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Introducción
Alguna vez te has detenido a pensar cómo tu presencia digital forma parte de tu identidad profesional y académica? En la actualidad, no basta con tener conocimientos o habilidades: también es esencial saber cómo compartirlos, interactuar con otras personas en red y proyectar tu voz en espacios digitales. Las redes sociales han dejado de ser simples vitrinas de autopromoción: son ahora escenarios en los que se configuran relaciones, se negocian saberes y se construyen trayectorias colectivas. En palabras de Burdick et al. (2016), “las plataformas digitales son -espacios performativos- donde no solo se representa el conocimiento, sino que se lo reconfigura en interacción con otros”(p. 43).
En esta clase queremos proponerte una reflexión activa sobre el papel de las redes sociales en las humanidades digitales. Nos enfocaremos especialmente en comprender las lógicas que rigen la conexión en red —es decir, cómo se produce valor a través de los vínculos— y exploraremos dos plataformas clave: LinkedIn, orientada al desarrollo profesional, y ResearchGate, diseñada para la circulación del conocimiento académico. ¿Sabías que crear un perfil bien pensado en estas redes puede abrirte puertas a proyectos colaborativos, becas, eventos internacionales o incluso nuevas ideas de investigación? (Figura 1)
Figura 1 La Identidad en plataformas virtuales Nota. Ilustración de persona usando LinkedIn y ResearchGate como plataformas digitales especializadas. Elaboración propia DALL·E 3.
Al finalizar, diseñarás tu propio perfil profesional en LinkedIn como primer paso para posicionarte como una voz activa dentro del ecosistema digital. Y no importa si apenas comienzas o si ya usas redes sociales desde hace tiempo: esta clase no se centra solo en lo técnico, sino en ayudarte a pensar estratégicamente tu presencia digital desde una perspectiva ética, crítica y situada. Como advierte Galina-Russell (2012), el desafío no está únicamente en acceder a las tecnologías, sino en apropiarse de ellas para crear y compartir conocimiento con sentido, responsabilidad y proyección (p. 186).
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12.1. Las cinco reglas de la conexión en red
En la cultura digital, conectar no es simplemente “seguir” a alguien o “aceptar una solicitud”. ¿Cuántas veces has añadido personas a tus redes sin saber muy bien quiénes son o por qué estás conectando con ellas? Aunque pueda parecer un gesto trivial, en el mundo académico y profesional cada conexión puede abrir —o cerrar— posibilidades. Las redes sociales han transformado el modo en que compartimos conocimiento, accedemos a oportunidades y construimos comunidad (Figura 2). En efecto, como afirman Burdick et al. (2016), “las redes digitales no son solo infraestructuras técnicas, sino también espacios performativos, donde se negocia la identidad, la autoridad y la colaboración” (p. 43).
Figura 2 Redes Sociales Figura 2 Redes Sociales
Nota. Ilustración de personas interactuando con redes sociales en un contexto de colaboración y construcción de comunidad digital. Elaboración propia. DALL·E 3.
Con esto en mente, te proponemos cinco reglas fundamentales para navegar los entornos digitales de manera estratégica, ética y con propósito. No se trata de seguir un manual rígido, sino de asumir una postura crítica ante lo que hacemos (y dejamos de hacer) en nuestras redes profesionales.
1. Reciprocidad consciente
¿A quién decides seguir en una red social académica o profesional? No todas las conexiones tienen que ser utilitarias, pero sí deben responder a un interés genuino de diálogo. A veces, una buena conexión es aquella que te invita a pensar distinto, que amplía tus horizontes o que simplemente comparte recursos valiosos. Esta reciprocidad consciente implica reconocer que estar en red no es coleccionar contactos, sino construir puentes con sentido.
Figura 3 Reciprocidad Consciente Figura 3 Reciprocidad Consciente
Nota. Fotografía de una mano a punto de aceptar una solicitud de amistad en una red social desde un dispositivo móvil. Elaboración propia. DALL·E 3.
Ejemplo:
Si estudias literatura latinoamericana y encuentras a una investigadora que trabaja narrativas digitales en Colombia, establecer ese contacto puede abrirte a nuevos enfoques, lecturas y proyectos conjuntos.
2. Curación de contenido
En un ecosistema saturado de información, ¿cómo decides qué compartir? (Figura 4 ) No se trata de publicar por publicar. Compartir recursos útiles, generar debates o comentar desde la crítica fundamentada ayuda a construir una red activa, coherente y respetada. Este principio conecta directamente con la idea de que las redes sociales no son solo vitrinas, sino espacios de producción cultural y académica.
