reglamento establece los procedimientos para la aplicación de la ley mencionada, detallando aspectos relacionados con la constitución, estructura y funcionamiento de las organizaciones de la ESS, así como las funciones de las entidades de control y regulación (Presidencia de la República del Ecuador, 2012).
Por otro lado, en lo que a mecanismos de financiamiento concierne, la Corporación Nacional de Finanzas Populares y Solidarias (CONAFIPS) desempeña un papel clave en el fortalecimiento de la economía popular y solidaria en el Ecuador, ya que actúa como un mecanismo de financiamiento para organizaciones del sector que tradicionalmente han tenido un acceso limitado al crédito. A través de esta institución, se canalizan recursos a cooperativas de ahorro y crédito, cajas de ahorro y bancos comunales, fomentando la inclusión financiera de sectores vulnerables como pequeños productores, comerciantes y emprendedores populares. De este modo, CONAFIPS no solo facilita el acceso a capital, sino que contribuye al desarrollo local, al impulso del trabajo asociativo y a la consolidación de una economía más justa y solidaria, coherente con los principios promovidos en la Constitución ecuatoriana.
Para entender mejor el rol de la Corporación Nacional de Finanzas Populares y Solidarias, se invita a ver el video “CONAFIPS Video Institucional”. En él, se destaca su papel esencial en el fortalecimiento de la economía popular y solidaria en Ecuador. A través de testimonios y ejemplos concretos, se muestra cómo CONAFIPS facilita el acceso a financiamiento para cooperativas, asociaciones y emprendimientos comunitarios, promoviendo la inclusión financiera y el desarrollo sostenible en diversas regiones del país. Se enfatiza la importancia de valores como la solidaridad, la equidad y la participación democrática en la construcción de un modelo económico más justo y centrado en las personas. Este enfoque refleja el compromiso de la institucionalidad de las finanzas populares y solidarias con el bienestar colectivo y el impulso de iniciativas que generan impacto positivo en las comunidades ecuatorianas.
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14.1.3 Principales retos y desafíos
Para reflexionar los principales retos y desafíos de la ESS es importante comprender a la ESS desde tres dimensiones: académica, económica-social y movimientos sociales
(Gráfico 7).
Figura 7: Dimensiones: académica, económica-social y movimientos sociales Nota. La figura muestra los retos que enfrenta las economía social y solidaria.
Cada una de estas dimensiones cumple un rol esencial y complementario. El sector social agrupa a las organizaciones que operan bajo principios solidarios, como cooperativas, mutuales y asociaciones; el movimiento social articula redes y colectivos que impulsan la transformación del sistema económico; y el campo académico contribuye con la formación, sistematización y producción de conocimiento.
Esta visión integral permite comprender que los retos de la ESS —como el acceso al financiamiento, la profesionalización, la visibilidad o la inserción en mercados— no pueden abordarse desde un solo frente. Se requiere una articulación efectiva entre las prácticas organizativas, la movilización social y la investigación académica, para fortalecer el modelo solidario y responder a los desafíos de manera colectiva y estratégica. Así, a pesar de los avances normativos y del reconocimiento de la ESS en Ecuador, existen varios desafíos que limitan su pleno desarrollo:
Acceso al financiamiento: Uno de los desafíos más persistentes que enfrenta la Economía Social y Solidaria es el acceso limitado a financiamiento adecuado y oportuno. Muchas de sus organizaciones, como cooperativas, asociaciones o emprendimientos comunitarios, encuentran barreras significativas para acceder a créditos, fondos de inversión o líneas de apoyo financiero, especialmente cuando no cuentan con garantías tradicionales o historial crediticio formal. Aunque instituciones como la Corporación Nacional de Finanzas Populares y Solidarias han sido fundamentales para canalizar recursos hacia este sector, sus capacidades aún resultan insuficientes frente a la demanda creciente. Además, el proceso para acceder a estos fondos puede ser complejo y burocrático, lo que desincentiva a muchas iniciativas en etapa temprana o con escasa formación técnica. Por ello, es fundamental fortalecer y diversificar los mecanismos de financiamiento, generar productos financieros específicos para el sector solidario y fomentar alianzas con bancos públicos, privados y organismos de cooperación. Un sistema financiero incluyente y adaptado a la realidad de la ESS permitiría potenciar su impacto social y económico en los territorios más vulnerables.
Capacitación y formación: La profesionalización y el fortalecimiento de capacidades en gestión, administración y aspectos técnicos son esenciales para mejorar la eficiencia y competitividad de las organizaciones de la ESS. Programas de formación y educación adaptados a las necesidades de estas entidades son fundamentales.
Visibilidad y reconocimiento: Aumentar la conciencia pública sobre el valor y los beneficios de la ESS es crucial. Esto implica promover políticas que incentiven el consumo responsable y la preferencia por productos y servicios ofrecidos por estas organizaciones.
Marco regulatorio y burocracia: Si bien existe una normativa que respalda la ESS, en ocasiones los procesos burocráticos pueden ser complejos, desalentando la formalización y operación de estas entidades. Simplificar trámites y ofrecer asesoría adecuada puede fomentar un entorno más propicio.
Adaptación tecnológica: La transformación digital es un reto y una oportunidad para la ESS. Integrar tecnologías adecuadas puede mejorar la eficiencia, ampliar mercados y fortalecer la comunicación, pero requiere inversión y capacitación.
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