La inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser una tecnología futurista para convertirse en una herramienta cotidiana. Hoy en día, interactuamos con sistemas de IA al utilizar asistentes virtuales, aplicaciones de navegación, filtros en redes sociales e incluso al realizar compras en línea. Este avance ha traído consigo grandes beneficios, como el ahorro de tiempo, la automatización de tareas repetitivas y la mejora en la toma de decisiones basada en datos.
Sin embargo, también plantea retos importantes: la posible pérdida de empleos por automatización, los sesgos en algoritmos, y la necesidad de establecer límites éticos claros. Como estudiantes de tecnología, tenemos la responsabilidad de aprender no solo a desarrollar estas herramientas, sino también a usarlas de manera ética y responsable, comprendiendo su alcance y consecuencias. ¿Cómo creen ustedes que la IA debería ser regulada para asegurar su uso positivo?