La presente clase abarca la definición y principios de la . Entendiendo el carácter multifacético del análisis económico, se parte de la noción de para entender los diez principios fundamentales que guían la materia en cuestión.
Estos se dividen en tres grandes grupos: cómo las personas toman decisiones, cómo interactúan las personas y cómo funciona la economía en su conjunto. Esta última categoría incluye un acercamiento de la relación del gobierno con las variables señaladas en el corto plazo. El argumento transversal detrás del análisis de dichos principios subyace en el funcionamiento del mercado y su relación con el gobierno, donde, a pesar de sus fallas, se espera que el mercado sea generalmente eficiente y permita una asignación adecuada de recursos. No obstante, el gobierno tiene un papel fundamental al momento de corregir dichas fallas de mercado y mejorar el bienestar social, como lo demuestra la regulación o la intervención en la inflación. En esta línea de análisis, se abordará de forma introductoria cómo un aumento de la productividad es crucial para mejorar el nivel de vida de los países, mientras que el exceso de dinero en circulación puede generar inflación, afectando la estabilidad económica.
Economía
Ciencia que estudia la distribución de recursos escasos de una sociedad.
Escasez
Limitación en el abastecimiento o dotación de bienes y servicios en función de la disponibilidad de recursos.
Analizar la interacción entre la oferta y la demanda, el equilibrio de mercado y su aplicación en problemas cotidianos.
Los principios de economía.
La se define desde el estudio respecto de cómo la sociedad administra recursos escasos, entendiendo la como aquella limitación para dotar a todas las personas la cantidad de bienes y servicios que desean. Dentro de las sociedades modernas, esta administración se da a través del conjunto de decisiones de millones de hogares y empresas. En este sentido, entender la dinámica detrás de dichas acciones en materia de cuánto trabajan, qué consumen, cuánto ahorran y en qué invierten, así como la interrelación de dichos actores, resulta esencial.
Como se mencionó en la introducción, la economía, como materia de estudio, es multifacética, no obstante, su planteamiento reside en ciertas ideas fundamentales que sostienen su desarrollo. Si bien la especificidad de cada una será abordada en secciones posteriores de la presente materia, su planteamiento inicial, será expuesto en esta primera clase.
1.1. Cómo las personas toman decisiones
1.1.1. Las personas y la escasez
La escasez constituye una disyuntiva clave dentro de la toma de decisión diaria, en las sociedades modernas. Tanto a nivel de individuo como sociedad, el punto de orden de la escasez, en términos coloquiales, se enfrenta a la necesidad de renunciar a algo con la finalidad de obtener otra cosa, aún más deseada o necesitada. Un ejemplo interesante consiste en la elección de un estudiante sobre cómo distribuir su tiempo, entre estudio y ocio. Paralelamente, los jefes de hogar deberán decidir respecto de cómo gastar su ingreso familiar, dada la existencia de recursos limitados (salario) a diversas necesidades (educación, alimentación, salud, etc.).
Uno de los conflictos más habituales dentro de la economía, es el dilema entre eficiencia y equidad, entendiendo a la primera como el aprovechamiento máximo de los recursos escasos, mientras que la equidad busca distribuir esos recursos de manera justa entre los miembros de la sociedad. En este sentido, un ejemplo interesante donde ambos objetivos pueden entrar en conflicto es a través de la políticas pública. Por ejemplo, redistribuir ingresos a través de impuestos y asistencia social puede mejorar la equidad, pero puede reducir la eficiencia al disminuir los incentivos para trabajar y producir más.
De esta manera, reconocer las disyuntivas es esencial para tomar decisiones informadas, ya que tanto individuo como sociedad deben entender las opciones y los sacrificios involucrados en cada elección.
Figura.1 Principio de escasez en las decisiones de producción y consumo Fuente: López, 2021
Figura.1 Principio de escasez en las decisiones de producción y consumo
1.1.2. El costo de oportunidad
Toda vez que hemos entendido la disyuntiva que enfrentan, tanto individuos como sociedad, al momento de tomar decisiones, es necesario inscribir dicha reflexión en un marco económico, es decir comparando a nivel de costos y beneficios. No obstante, una cautela necesaria a considerar, si queremos pensar como economistas, subyace en el hecho que el costo de una acción no necesariamente es evidente o palpable.
Un ejemplo interesante consiste en la decisión de asistir a la universidad. En este caso, los costos asociados a dicha disyuntiva no se restringen a gastos directos (libros o alojamiento), sino también al conjunto de posibles acciones que el estudiante no podrá llevar a cabo por estudiar. Este sacrificio tal como el tiempo que no se dedicará a trabajar y que podría generar ingresos, o el ocio restringido, consiste en el costo de oportunidad.
En términos mucho más concretos, el costo de oportunidad refleja aquello que se renuncia para obtener un beneficio, como en el caso de los deportistas que, al estudiar en la universidad, deben considerar las ganancias que dejan de obtener si no se dedican profesionalmente a su deporte.
Figura 2. Ilustración del costo de oportunidad Fuente: Polo, 2025.
