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PRIMER NIVELHTAS. DIGITALES PARA LAS H. V - P5021-TEÓRICO-N0318-02-N010% completo
Introducción
Mostrar más Mostrar menosIntroducción
Queridos participantes,
¡Bienvenidos a esta emocionante aventura digital! Nos entusiasma ser parte de este viaje de aprendizaje, en el que descubrirán nuevas herramientas, adquirirán valiosos conocimientos y desarrollarán habilidades que les acompañarán a lo largo de su trayectoria.
Les invitamos a familiarizarse con la plataforma, conocer el curso y participar activamente.
¡Estamos aquí para apoyarlos en cada paso de este proceso!
¡Mucho éxito en este inicio!
El equipo de PUCE Virtual
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Resultados de Aprendizaje y Criterios de Evaluación
Esta asignatura explorará el potencial de las herramientas digitales para fortalecer las competencias en el ámbito de las humanidades. A lo largo del curso, se identificarán y clasificarán los recursos educativos digitales disponibles en la web, distinguiendo entre TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación), TAC (Tecnologías del Aprendizaje y el Conocimiento) y TEP (Tecnologías del Empoderamiento y la Participación). Estos recursos permitirán acceder a información diversa, fomentar la participación colectiva y promover el aprendizaje activo, preparando a los estudiantes para integrar la tecnología en su formación académica y profesional de manera crítica y reflexiva.
En la segunda parte del curso, se abordará la creación de productos comunicacionales que integren texto, imagen y sonido, para desarrollar habilidades a través del diseño de mensajes visuales innovadores y de autoría propia. Además, se analizará el uso ético de herramientas digitales para la interacción, socialización y gestión de comunidades virtuales, con el fin de difundir mensajes claros, fomentar diálogos efectivos y gestionar entornos colaborativos. Esta asignatura buscará empoderar a los estudiantes para que apliquen estas herramientas en contextos reales, contribuyan al impacto social y al desarrollo de las humanidades en la era digital.
RESULTADOS DE APRENDIZAJE
RDA 1: Identificar los distintos recursos educativos digitales existentes en la web en diversos contextos comunicativos
- Criterio de evaluación 1: Selecciona las TIC (tecnologías de información y comunicación) para acceder a información diversas.
- Criterio de evaluación 2: Utiliza las TEP (tecnologías de empoderamiento y participación) para fomentar la participación y la inteligencia colectiva..
- Criterio de evaluación 3: Identifica las TAC (tecnologías de aprendizaje & conocimiento) para aprender haciendo.
RDA 2: Construir productos comunicacionales que integren texto, imagen y sonido.
- Criterio de evaluación 1: Construye mensajes reflexivos, significativos, críticos y éticos. con elementos visuales.
- Criterio de evaluación 2: Utiliza adecuada y éticamente las imágenes, recursos verbales y no verbales en el lenguaje visual.
- Criterio de evaluación 3: Aplica criterios de orden de lectura, jerarquía, color, dimensiones, medidas, reproducción.
RDA 3: Seleccionar recursos digitales y su uso ético que permitan la interacción, socialización y gestión de comunidades virtuales.
- Criterio de evaluación 1: Selecciona medios adecuados para difundir y comunicar mensajes claros y persuasivos con impacto significativo.
- Criterio de evaluación 2: Plantea diálogos efectivos que estimulen una interacción activa, ética y crítica.
- Criterio de evaluación 3: Reconoce, evalúa e implementa mejoras para gestionar comunidades virtuales.
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Índice
Resultados de aprendizajeClasesResultado de aprendizaje 1
Identificar los distintos recursos educativos digitales existentes en la web en diversos contextos comunicativos.
Resultado de aprendizaje 2
Construir productos comunicacionales que integren texto, imagen y sonido.
Resultado de aprendizaje 3
Seleccionar recursos digitales y su uso ético que permitan la interacción, socialización y gestión de comunidades virtuales.
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Introducción
Vivimos rodeados de pantallas, notificaciones y plataformas. La tecnología ha dejado de ser un accesorio para convertirse en parte estructural de nuestra cotidianidad. Sin darte cuenta, ya has interactuado con recursos educativos digitales: quizá viste un video tutorial en YouTube para entender un tema complicado, descargaste una infografía desde Instagram, usaste una app para practicar idiomas o leíste un PDF compartido por WhatsApp. Aunque parecen acciones informales, pueden tener gran valor educativo si se insertan en una propuesta pedagógica bien diseñada. Esta clase busca justamente eso: dar nombre y sentido a esas herramientas cotidianas, para comprender cómo, cuándo y por qué integrarlas al aprendizaje. En el campo de las Humanidades —como historia, filosofía o literatura— la tecnología ya no es ajena: hoy puede potenciar el pensamiento crítico, la participación, la creatividad y la producción cultural.
Imagen 1: Palacios, G. A. (2025). [Joven utilizando simultáneamente una laptop, una Tablet y un celular, con íconos de Zoom, WhatsApp y YouTube]. DALL·E 3.
Responder a esto implica más que enumerar herramientas. Se trata de identificar la intención educativa que las acompaña y el impacto que generan. Por eso, en esta primera clase, exploraremos tres formas de clasificar los recursos digitales: TIC, TAC y TEP. Esta clasificación no solo te ayudará a organizar el ecosistema digital, sino también a reflexionar sobre el enfoque pedagógico de cada recurso. Como señalan Área y Adell (2012), incorporar tecnología no garantiza innovación: todo depende del modo en que se articule con la estrategia educativa. Así que prepárate para mirar con nuevos ojos lo que ya conoces. Este primer encuentro será una guía para navegar el mundo digital desde una mirada humanista y crítica. Porque en educación no basta con estar conectados: necesitamos pensar cómo construimos el conocimiento en red.
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1.1 ¿Qué son los recursos educativos digitales? RED
Antes de sumergirnos en las categorías que nos ayudarán a comprender mejor el mundo digital educativo, necesitamos detenernos en una pregunta esencial: ¿a qué nos referimos cuando hablamos de recursos educativos digitales? Tal vez pienses que se trata simplemente de materiales en formato digital, pero hay algo más profundo que queremos explorar contigo. En esta sección, vamos a definir qué son los RED y por qué son una pieza clave en el diseño pedagógico contemporáneo. Solo entendiendo con claridad este concepto podremos luego clasificarlos y usarlos de forma intencionada y transformadora.
