Con la IA sí se puede llegar al plagio, ya que, por ejemplo, herramientas como ChatGPT pueden generar ensayos, informes u otros textos que las personas podrían presentar como propios, cuando en realidad no los elaboraron personalmente. En ese caso, estarían incurriendo en plagio.Entonces, es fundamental comprender que la IA debe ser vista solo como una herramienta de apoyo y no como un sustituto total del trabajo intelectual propio. Para evitar caer en el plagio, se deben seguir ciertos principios: citar las fuentes, mencionar que se utilizó IA en la elaboración del trabajo, revisar y editar el contenido generado, y, sobre todo, aportar ideas y criterios propios. Copiar de forma literal lo que produce la IA, sin ningún análisis o aporte personal, es un uso incorrecto de esta tecnología.