Figura 4 Curación de Contenido Figura 4 Curación de Contenido
Nota. Ilustración de persona decidiendo entre comentar, dar like, compartir o dejar de seguir en redes sociales. Elaboración propia. DALL·E 3.
Consejo práctico:
Evita simplemente repostear artículos. Acompáñalos con una breve reflexión, una pregunta abierta o un comentario crítico. Esto enriquece la conversación y te posiciona como alguien que piensa, no solo difunde.
3. Autenticidad narrativa
Lo que compartes, incluso en contextos académicos, habla de ti. Mostrar tus intereses reales, tus dudas, tus avances (y hasta tus errores) genera cercanía y confianza (Figura 5). Las personas conectan con otras personas, no con discursos perfectos. ¿Has notado cómo ciertos perfiles inspiran porque se sienten “humanos”? La autenticidad no es sinónimo de informalidad: es un acto de coherencia entre lo que eres, lo que haces y lo que comunicas.
Figura 5 Autenticidad Figura 5 Autenticidad
Nota. Fotografía de una joven creando contenido frente a un aro de luz con su celular. Elaboración propia DALL·E 3.
Invitación:
Comparte algo que realmente te emocione o te haya generado preguntas. Esa honestidad es lo que en muchos casos activa diálogos más ricos y duraderos.
4. Participación colaborativa
Las redes no son espacios unidireccionales. Comentar, compartir, dialogar, recomendar: todas estas acciones fortalecen la circulación del conocimiento. En plataformas como ResearchGate (Figura 6) o en comunidades académicas de Equis (antes Twitter), la interacción no solo multiplica el alcance, sino que fomenta redes de colaboración, coautoría o mentoría. Como afirman Latorre Iglesias et al. (2018), las Tecnologías del Empoderamiento y la Participación (TEP) se centran precisamente en eso: activar a los individuos como agentes transformadores y no como consumidores pasivos (p. 107).
Gráfico 6 Participación y colaboración en redes académicas Gráfico 6 Participación y colaboración en redes académicas
Nota. Fotografía de una docente sentada frente a un escritorio rectangular mientras publica un artículo en ResearchGate. Elaboración propia. DALL·E 3.
Ejemplo:
Comentar en un post académico sobre humanidades digitales puede derivar en una invitación a participar en un seminario o escribir un artículo conjunto. Así se tejen redes reales, más allá de lo virtual.
5. Ética digital
Finalmente, ninguna red es significativa si no se basa en el respeto. El uso ético de la información —citando fuentes, respetando la privacidad, evitando la manipulación de datos o imágenes— es clave. Galina-Russell (2012) advierte que uno de los grandes desafíos de las humanidades digitales no es solo técnico, sino conceptual y ético: respetar la propiedad intelectual, defender el acceso abierto al conocimiento y actuar con responsabilidad en la difusión (p. 186). (Figura 7)
Figura 7 Ética digital Figura 7 Ética digital
Nota. Ilustración de persona frente a laptop con íconos de acceso abierto, propiedad intelectual y comunicación responsable. Elaboración propia. DALL·E 3.
Consejo ético:
Antes de compartir un documento, una Figura o una idea que no es tuya, pregúntate: ¿estoy reconociendo su autoría? ¿tengo permiso para hacerlo? ¿estoy contribuyendo al bien común o solo buscando visibilidad?
Ejercicio de reflexión:
Piensa en una experiencia donde una red social haya influido en una decisión profesional o académica. ¿Qué sucedió? ¿Cómo esa conexión se volvió significativa? ¿Qué aprendiste de esa interacción? Puedes escribir un breve párrafo o compartirlo con alguien más del curso.
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12.2. Utilización de redes sociales profesionales (LinkedIn y ResearchGate)
En el universo digital contemporáneo, cada red social responde a una lógica y a un propósito particular. Algunas buscan entretener, otras generar opinión o viralidad, pero también existen espacios más específicos que permiten proyectarse profesional y académicamente. En esta clase nos detendremos en dos plataformas clave para quienes trabajamos en el ámbito de las humanidades digitales: LinkedIn y ResearchGate.
Ambas redes funcionan como herramientas de visibilidad, pero también como escenarios de interacción donde se puede construir comunidad, intercambiar ideas y dar seguimiento a trayectorias investigativas. Sin embargo, como ocurre con cualquier tecnología, su utilidad no está garantizada por el diseño de la herramienta, sino por los criterios con que se la utiliza. En palabras de Latorre Iglesias et al. (2018), las TEP (Tecnologías del Empoderamiento y la Participación) permiten que las personas pasen de ser consumidoras pasivas a participantes activos que “colaboran en entornos digitales como productores sociales” (p. 107). Bajo esa mirada, usar estas redes no significa solo tener un perfil: implica habitar esos espacios con intención.