Imagen 2: Palacios, G. A. (2025). [Composición de seis recursos multimedia: infografía, podcast, audífonos, simulación 3D, libro digital y videolección]. DALL·E 3. Imagen 2: Palacios, G. A. (2025). [Composición de seis recursos multimedia: infografía, podcast, audífonos, simulación 3D, libro digital y videolección]. DALL·E 3.
Los recursos educativos digitales (RED) son materiales diseñados para apoyar o transformar los procesos de enseñanza y aprendizaje mediante el uso de tecnologías digitales. Estos recursos no son meramente instrumentos tecnológicos, sino medios cuidadosamente seleccionados o creados con intención pedagógica. Su valor reside en su capacidad para adaptar el conocimiento a distintos contextos, niveles y estilos de aprendizaje, utilizando formatos como texto, imagen, audio, video, animaciones, juegos, simuladores o entornos interactivos (Cabero-Almenara & Llorente-Cejudo, 2020).
El concepto de RED es dinámico, ya que depende tanto del propósito educativo como de su forma de integración en el aula. En este sentido, una infografía, una serie de podcasts, una aplicación móvil o un entorno de realidad aumentada pueden considerarse RED si están diseñados para generar aprendizaje significativo (García-Valcárcel & Basilotta-Gómez-Pablos, 2018).
Es importante destacar que no todo material digital es automáticamente un recurso educativo. Para que lo sea, debe tener una finalidad didáctica explícita. Por ejemplo, una canción pop no es en sí misma un RED, pero puede convertirse en uno si se utiliza para enseñar análisis literario, emociones, cultura o valores. Esto nos lleva a entender los RED como objetos pedagógicos flexibles, que requieren mediación docente y una planificación reflexiva de su uso.
En el contexto postpandemia, el auge de los RED ha sido exponencial. La necesidad de mantener la educación en modalidad virtual aceleró la producción, curaduría y circulación de estos materiales, aunque también evidenció brechas en la capacidad docente para diseñarlos o integrarlos críticamente. Este proceso reveló un nuevo campo de formación profesional: la pedagogía digital crítica.
Además, existe un debate actual sobre la denominación. ¿Deberíamos seguir llamándolos "recursos educativos digitales"? Muchos docentes que también son creadores de contenido prefieren términos como recursos pedagógicos multimediáticos o entornos formativos digitales, más acordes con el enfoque formativo y la diversidad de lenguajes que integran. La evolución de estos conceptos está estrechamente relacionada con los avances tecnológicos y con los cambios en los paradigmas educativos contemporáneos.
Por tanto, comprender los RED no es solo una cuestión técnica, sino también cultural, política y pedagógica. Su diseño, uso y evaluación deben estar guiados por criterios éticos, inclusivos y pedagógicos que respondan a las necesidades del estudiantado y fomenten una educación transformadora.
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1.2 Clasificación: TIC, TAC y TEP
Antes de elegir una herramienta digital para tus clases, es importante preguntarse: ¿para qué la vas a usar?, ¿qué tipo de experiencia de aprendizaje deseas generar?, ¿qué rol tendrá el estudiante en ese proceso? A veces, nos dejamos llevar por lo novedoso de una plataforma o aplicación, sin detenernos a pensar en su propósito pedagógico. Por eso, más que una simple lista de herramientas, lo que necesitamos es un marco que nos permita comprender distintos niveles de integración tecnológica en educación. Aquí es donde entran las TIC, las TAC y las TEP: tres enfoques que nos ayudarán a clasificar las tecnologías no solo por su función técnica, sino por la profundidad de su impacto educativo.
La clasificación TIC–TAC–TEP surge como una necesidad de diferenciar no solo las herramientas utilizadas en los procesos educativos, sino también los enfoques pedagógicos que las sustentan. Es probable que recuerdes los primeros años en que la tecnología comenzó a introducirse en las aulas: el foco estaba en tener computadoras, proyectores, acceso a internet. Pero pronto se hizo evidente que simplemente contar con infraestructura no garantizaba una mejora en los aprendizajes. Hacía falta un cambio más profundo, uno que no solo implicara usar tecnología, sino comprender con qué fin se hacía.
Así nace esta clasificación. A través de ella podemos identificar tres niveles o capas del uso de la tecnología en contextos educativos. Las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) representan el primer nivel, más instrumental: permiten acceder, producir y compartir información (Area & Adell, 2012). Las TAC (Tecnologías del Aprendizaje y el Conocimiento) introducen un nivel metodológico: su foco está en cómo estas herramientas pueden ser integradas a una propuesta didáctica para fomentar aprendizajes significativos (García-Peñalvo & Ramírez-Montoya, 2017). Finalmente, las TEP (Tecnologías del Empoderamiento y la Participación) abren una tercera dimensión, más crítica y transformadora: buscan generar impacto social, participación activa y ciudadanía digital (Domingo & Marquès, 2020).
Este marco conceptual propone una evolución: pasamos de usar la tecnología solo para informar, luego para formar, y finalmente para transformar. En ese recorrido, la herramienta deja de ser un fin en sí mismo y se convierte en un medio para desarrollar competencias, crear vínculos con la realidad, y empoderar a los sujetos. Hoy, más que nunca, necesitamos educadores capaces de transitar estos tres niveles de manera crítica, sabiendo que detrás de cada app o plataforma existe una decisión pedagógica.
1.2.1 TIC – Tecnologías de la Información y la Comunicación
Las TIC son herramientas tecnológicas que permiten acceder, transmitir, almacenar y procesar información en formatos diversos. Incluyen desde computadoras, internet, navegadores y redes sociales, hasta plataformas de videoconferencia como Zoom o Meet, servicios en la nube como Google Drive, blogs, canales de YouTube y sitios web educativos. Su valor pedagógico reside en su capacidad para facilitar el acceso al conocimiento y la comunicación entre estudiantes y docentes (Area & Adell, 2012).
