Hola Nicolás, gracias por tu comentario, me parece muy valioso porque resaltas una dimensión ética que suele pasar desapercibida.
Tienes razón en que la publicación sin filtros de documentos clasificados generó fuertes cuestionamientos, sobre todo desde la perspectiva de la seguridad de terceros en zonas de conflicto. Justamente ahí está uno de los dilemas más profundos en el mundo de la ciberseguridad: ¿qué pesa más, el derecho a la verdad o la protección de ciertas operaciones sensibles?
En mi opinión, más allá de si uno está a favor o en contra de sus métodos, el caso de Assange obligó a gobiernos, empresas y medios de comunicación a revisar sus políticas de seguridad y transparencia. También visibilizó la importancia de contar con canales más éticos y seguros para los denunciantes.
Por eso, considero que su aporte fue innovador, aunque también muy polémico, y nos deja el reto de buscar el equilibrio entre seguridad, ética y libertad digital.
Tienes razón en que la publicación sin filtros de documentos clasificados generó fuertes cuestionamientos, sobre todo desde la perspectiva de la seguridad de terceros en zonas de conflicto. Justamente ahí está uno de los dilemas más profundos en el mundo de la ciberseguridad: ¿qué pesa más, el derecho a la verdad o la protección de ciertas operaciones sensibles?
En mi opinión, más allá de si uno está a favor o en contra de sus métodos, el caso de Assange obligó a gobiernos, empresas y medios de comunicación a revisar sus políticas de seguridad y transparencia. También visibilizó la importancia de contar con canales más éticos y seguros para los denunciantes.
Por eso, considero que su aporte fue innovador, aunque también muy polémico, y nos deja el reto de buscar el equilibrio entre seguridad, ética y libertad digital.