Figura 2. Ilustración del costo de oportunidad Fuente: Polo, 2025.
1.1.3. Racionalidad marginal
Con base en el principio de escasez y el concepto de costo de oportunidad, la teoría económica plantea un supuesto para comprender la sociedad: las personas son racionales en sus decisiones. Esto implica, de forma concreta, que los individuos buscan de manera sistemática y deliberada, maximizar sus beneficios o alcanzar sus objetivos, tomando en cuenta los recursos y oportunidades disponibles. Este supuesto también se aplica a las empresas, que deciden cuántos trabajadores contratar y cuánto producir para maximizar sus beneficios.
Bajo el supuesto mencionado, las decisiones en el día a día no pueden ser absolutas, sino que se someten a ajustes marginales, entendidos como pequeños cambios que se hacen dentro de un plan ya existente, evaluando si vale la pena modificar algo. Un ejemplo claro, nuevamente, constituye la decisión detrás de estudiar. En este caso, la racionalidad se cumple en tanto el individuo se plantea ante la disyuntiva de dedicar una hora más al estudio o ver televisión. En este sentido, los individuos toman sus decisiones comparando los beneficios marginales (lo que se gana con una unidad adicional de algo) y los costos marginales (lo que se pierde o sacrifica con esa misma unidad adicional).
Entonces, el principio central de la racionalidad subyace en el hecho que una persona racional actuará solo si el beneficio marginal de esa acción supera al costo marginal. Este razonamiento marginal es fundamental para la economía y, aunque pueda ser difícil de entender al principio, a lo largo de la presente materia se revisarán aplicaciones concretas para diferentes espacios de la vida cotidiana y económica.
Figura 3. Decisión marginal en la compra de soda Fuente: Calzada, 2016
Figura 3. Decisión marginal en la compra de soda Fuente: Calzada, 2016
1.1.4. Racionalidad e incentivos
Las personas racionales responden a incentivos dado que toman decisiones comparando los costos y los beneficios de sus acciones. En los mercados, los incentivos juegan un rol crucial. Por ejemplo, cuando el precio de un bien aumenta, las personas reducen el consumo de dicho bien, mientras que los productores se ven incentivados a producir más, provocando a su vez, un impacto directo en la distribución de los recursos escasos dentro de una economía de mercado.
Para el caso de los gobiernos, la reflexión es similar. Las autoridades deben tener cautelas al momento de tomar decisiones, ya que sus políticas pueden alterar los costos o los beneficios que enfrentan los individuos. Decisiones gubernamentales sin un previo análisis del efecto sobre los incentivos de hogares y empresas pueden generar efectos no deseados.
Para entender la relación entre el comercio y el bienestar resulta particularmente llamativo explorar un escenario de intercambio de bienes y servicios. El intercambio voluntario de bienes y servicios entre individuos o países puede beneficiar a todas las partes involucradas, dado que los actores económicos pueden producir más de lo que necesitan y luego intercambiar estos excedentes. Este tipo de comercio permite que las personas o países obtengan productos que no podrían obtener tan eficientemente por sí mismos, aumentando así su bienestar general.
El comercio también fomenta la competencia y la innovación, ya que obliga a las empresas a ser más eficientes y a ofrecer productos de mejor calidad. Además, a través de la apertura al comercio internacional, los países pueden acceder a mercados más grandes, lo que les permite aumentar su producción. En este sentido, el comercio no solo promueve la eficiencia económica, sino que también contribuye a un aumento del bienestar al permitir que los recursos se utilicen de manera más efectiva, mejorando la calidad de vida de las personas en todas las partes involucradas.
Figura 4. Ilustración gráfica del beneficio del comercio Fuente: Castro, 2015
Figura 4. Ilustración gráfica del beneficio del comercio Fuente: Castro, 2015
1.2.2. Comercio y mercado
Entendiendo el impacto del comercio sobre el bienestar, es necesario circunscribir dicho análisis en el marco de la relación entre los actores que conforman una economía. En este sentido, surge el concepto de economía de mercado, donde las empresas determinan qué producir y a quién contratar, mientras que las familias eligen en qué trabajar y qué comprar con sus ingresos. La interacción entre ambos actores ocurre dentro del mercado, donde los precios y el interés propio guían las decisiones, permitiendo una asignación eficiente de los recursos.
No obstante, aunque los individuos y empresas persiguen su propio interés, sus decisiones pueden conducir, de manera no planificada, a resultados beneficiosos para la sociedad en su conjunto.
Esta tendencia intrínseca de los mercados, que tienden hacia una asignación eficiente de recursos a través de la consecución de los intereses individuales, fue definida previamente por Adam Smith en 1776, cuando introdujo la idea de la "mano invisible". Según Smith, aunque cada individuo actúa guiado por su propio interés, el mercado funciona como una especie de mecanismo automático que coordina las decisiones y distribuye los recursos de manera eficiente. Los precios juegan un papel clave en este proceso, ya que reflejan tanto el valor social de los bienes como los costos de producción. Sin embargo, si el gobierno interviene para controlar los precios o restringir la oferta y la demanda natural, interrumpe el funcionamiento de la mano invisible, lo que puede llevar a ineficiencias y distorsionar la economía.