Imagen 3: Palacios, G. A. (2025). [Estudiante participando en una videollamada educativa mientras revisa contenido en su celular]. DALL·E 3. Imagen 3: Palacios, G. A. (2025). [Estudiante participando en una videollamada educativa mientras revisa contenido en su celular]. DALL·E 3.
Durante la pandemia, su uso fue determinante: permitieron sostener la actividad escolar mediante clases sincrónicas, envíos de tareas digitales, foros de discusión y acceso a bibliotecas virtuales. Sin embargo, su uso inicial fue mayoritariamente instrumental, centrado en “sustituir lo presencial por lo digital” sin un rediseño didáctico significativo. Hoy, fuera de la urgencia, es fundamental repensar su propósito.
Ventajas:
Democratización del acceso al conocimiento (si hay conectividad).
Ampliación del aula más allá de los límites físicos y temporales.
Multiformato: texto, imagen, audio, video.
Fomento de la comunicación y colaboración a distancia.
Desventajas:
Su uso sin intencionalidad pedagógica puede llevar a la simple reproducción de contenidos.
La brecha digital (acceso, habilidades, infraestructura) aún persiste.
Riesgos de dispersión, sobrecarga de información e infoxicación.
Dificultades para evaluar el aprendizaje si no se acompaña de planificación.
Reflexión:
En distintos contextos se ha empezado a hablar también de “tecnologías de acceso a la cultura digital”, destacando que las TIC son un primer paso para desarrollar una ciudadanía informada, aunque aún pasiva. Las TIC deben verse como un derecho pedagógico básico, especialmente en contextos de desigualdad. Esto implica garantizar no solo dispositivos, sino también formación crítica para su uso. La alfabetización digital no puede limitarse a saber usar herramientas: debe incluir competencias informacionales, comunicacionales y éticas. Además, no todas las TIC conducen automáticamente al aprendizaje. El exceso de recursos, sin acompañamiento docente, puede generar ansiedad o fatiga cognitiva. Por eso, docentes y diseñadores deben seleccionar cuidadosamente las herramientas que realmente potencien el aprendizaje y preguntarse siempre: ¿cuál es el propósito de usar esta tecnología en este momento y con estos estudiantes?
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1.2.2. TAC – Tecnologías del Aprendizaje y el Conocimiento
Cuando las TIC se emplean con una finalidad didáctica clara, hablamos de TAC. Estas tecnologías no solo informan, sino que permiten enseñar, aprender, construir, reflexionar y evaluar conocimientos. Las TAC requieren de un rediseño metodológico donde el estudiante sea protagonista activo del proceso formativo (García-Peñalvo & Ramírez-Montoya, 2017).
Plataformas como Moodle, Genially, Canva for Education, Edpuzzle, Flipgrid, Socrative, y aplicaciones de gamificación como Kahoot y Quizizz, son ejemplos claros de TAC. Estas herramientas permiten planificar, diseñar, ejecutar y evaluar experiencias educativas personalizadas, colaborativas y creativas. Muchas de ellas ofrecen versiones gratuitas para docentes, lo cual permite su integración incluso en contextos con pocos recursos.
Imagen 4: Palacios, G. A. (2025). [Niños usando tabletas con aplicaciones educativas en un aula con presencia de una docente]. DALL·E 3. Imagen 4: Palacios, G. A. (2025). [Niños usando tabletas con aplicaciones educativas en un aula con presencia de una docente]. DALL·E 3.
Ventajas:
Adaptación a distintos estilos, ritmos y niveles de aprendizaje.
Integración de contenidos disciplinares con competencias transversales.
Fomento de la autonomía, la autoevaluación y la metacognición.
Posibilidad de crear entornos activos, gamificados y colaborativos.
Desventajas:
Requiere formación docente constante y contextualizada.
Aumento de la carga de planificación y seguimiento.
Riesgo de centrarse en la herramienta en lugar de los objetivos pedagógicos.
Algunos contextos educativos no disponen de libertad curricular para su implementación.
Reflexión:
El término “tecnologías pedagógicas interactivas” ha sido propuesto por algunos autores para referirse a herramientas que, más allá de enseñar contenidos, permiten que los estudiantes dialoguen con la información y construyan su propio saber. Estas tecnologías deben insertarse dentro de modelos pedagógicos sólidos como el aprendizaje basado en proyectos, el aprendizaje invertido o el aprendizaje situado. Su valor no reside solo en el recurso digital, sino en la estrategia que lo acompaña. Un ejemplo común de error es usar Kahoot únicamente como examen divertido, sin que los estudiantes puedan reflexionar o dialogar sobre los resultados. Además, hay un riesgo importante en la “tecnologización del currículo”: algunas instituciones adoptan plataformas sofisticadas sin una transformación real de la enseñanza. Se digitalizan viejos esquemas sin repensar el rol del docente ni del estudiante. Las TAC solo cumplen su propósito si se articulan con una visión crítica de la educación, respetan la diversidad del estudiantado y abren espacio a la creatividad y la innovación.
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1.2.3. TEP – Tecnologías del Empoderamiento y la Participación
Las TEP representan un paso más allá: se enfocan no solo en enseñar, sino en formar ciudadanos críticos, creativos y comprometidos. Estas tecnologías promueven el trabajo colectivo, la producción colaborativa de saberes, la visibilización de causas sociales, el diálogo intercultural y la participación activa en la construcción del conocimiento (Domingo & Marquès, 2020).
Imagen 5: Palacios, G. A. (2025). [Grupo de jóvenes creando un pódcast educativo con micrófonos y laptop]. DALL·E 3. Imagen 5: Palacios, G. A. (2025). [Grupo de jóvenes creando un pódcast educativo con micrófonos y laptop]. DALL·E 3.
Estas herramientas permiten a los estudiantes ejercer su derecho a comunicar, a participar y a transformar su entorno, convirtiendo las aulas en espacios de ciudadanía activa. Blogs colaborativos, campañas digitales, podcasts estudiantiles, proyectos con enfoque de género o ecología, y publicaciones en redes sociales con fines pedagógicos son ejemplos concretos del enfoque TEP.
Imagen 6: Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de las diferencias entre TIC, TAC y TEP con escenas de uso educativo digital]. DALL·E 3. Imagen 6: Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de las diferencias entre TIC, TAC y TEP con escenas de uso educativo digital]. DALL·E 3.