LinkedIn: una narrativa profesional en construcción
LinkedIn es una plataforma diseñada para mostrar tu trayectoria de manera estructurada. Puede incluir tu formación académica, tus experiencias laborales, tus competencias y los proyectos en los que has participado. Pero lo más interesante es que no se trata solo de listar datos, sino de construir una narrativa profesional que te represente. En este entorno, puedes compartir tus ideas, publicar reflexiones, generar debates, recomendar recursos y conectar con colegas de múltiples disciplinas.
En el contexto de las humanidades digitales, LinkedIn ofrece oportunidades concretas para difundir avances de investigación, establecer vínculos con museos, bibliotecas o centros culturales, y compartir pensamientos críticos sobre literatura, historia, arte, educación o tecnología. Un perfil activo y reflexivo puede ayudarte a posicionarte como una voz con identidad propia, tanto a nivel local como internacional.
Consejo práctico:
Más allá de completar tu perfil, intenta generar una rutina de participación. Publicar una vez a la semana —ya sea un comentario sobre un libro, una experiencia formativa o un recurso útil— puede marcar una diferencia. Así construyes una comunidad de intereses y no solo una red de contactos.
Ejemplo:
Una estudiante de filología decidió escribir pequeños análisis literarios en LinkedIn sobre cuentos latinoamericanos poco conocidos. Esos textos le permitieron conectar con otros lectores, docentes e incluso recibir una invitación para colaborar en una revista digital de crítica cultural.
Una mirada a considerar:
A pesar de sus beneficios, LinkedIn también está atravesado por lógicas algorítmicas que priorizan ciertas formas de contenido más “populares” o alineadas con discursos hegemónicos de productividad y éxito. Esto puede llevar, incluso sin darte cuenta, a adaptar tus publicaciones para complacer al algoritmo y no a tu criterio académico o ético. Por eso, es fundamental recordar que la presencia digital debe ser coherente con tu pensamiento. No todo lo que genera visibilidad genera valor. Y no todo lo valioso es inmediatamente visible.
ResearchGate: ciencia conectada
ResearchGate, por su parte, es una red enfocada en el mundo académico. Permite compartir publicaciones, seguir a otros investigadores, acceder a trabajos difíciles de encontrar y participar en debates especializados. Aunque nació como un espacio para las ciencias exactas y naturales, en los últimos años se ha ampliado también a disciplinas de las humanidades y las ciencias sociales, especialmente aquellas con enfoques empíricos o digitales.
Si te interesa trabajar con corpus textuales, análisis de datos cualitativos, estudios culturales digitales o educación, ResearchGate puede ser una excelente plataforma para difundir tu trabajo, solicitar bibliografía, identificar colaboraciones y construir una red temática.
Actividades frecuentes en ResearchGate:
Subir tus artículos, ponencias o materiales de investigación (respetando los derechos editoriales).
Seguir a autores o líneas de trabajo afines a tu campo.
Solicitar acceso a textos que no están en abierto.
Participar en discusiones teóricas o metodológicas.
Ejercicio sugerido:
Busca dos investigadores que trabajen temas de tu interés en humanidades digitales. Observa qué tipo de materiales comparten, a qué conferencias asisten, con qué instituciones están vinculados. Pregúntate: ¿cómo presentan su trabajo? ¿Qué podrías aplicar tú en tu perfil?
Figura 8 Figura 8
Nota. Ilustración de dos investigadores trabajando en temas de humanidades digitales con laptops y gráficos. Elaboración propia. DALL·E 3.
Un punto para tener en cuenta:
Aunque ResearchGate parece una plataforma muy rica, no siempre garantiza el diálogo. Muchas veces funciona más como repositorio que como espacio activo de intercambio. Además, introduce métricas como el RG Score, que pueden generar una idea distorsionada del valor académico de una persona en función de clics o visitas más que del contenido real. No confundas visibilidad con impacto. En última instancia, lo importante sigue siendo la calidad del conocimiento compartido y la ética con que se lo produce y se lo comunica.
Como ves, tanto LinkedIn como ResearchGate pueden ser aliados potentes si los utilizas con intencionalidad y criterio. Más allá de la herramienta, lo que permanece es tu forma de pensar, crear y vincularte con otros. Las plataformas cambian, las modas digitales también, pero tus decisiones como sujeto en red son las que dan sentido a cada espacio que habitas.
