El volumen, ritmo y entonación al comunicarse revelan aspectos clave sobre la identidad y emociones de una persona. Un volumen alto puede indicar confianza o agresividad, mientras que un tono bajo puede sugerir timidez. El ritmo rápido puede reflejar urgencia o ansiedad, y uno lento puede transmitir calma o desinterés. La entonación añade matices emocionales, como certeza o incertidumbre. En conjunto, estos elementos vocales ayudan a expresar intenciones y a establecer conexiones emocionales en la comunicación.
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