Ventajas:
Fomento del pensamiento crítico y la conciencia ciudadana.
Formación de comunidades de aprendizaje horizontales.
Empoderamiento de estudiantes y docentes como sujetos políticos.
Potenciación de la creatividad y la producción cultural.
Desventajas:
Exigen un cambio profundo en la cultura institucional.
Requieren tiempo y recursos para su diseño e implementación.
Implican riesgos éticos si no hay acompañamiento en el uso de medios abiertos (por ejemplo, exposición de menores o uso indebido de redes).
A veces son subvaloradas frente a enfoques más tradicionales.
Reflexión:
Algunos investigadores han comenzado a usar expresiones como “tecnologías para la acción social” o “tecnologías de participación crítica” para referirse a las TEP, subrayando su potencial para vincular el aula con la comunidad. Estas herramientas no solo deben formar habilidades técnicas, sino también éticas, políticas y culturales. En este marco, el docente se convierte en facilitador de procesos de empoderamiento, y el estudiante en un agente activo de cambio. Este enfoque plantea preguntas profundas: ¿para qué educamos?, ¿qué papel juega la tecnología en la transformación social?, ¿cómo evitar que las herramientas digitales repliquen desigualdades en lugar de combatirlas? Las TEP desafían la lógica del consumo pasivo y promueven una educación participativa, con propósito, situada y transformadora. Son una invitación a repensar el sentido profundo del acto educativo en un mundo interconectado, desigual y en constante cambio. Y sobre todo, también saber cuándo podemos apagar tecnologías modernas y recordar que hay otras opciones tradicionales tan sencillas como usar un lápiz y papel.
Imagen 7: Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de las diferencias entre TIC, TAC y TEP con escenas de uso educativo digital]. DALL·E 3. Imagen 7: Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de las diferencias entre TIC, TAC y TEP con escenas de uso educativo digital]. DALL·E 3.
Antes de ver el video, reflexiona sobre los recursos digitales que utilizas en tu aprendizaje o enseñanza. ¿Cómo los clasificarías? ¿Qué beneficios y desafíos has experimentado con ellos?
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Para conocer más sobre Tipos de recursos Educativos Digitales, puedes ver el siguiente video ¡Accede aquí!
Después de ver el video, considera cómo se clasifican los recursos educativos digitales y cómo esta clasificación puede ayudarte a seleccionar herramientas más efectivas para tus objetivos educativos. ¿Hay alguna categoría que te parezca más útil o relevante?
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Para conocer más sobre Recursos educativos digitales y el proceso de enseñanza aprendizaje sobre funciones cuadráticas en la unidad educativa Ancón, puedes leer el siguiente artículo ¡Accede aquí!
Este estudio analiza cómo los recursos educativos digitales pueden mejorar la enseñanza y el aprendizaje de funciones cuadráticas en estudiantes de segundo año de bachillerato. Los autores implementaron herramientas digitales para facilitar la comprensión de conceptos matemáticos, observando una mejora en el rendimiento académico y en la actitud de los estudiantes hacia la materia.
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Este recurso te ayudará a enfatizar sobre TIC EN EDUCACIÓN ¡Accede aquí!
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Introducción
Recuerdas la última vez que buscaste cómo resolver una duda académica en Internet? Tal vez fue un video en YouTube, un curso en línea o incluso una infografía compartida en redes sociales. Lo cierto es que, sin darnos cuenta, muchas de nuestras experiencias de aprendizaje hoy ocurren en entornos digitales. En el mundo actual, marcado por la acelerada transformación tecnológica, las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) no solo complementan la educación tradicional, sino que la han reformulado por completo. Desde aulas físicas hasta dispositivos móviles, el acceso al conocimiento se ha descentralizado, volviéndose más accesible, inmediato y colaborativo (Salinas, 2004; García Aretio, 2017). Las TIC han transformado no solo los medios, sino también los métodos de enseñanza. ¿Te has dado cuenta de cómo cambió la dinámica en el aula con la llegada de recursos como plataformas virtuales, foros interactivos o canales educativos? Como señalan Cabero y Llorente (2006), las tecnologías no son neutras: transforman el modo en que aprendemos, cómo nos relacionamos con el conocimiento e incluso cómo lo valoramos.
En esta clase nos enfocaremos en dos de las expresiones más comunes y significativas de las TIC en el ámbito educativo: las páginas web educativas y las plataformas de aprendizaje en línea. Más que simples repositorios de información, estos espacios virtuales actúan como entornos vivos, en constante actualización, que pueden adaptarse a las necesidades de docentes y estudiantes y permitir procesos de construcción de conocimiento colaborativo.
Pero ¿cómo saber si una página web realmente es educativa? ¿O si una plataforma está diseñada para fomentar el aprendizaje significativo o simplemente para distribuir tareas? En un entorno digital cada vez más saturado de contenidos, resulta esencial desarrollar una mirada crítica y reflexiva. No basta con tener acceso: debemos saber seleccionar, evaluar y aplicar los recursos digitales con criterios pedagógicos claros (Area Moreira, 2010). No todas las plataformas responden a las mismas necesidades, ni todo contenido en línea está pensado para formar. Por eso, en esta clase, nos proponemos brindarte herramientas que te permitan identificar con claridad qué características hacen que una página o plataforma digital sea efectiva en contextos de formación, tanto dentro como fuera de las instituciones educativas. Y si estás pensando que esto solo aplica a escuelas o universidades, te invitamos a recordar alguna ocasión en que hayas ayudado a un familiar, un colega o incluso a una comunidad a resolver una duda o emprender un aprendizaje a través de una herramienta digital. La educación se está descentralizando. Hoy, aprender puede suceder en la sala de una casa, en un cibercafé, en el transporte público o en un grupo de WhatsApp (imagen 1). Y en todos esos espacios, las páginas web educativas y las plataformas virtuales tienen un rol cada vez más protagónico.
Imagen 1. Palacios, G. A. (2025). [Cuatro escenas que representan entornos educativos diversos: estudiante en casa, en aula, en transporte público y en laboratorio de computación]. DALL·E 3.
