Hoy en día la creciente demanda que tiene la IA es exponencial para resolver casos básicos y complejos. Sin embargo, el uso de la IA como una idea reemplazable codependiente puede causar muchos riesgos en el proceso sistemático que tiene el pensamiento computacional porque hace que solo seamos espectadores inteligentes que obedecen sin comprender. Por lo que para tener control, juicio y verdadera libertad tecnológica, el pensamiento humano siempre seguirá siendo insustituible.