Las derivadas pueden ayudar en ciberseguridad porque muestran cómo cambian ciertas cosas con el tiempo, como el número de intentos para entrar a una cuenta o el tráfico en una red. Si de repente esos números suben mucho, la derivada lo detecta como un cambio rápido, y eso puede ser señal de un ataque. Así, los expertos pueden reaccionar más rápido y proteger mejor los sistemas.