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2. TIC (Tecnologías de la educación y la comunicación)
Esta clase no solo te ayudará a conocer las herramientas más utilizadas actualmente, sino también a desarrollar criterios sólidos de evaluación y comprensión crítica de su funcionamiento. Al finalizarla, estarás mejor preparado para identificar cuáles de estas tecnologías pueden enriquecer tu propia práctica educativa o tu proceso de formación profesional. ¿Estás listo para mirar con nuevos ojos las páginas que visitas a diario y las plataformas en las que tomas o impartes clases?
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2.1. Páginas web educativas
¿Qué son y por qué importan?
Piensa en la última vez que buscaste en internet cómo hacer una presentación, resolver un problema de álgebra o comprender un concepto histórico. Probablemente te encontraste con una variedad enorme de resultados: blogs, publicaciones de redes sociales, artículos de Wikipedia, videos explicativos o documentos en PDF. Pero ¿cuántos de ellos estaban realmente diseñados para enseñar?
Aquí es donde las páginas web educativas cobran importancia. Estas no son simples espacios de información; son sitios construidos con intencionalidad pedagógica, es decir, con el objetivo específico de guiar y facilitar un proceso de aprendizaje (Cabero & Llorente, 2006). Están diseñadas para ofrecer contenidos organizados, verificados y estructurados de manera que favorezcan el acceso, la comprensión y la aplicación del conocimiento en distintos contextos.
Estas páginas pueden estar alojadas en portales institucionales, como los sitios de universidades, ministerios de educación o redes académicas, pero también pueden surgir de iniciativas independientes lideradas por profesionales de la educación, colectivos de docentes o fundaciones. Un ejemplo claro es Khan Academy, reconocida por democratizar el aprendizaje con lecciones breves y claras en áreas como matemáticas, biología o historia. De igual manera, el sitio educ.ar en Argentina centraliza contenidos interactivos y recursos organizados por nivel educativo y área curricular.
¿Y si te dijera que muchas de las páginas que usas a diario, como YouTube o Pinterest, también pueden cumplir funciones educativas si las abordas con el enfoque adecuado? En efecto, como señala Salinas (2004), el valor pedagógico de un entorno digital no está solo en su diseño, sino en el uso que hacemos de él (imagen 2). Por eso, uno de los objetivos centrales de esta clase es ayudarte a desarrollar una mirada crítica sobre cómo seleccionas y utilizas estos recursos.
Imagen 2: Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de estudiantes sentados alrededor de una pantalla gigante con íconos de libro, video, corazón y graduación, representando recursos digitales educativos]. DALL·E 3. Imagen 2: Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de estudiantes sentados alrededor de una pantalla gigante con íconos de libro, video, corazón y graduación, representando recursos digitales educativos]. DALL·E 3.
Tipos de contenido
Las páginas web educativas pueden ofrecer una gran variedad de contenidos y formatos, cada uno con un propósito didáctico particular. Entre ellos encontramos:
- Artículos explicativos, diseñados para profundizar en un tema con lenguaje claro, ejemplos y recursos complementarios.
- Materiales descargables, como guías de trabajo, hojas de ejercicios, rúbricas o plantillas para actividades prácticas.
- Recursos multimedia, como videos tutoriales, animaciones, simuladores y presentaciones interactivas.
- Juegos didácticos y cuestionarios en línea, que permiten reforzar conceptos mediante dinámicas lúdicas.
Pero lo más importante no es solo la forma del contenido, sino su aplicación. En una escuela, por ejemplo, un docente puede usar un video de YouTube EDU para introducir una unidad sobre cambio climático. En un centro comunitario, un voluntario puede usar materiales de ProFuturo para enseñar habilidades digitales básicas a adultos mayores. En una empresa, una plataforma como Coursera puede ser el canal mediante el cual los empleados se capacitan en liderazgo, resolución de conflictos o análisis de datos.
Como menciona García Aretio (2017), la flexibilidad de las TIC permite una diversificación de los espacios y tiempos de aprendizaje, algo que los sistemas educativos tradicionales aún están aprendiendo a integrar. En este sentido, un contenido puede tener una vida útil muy diferente dependiendo del contexto: una guía en PDF puede ser el recurso clave en un taller rural sin conexión constante a internet, mientras que una presentación interactiva puede funcionar mejor en una sesión en vivo a través de Zoom.
Imagen 3: Palacios, G. A. (2025). [Tres escenas que muestran el uso de tecnología en contextos escolares, intergeneracionales y corporativos]. DALL·E 3. Imagen 3: Palacios, G. A. (2025). [Tres escenas que muestran el uso de tecnología en contextos escolares, intergeneracionales y corporativos]. DALL·E 3.
¿Te has detenido alguna vez a pensar cuántos de estos recursos has utilizado en los últimos meses, ya sea como estudiante, docente o profesional? Reflexionar sobre esta experiencia personal también es parte del proceso formativo.
Criterios para evaluar su calidad
No todo lo que está en línea sirve para enseñar, y no todo lo que parece educativo lo es realmente. Por eso es fundamental contar con criterios claros para evaluar la calidad de una página web educativa. Entre los más importantes encontramos:
- Autoría y credibilidad: ¿Quién creó el contenido? ¿Es una institución reconocida? ¿Se incluyen referencias bibliográficas o enlaces a fuentes confiables?
- Actualización: ¿Cuándo fue la última vez que se modificó el contenido? ¿Está alineado con los avances más recientes del área?
- Usabilidad: ¿Es fácil navegar por la página? ¿Está optimizada para distintos dispositivos? ¿La estructura del sitio facilita el aprendizaje autónomo?
- Propósito pedagógico: ¿El sitio tiene una finalidad claramente formativa? ¿Incluye objetivos de aprendizaje, actividades o retroalimentación?
Estos criterios están ampliamente respaldados en la literatura especializada. Según el Ministerio de Educación del Ecuador (2023), una página educativa debe combinar claridad en su estructura, intencionalidad pedagógica y diseño accesible para ser verdaderamente efectiva. Además, Salinas (2004) advierte que los entornos digitales deben evitar la sobrecarga cognitiva, manteniendo una estructura visual limpia y con jerarquías claras.