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1.2.3. Gobierno y mercado
El presente principio se enfoca en la idea detrás del rol del gobierno para mejorar los resultados del mercado, en aquellas situaciones donde el mercado, por sí solo, no puede asignar recursos de manera eficiente. Este fundamento subraya la importancia de la intervención estatal para corregir las fallas del mercado, que ocurren en escenarios con la presencia de externalidades o poder de mercado.
Las externalidades se definen como aquellos efectos secundarios, producto de las decisiones de consumo o producción, que afectan a otros agentes económicos que no se encuentran involucrados en dichas decisiones. Un ejemplo simple consiste en la contaminación.
En esta línea de análisis, el poder de mercado constituye otra fuente de falla, referida a la capacidad de una empresa o grupo de empresas para influir en los precios de mercado, algo que puede llevar a precios más altos y menos producción, afectando la eficiencia general. En situaciones donde las empresas tienen un poder significativo, como en los monopolios o los oligopolios, el gobierno puede intervenir mediante regulaciones para promover la competencia y mejorar los resultados del mercado.
Figura 5. Ilustración gráfica de poder de mercadoFuente: Raineri, 2018
Figura 5. Ilustración gráfica de poder de mercadoFuente: Raineri, 2018
Las grandes diferencias en los niveles de vida entre países y épocas se pueden explicar, de forma inicial, a partir de las diferencias en los niveles de productividad, es decir, la cantidad de bienes y servicios que se producen por cada unidad de trabajo. En aquellos países donde los trabajadores son más productivos, gran parte de la población disfruta de un nivel de vida alto. En contraste, los países con trabajadores menos productivos presentan niveles de vida mucho más complicados, entendiendo que, de hecho, el crecimiento de la productividad en un país está directamente relacionado con el aumento del ingreso promedio de su población.
Esta conexión entre productividad y nivel de vida tiene implicaciones profundas para la política pública. Cuando se considera cómo una medida influirá en los niveles de vida, la pregunta subyacente consistirá en cómo afectará la capacidad de un país para producir bienes y servicios. Para mejorar los niveles de vida, las políticas deberán tomar como una de las variables el aumento en la productividad, asegurando que los trabajadores reciban una educación adecuada, tengan acceso a las herramientas necesarias para producir bienes y servicios y puedan utilizar la mejor tecnología disponible.
1.3.2. Gobierno y precios
Una regularidad empírica común detrás del rol del gobierno, dentro del mercado, consiste en la relación entre la cantidad de dinero en la economía y el nivel de precios. Según este principio, cuando un gobierno imprime más dinero, el valor de la moneda disminuye, lo que genera un aumento generalizado de los precios, conocido como inflación. En lugar de generar un aumento real en el poder adquisitivo de la población, la impresión excesiva de dinero puede provocar que los precios de bienes y servicios suban, lo que afecta la estabilidad económica. Si bien la relación precisa entre impresión de dinero e inflación será definida en materias posteriores de la presente carrera, la relación inicial entre ambas variables relata un vínculo, en promedio, parcialmente proporcional.
En este sentido, las autoridades deben ser conscientes de las consecuencias de la inflación y actuar con precaución al gestionar la oferta de dinero en la economía. Aunque en el corto plazo un aumento de la oferta de dinero puede parecer beneficioso, a largo plazo genera efectos perjudiciales al elevar los precios de forma sostenida. Por lo tanto, mantener una tasa de inflación baja y estable es esencial para una economía sana y próspera.
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Figura 6. Ilustración gráfica de la relación potencial entre precios y dineroFuente: INsights, 2024
Figura 6. Ilustración gráfica de la relación potencial entre precios y dineroFuente: INsights, 2024
1.3.3. Precios y empleo
Centrando el análisis en el efecto de corto plazo de un incremento en la cantidad de dinero en el mercado, la lógica sugeriría que, previo al efecto inflacionario, debería existir un estímulo en el gasto que, a su vez, plantee un incentivo a la demanda de bienes y servicios. Esta, a su vez, no solo ocasionará un aumento de precios, sino también la contratación de nuevo personal para aumentar la producción. En este sentido, en el corto plazo, una economía deberá plantearse la disyuntiva respecto a la inflación y el desempleo.
Si bien este planteamiento presenta una gran discusión a nivel teórico, a corto plazo dicha discusión juega un papel clave en el análisis del ciclo económico, entendido como aquellas fluctuaciones en la actividad económica, como el empleo y la producción. En este sentido, a corto plazo, los diseñadores de políticas económicas deberán definir factores como la cantidad que gasta el gobierno, el monto de los impuestos y la cantidad de dinero que se imprime, a sabiendas de que dichas decisiones influirán en la demanda de bienes y servicios, lo que, a su vez, determinará los niveles de inflación y desempleo que la economía experimenta a corto plazo.
Figura 7. Relación potencial entre precios y desempleo Fuente: EVOBanco, 2021
Figura 7. Relación potencial entre precios y desempleo Fuente: EVOBanco, 2021
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