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12.3. Ejercicio práctico: creación de un perfil profesional en LinkedIn
Llegamos al momento de poner en práctica lo aprendido. Pero más allá de un simple ejercicio técnico, esta propuesta es una oportunidad para pensar tu identidad profesional en construcción y cómo puedes expresarla en un entorno digital. Tener un perfil en LinkedIn no te convierte automáticamente en una persona conectada: es el uso consciente de esa herramienta lo que marcará la diferencia. Lo importante no es estar por estar, sino saber cómo posicionarte y participar con sentido.
A continuación, te ofrecemos una guía paso a paso para comenzar o fortalecer tu perfil en esta plataforma. No importa si es tu primera vez o si ya tienes una cuenta: el objetivo es mirarla con nuevos ojos, desde los criterios éticos, estratégicos y colaborativos que hemos trabajado en esta clase.
Instrucciones paso a paso
Crea una cuenta en LinkedIn (si aún no la tienes). Sube una foto que transmita profesionalismo y cercanía. No necesitas tener una producción fotográfica: basta con una Figura clara, con fondo neutro y una expresión amigable.
Completa las secciones básicas con información honesta y bien redactada:
Título profesional: En lugar de poner solo “Estudiante”, intenta algo más descriptivo, como “Estudiante de Letras con interés en la edición digital y la cultura visual”.
Educación: Incluye tus estudios actuales y anteriores, incluso si están en curso.
Experiencia: Aquí caben prácticas, voluntariados, participación en proyectos, incluso colaboraciones informales que reflejen tus habilidades.
Habilidades: Escoge entre 5 y 10 habilidades que realmente te representen (por ejemplo: escritura académica, investigación cualitativa, edición de texto, uso de herramientas digitales, análisis crítico, etc.).
Agrega al menos tres intereses o temas que te representen como, por ejemplo: humanidades digitales, bibliotecas abiertas, educación crítica, narrativas digitales, archivo y memoria, etc.
Solicita una recomendación breve a un profesor, tutor o colega con quien hayas trabajado. Puede ser una frase sencilla pero auténtica sobre tus capacidades y compromiso.
Escribe tu primer post. Puede ser una breve reflexión (unas 3–4 líneas) sobre esta clase, sobre el uso ético de las redes, o una experiencia personal con plataformas digitales en tu vida académica.
Recomendaciones para destacar
Usa palabras clave relacionadas con tu campo. Esto no solo ayuda al algoritmo de búsqueda de LinkedIn, sino que también permite que otras personas afines te encuentren.
Observa otros perfiles que admires y toma ideas de estructura, tono o contenido. Pero no copies: la autenticidad narrativa es tu mejor carta de presentación.
Cuida la redacción y la ortografía. LinkedIn es tu carta pública: asegúrate de que lo que escribes transmite claridad y profesionalismo.
Sé constante. La participación activa (aunque sea mensual) mantiene tu perfil visible y actualizado. Puedes compartir un artículo interesante, comentar una experiencia, o difundir actividades relacionadas con tu campo.
Un enfoque reflexivo
Es importante tener en cuenta que LinkedIn también responde a dinámicas de mercado. Muchas veces se priorizan discursos de éxito rápido, productividad continua o liderazgo vacío de contenido. No caigas en la trampa de construir una versión idealizada de ti mismo solo por agradar. Recuerda que tu perfil no es un anuncio publicitario, sino una forma de decir: “Esto soy, esto pienso, y esto quiero aportar”. Es preferible tener un perfil modesto pero honesto, que uno espectacularmente vacío.
Reflexión final
¿Qué Figura profesional estás construyendo? ¿Desde qué valores y saberes la estás proyectando? ¿Qué tipo de comunidad te gustaría formar en torno a lo que haces?Este ejercicio no termina con el cierre de sesión en LinkedIn: comienza ahí. A medida que aprendes, participas y evolucionas, también puede evolucionar tu perfil. Porque, como ya hemos dicho, la presencia digital no es una extensión de ti: es parte de ti. Y como tal, requiere cuidado, coherencia y criterio.
Antes de mirar: Reflexiona sobre cómo te muestras en redes sociales. ¿Crees que esa Figura representa quién eres realmente?
Aprende más
Para conocer más sobre Identidad digital: ¿quiénes somos en las redes sociales? - Agustina Carrizo, puedes ver el siguiente video ¡Accede aquí!
Después de mirar: Piensa en qué aspectos de tu identidad digital construyes de forma consciente. ¿Qué cambios harías para que sea más auténtica o responsable?
Aprende más
Este artículo explica qué es la identidad digital, cómo se construye con nuestras acciones en línea y por qué es fundamental protegerla y gestionarla de forma segura y coherente. ¡Accede aquí!
Profundiza más
Este recurso te ayudará a enfatizar sobre Claves para participación digital ética y estratégica ¡Accede aquí!
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