Y ahora imagina un futuro cercano en el que la evaluación de estos sitios no dependa exclusivamente de ti, sino de una inteligencia artificial que filtre los resultados por criterios pedagógicos. Este tipo de desarrollos ya se están explorando, lo que plantea nuevos desafíos éticos sobre el rol del juicio humano en la formación educativa (Siemens, 2005).
Imagen 4: Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de personas mayores, adultos y niños aprendiendo juntos con dispositivos digitales en un entorno inclusivo]. DALL·E 3. Imagen 4: Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de personas mayores, adultos y niños aprendiendo juntos con dispositivos digitales en un entorno inclusivo]. DALL·E 3.
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2.2. Plataformas de aprendizaje en línea
¿Has participado alguna vez en una clase virtual? Tal vez fue un curso universitario, un taller de actualización docente o un programa gratuito que encontraste navegando en redes. Lo cierto es que las plataformas de aprendizaje se han vuelto cada vez más comunes y, en muchos casos, indispensables. Ya no son un complemento del aula física, sino su alternativa, su extensión e incluso su reemplazo en determinados contextos.
Las plataformas de aprendizaje en línea, conocidas también como LMS (Learning Management Systems) por sus siglas en inglés, son entornos digitales estructurados que permiten a docentes, instituciones y organizaciones planificar, gestionar y evaluar procesos formativos. En palabras de García Aretio (2017), “son más que repositorios de materiales: son escenarios completos de interacción pedagógica”, donde se puede generar comunidad, seguimiento, evaluación y retroalimentación. Estas plataformas permiten organizar clases, compartir documentos, realizar evaluaciones y fomentar la comunicación asincrónica (foros, comentarios) y sincrónica (videollamadas, sesiones en vivo).Un aspecto clave de estas plataformas es que permiten personalizar el proceso de aprendizaje. A diferencia de una página web estática, en una plataforma educativa se puede llevar un registro del avance del estudiante, asignar tareas diferenciadas, integrar recursos externos e incluso proponer caminos alternativos de aprendizaje según el nivel o interés de cada usuario.
A continuación, exploraremos algunas de las más utilizadas, cada una con su propia lógica pedagógica y tecnológica.
2.2.1. Moodle, Blackboard, Google Classroom.
Moodle: flexibilidad y autonomía
Moodle es una de las plataformas más extendidas a nivel mundial. Su principal fortaleza es que se trata de un software de código abierto, lo que significa que las instituciones pueden personalizarla según sus necesidades pedagógicas. Muchas universidades latinoamericanas la usan para desarrollar aulas virtuales completas, con materiales de lectura, foros, tareas, rúbricas de evaluación y cuestionarios automáticos.
Imagen 5: Palacios, G. A. (2025). [Joven investigando en una biblioteca con laptop y cuaderno, en un entorno cálido y silencioso]. DALL·E 3. Imagen 5: Palacios, G. A. (2025). [Joven investigando en una biblioteca con laptop y cuaderno, en un entorno cálido y silencioso]. DALL·E 3.
¿Recuerdas alguna experiencia en Moodle? Tal vez tuviste que entregar una actividad allí, o participar en un foro. La gran ventaja es su estructura modular, que permite integrar distintos tipos de actividades y recursos (Cabero & Llorente, 2006). Además, se están desarrollando plugins con inteligencia artificial que ayudan a identificar patrones de aprendizaje, predecir riesgo de abandono y ofrecer tutorías automatizadas, abriendo un campo muy prometedor para la personalización del aprendizaje.
Google Classroom: integración y simplicidad
Google Classroom ha ganado popularidad especialmente en el ámbito escolar por su facilidad de uso y su integración con otras herramientas de Google (Drive, Docs, Meet, Calendar, entre otras). En cuestión de minutos, un docente puede crear una clase, invitar a estudiantes, asignar tareas y dar retroalimentación.
Su diseño está pensado para contextos donde se valora la agilidad y la conectividad entre aplicaciones. Esto ha sido especialmente útil durante la pandemia, cuando muchas instituciones necesitaban una solución inmediata para la continuidad pedagógica (Ministerio de Educación del Ecuador, 2023). Sin embargo, su dependencia del ecosistema Google también genera cuestionamientos en torno a la soberanía tecnológica y la protección de datos estudiantiles, temas que merecen análisis desde una perspectiva crítica.
Blackboard: profesionalización y análisis de datos
Blackboard es una plataforma robusta, especialmente pensada para instituciones de educación superior. Permite una gestión académica muy detallada, con informes de progreso personalizados, seguimiento de participación y múltiples opciones de evaluación. A diferencia de otras plataformas más intuitivas, Blackboard requiere una curva de aprendizaje más alta, tanto para docentes como para estudiantes, pero a cambio ofrece herramientas poderosas para el diseño instruccional y el análisis de resultados.
En universidades con orientación investigativa, esta plataforma se utiliza para estructurar programas completos, incluyendo seminarios, tutorías, grupos de trabajo, evaluaciones tipo portafolio y más. Su enfoque está alineado con la lógica de la analítica del aprendizaje, que busca usar los datos para mejorar procesos de enseñanza (Siemens, 2005).
ClassDojo y Classcraft: gamificación del aula
¿Te imaginas convertir tu clase en un videojuego? Eso es precisamente lo que proponen plataformas como ClassDojo y Classcraft, que aplican la lógica del juego (niveles, recompensas, misiones, equipos) a contextos educativos. Esta metodología se conoce como gamificación y ha demostrado ser especialmente eficaz para motivar a estudiantes de primaria y secundaria, aunque también tiene aplicaciones en la formación profesional.
Imagen 6: Palacios, G. A. (2025). [Niños usando tabletas digitales en un aula escolar con supervisión docente]. DALL·E 3. Imagen 6: Palacios, G. A. (2025). [Niños usando tabletas digitales en un aula escolar con supervisión docente]. DALL·E 3.
ClassDojo permite que docentes asignen puntos por buenos comportamientos, cumplimiento de tareas o colaboración, y que los estudiantes puedan ver su progreso a través de avatares y estadísticas. Es una herramienta muy útil para la educación emocional y el fortalecimiento de la convivencia escolar.
Por su parte, Classcraft se basa en una narrativa más compleja, inspirada en los videojuegos de rol. Los estudiantes eligen personajes, ganan puntos de experiencia, desbloquean poderes y enfrentan desafíos colaborativos. El objetivo no es solo aprender contenidos, sino desarrollar habilidades blandas como el trabajo en equipo, la resolución de problemas o la empatía.
La gamificación, entendida como el uso de mecánicas de juego en entornos no lúdicos, es una estrategia cada vez más valorada en el campo educativo. Según Area Moreira (2010), su potencial radica en movilizar emociones positivas hacia el aprendizaje, incrementar la participación activa y generar un entorno de aprendizaje significativo.
Pero no se trata solo de hacer “divertidas” las clases. La gamificación bien aplicada exige un diseño instruccional cuidadoso, con objetivos claros, retroalimentación constante y coherencia entre las actividades propuestas y los aprendizajes esperados.
2.2.2. Funcionalidades básicas: creación de cursos, compartir materiales, asignar tareas y evaluaciones.
¿Qué nos espera en el futuro?
La gran pregunta que se abre ante este panorama es: ¿cómo integrar estas herramientas de manera ética, sostenible y pedagógicamente intencionada? ¿Podríamos pensar en una educación gamificada para comunidades rurales, talleres de liderazgo o procesos terapéuticos? ¿Y qué sucede con quienes no tienen acceso a conectividad estable o dispositivos?
Aquí es donde aparece el reto de la inclusión digital, un aspecto fundamental que debe acompañar cualquier innovación tecnológica en educación. Como advierte Salinas (2004), “las tecnologías, por sí solas, no garantizan mejoras educativas. Solo si están al servicio de una pedagogía centrada en el estudiante y en el contexto, pueden transformar realmente los procesos de enseñanza”.
El futuro no está escrito, pero sí está en construcción. Y tú, como educador, estudiante o profesional, eres parte activa de ese diseño.
Recurso de profundización: Piensa en las herramientas digitales que has utilizado en tu experiencia educativa. ¿Cuáles han sido más efectivas y por qué?
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TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación). Aplicaciones educativas y recursos multimedia
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Introducción
Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) han transformado profundamente los entornos educativos contemporáneos. Su uso en las aulas ha dejado de ser un lujo o una opción complementaria para convertirse en una necesidad formativa, especialmente a partir de las demandas impuestas por la sociedad del conocimiento y las circunstancias globales como la pandemia del COVID-19. Tal como señala Area (2010), las TIC no solo modifican los modos de acceso a la información, sino que también reconfiguran los procesos de enseñanza y aprendizaje en su dimensión comunicativa, cultural y tecnológica.
Imagen 1: Palacios, G. A. (2025). [Estudiantes usando laptops y tabletas en un aula con acompañamiento docente, representando integración digital]. DALL·E 3.
¿En tu contexto social puedes usar libremente tus dispositivos móviles como en la Imagen 1? Creación ia.
Esta clase se enfoca en el análisis crítico y pedagógico de las TIC desde una perspectiva educomunicativa, explorando sus aplicaciones educativas y el potencial que ofrecen los recursos multimedia en diversos contextos. En este sentido, se recuperan contribuciones clave de la educomunicación, entendida como el cruce entre dos campos —educación y comunicación— que propician procesos dialógicos, participativos y transformadores (Kaplún, 1998; Martín-Barbero, 2002). Para abordar el tema, se parte de una mirada histórica y conceptual de la educomunicación, sus enfoques principales y cómo estos han sido integrados en el uso de herramientas digitales. Luego, se analiza el uso de TIC aplicadas a la educación, con especial énfasis en experiencias sistematizadas, como la propuesta que examina los criterios pedagógicos para discernir cuándo y cómo utilizar herramientas tecnológicas de manera significativa en el aula (Palacios, 2022).
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3. TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación)
¿Alguna vez te has preguntado cómo y cuándo usas las tecnologías digitales en tus propios procesos de aprendizaje o enseñanza? Tal vez en algún momento descargaste una app para repasar vocabulario, compartiste una presentación interactiva, o simplemente enviaste tareas por WhatsApp. Estos pequeños actos, que ya forman parte de la cotidianidad educativa, son manifestaciones concretas del uso de las TIC. Sin embargo, más allá del acceso o la habilidad técnica, lo verdaderamente importante es el criterio pedagógico con el que las usamos.
Las TIC no son neutras: pueden reproducir modelos tradicionales o abrir puertas a transformaciones profundas, dependiendo de cómo se integren en la práctica educativa. Por eso, reflexionar sobre sus fundamentos y enfoques resulta indispensable.
La educomunicación, como campo interdisciplinario, integra elementos de la comunicación y la educación para generar procesos formativos participativos y críticos. Existen distintos enfoques que se han desarrollado históricamente y responden a contextos geográficos, políticos y culturales específicos.
Uno de los enfoques más influyentes es el latinoamericano, inspirado en las ideas de Paulo Freire. Se basa en la construcción de saberes a partir del diálogo, la reflexión crítica y la participación activa. En este marco, las TIC no son meros instrumentos, sino vehículos para la transformación social, siempre que se usen con intencionalidad educativa y ética (Freire, 1970).
Imagen 2: Palacios, G. A. (2025). [Docente y niños sentados en círculo en el aula, participando en una conversación con materiales educativos]. DALL·E 3. Imagen 2: Palacios, G. A. (2025). [Docente y niños sentados en círculo en el aula, participando en una conversación con materiales educativos]. DALL·E 3.
De qué vale tener tecnologías si nos separamos. Debemos buscar el diálogo no a pesar sino con las tecnologías como en la imagen 2. Creación ia.
El enfoque anglosajón, por su parte, pone énfasis en la alfabetización mediática (media literacy). Aquí, el objetivo es dotar a los estudiantes de herramientas críticas para analizar, evaluar y producir mensajes en distintos formatos y medios. Este enfoque considera esencial el desarrollo de competencias digitales para desenvolverse en una sociedad saturada de información (Buckingham, 2003).
Finalmente, el enfoque instrumental aborda las TIC desde su dimensión funcional. Se conciben como recursos que permiten optimizar la enseñanza y facilitar aprendizajes, muchas veces sin cuestionar los modos de producción de conocimiento ni el contexto sociopolítico en que se insertan (Cabero, 2008).
Estos tres enfoques —dialógico, crítico y funcional— no deben verse como excluyentes. Por el contrario, una educación integral puede y debe articular estas perspectivas para diseñar experiencias significativas que integren la reflexión, la técnica y la acción transformadora.
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3.1. Aplicaciones educativas y experiencias con enfoque pedagógico
Si pensamos en las herramientas digitales que usamos en clase, ¿cuántas de ellas responden realmente a una planificación pedagógica clara? Tal vez hayas utilizado una app para hacer un juego con tus estudiantes, o una plataforma para subir tareas. Pero... ¿te has detenido a pensar por qué elegiste esa herramienta y no otra? ¿Qué tipo de aprendizaje se generó con ella?
Hoy en día, las TIC en el aula han dejado de ser un simple apoyo técnico para convertirse en mediadoras del proceso educativo. Su incorporación implica rediseñar los modos de enseñar, aprender, comunicar y evaluar. Existen múltiples aplicaciones y plataformas que han sido desarrolladas específicamente con fines educativos y que pueden adaptarse a distintos niveles, áreas y contextos.
Desde una mirada pedagógica, es clave preguntarse no solo qué tecnología usar, sino por qué, cuándo y cómo integrarla al proceso formativo (Salinas, 2004). La tecnología no tiene efectos automáticos: depende de cómo se articule con los objetivos de aprendizaje, la metodología y el acompañamiento docente.
En este sentido, Palacios (2022) presenta una experiencia didáctica desarrollada con docentes en formación, basada en el Paradigma Pedagógico Ignaciano (PPI), que ofrece cinco momentos: contexto, experiencia, reflexión, acción y evaluación. Este modelo permitió que los estudiantes analizaran críticamente sus prácticas digitales, identificaran valores asociados a las herramientas y diseñaran actividades con sentido educativo y compromiso ético.
Un ejemplo concreto fue el uso de TikTok en clases de enseñanza de idiomas. Inicialmente percibida como una red superficial o de entretenimiento, la plataforma fue resignificada a través de dinámicas gamificadas y análisis pedagógico de contenidos breves. El objetivo era producir materiales que sirvieran como modelos de pronunciación, enseñanza gramatical o vocabulario temático, integrando creatividad, análisis y reflexión crítica.
Imagen 3: Palacios, G. A. (2025). [Grupo de adolescentes grabando un video educativo con un teléfono móvil en el aula]. DALL·E 3. Imagen 3: Palacios, G. A. (2025). [Grupo de adolescentes grabando un video educativo con un teléfono móvil en el aula]. DALL·E 3.
Mira esta Imagen 3 y cree en ti y tu habilidad de ser creador de contenidos de cambio. Creación ia.
La experiencia demostró que, bajo una guía pedagógica estructurada, los estudiantes pueden trascender la mirada instrumental de la tecnología y desarrollar un criterio formativo sobre el uso de aplicaciones móviles y redes sociales en la enseñanza.
3.1.1. Aplicaciones móviles para el aprendizaje
¿Has probado alguna vez una app educativa y sentido que realmente se adapta a tu manera de aprender? Hoy en día, las aplicaciones móviles no solo nos acompañan en nuestra vida cotidiana, sino que también pueden ser aliadas clave en el aprendizaje. Estas herramientas ofrecen múltiples oportunidades para personalizar el proceso, adaptarse a distintos estilos cognitivos y extender el aula más allá de los límites físicos. Como señala Traxler (2009), su potencial radica en su ubicuidad, accesibilidad y capacidad para brindar experiencias de aprendizaje inmediatas, interactivas y dinámicas.
Entre las más utilizadas, encontramos varias que han demostrado su eficacia pedagógica en distintos contextos:
- Duolingo y Memrise: plataformas gamificadas para aprender idiomas a través de repetición espaciada, refuerzos positivos y reconocimiento de voz. ¿Te has animado ya a practicar con alguna?
- Kahoot y Quizizz: ideales para evaluar contenidos de forma lúdica y colaborativa, promoviendo la participación activa gracias a su retroalimentación instantánea.
- Photomath y GeoGebra: potentes herramientas para abordar la resolución de problemas matemáticos mediante visualización, interacción y descomposición paso a paso.
- Forest y Focus To-Do:ayudan a gestionar el tiempo de estudio, fomentando la autorregulación y la atención sostenida. Resultan especialmente útiles cuando el entorno digital se vuelve fuente de distracción.
- Notion, Evernote y Microsoft OneNote: útiles para organizar contenidos, tomar apuntes de forma colaborativa y planificar tareas.
Ahora bien, el verdadero impacto educativo de estas herramientas no depende solo de su descarga o su diseño atractivo, sino de cómo se integran en la planificación docente. Es fundamental que su uso esté mediado por un acompañamiento pedagógico que garantice su pertinencia, favorezca el desarrollo de autonomía y fomente una visión crítica sobre la dependencia tecnológica.
Cuando se utilizan de manera intencionada y reflexiva, estas aplicaciones móviles no solo dinamizan la clase, sino que también fortalecen habilidades cognitivas, comunicativas y metacognitivas en los estudiantes, preparándolos para moverse con criterio en los entornos digitales donde se produce hoy gran parte del conocimiento.
Imagen 4: Palacios, G. A. (2025). [Joven estudiando con libros físicos, cuaderno y una aplicación móvil en su escritorio]. DALL·E 3. Imagen 4: Palacios, G. A. (2025). [Joven estudiando con libros físicos, cuaderno y una aplicación móvil en su escritorio]. DALL·E 3.
La información está en la web para ti. Cita su fuente y da mérito a quien sea creador del conocimiento. Ver Imagen 4. Creación ia.
3.1.2. Aplicaciones por áreas temáticas
Ahora que hemos explorado algunas aplicaciones móviles desde una perspectiva general, vale la pena detenernos a pensar: ¿cómo pueden estas herramientas adaptarse a las distintas asignaturas que enseñamos o estudiamos? No todas las áreas del conocimiento requieren lo mismo, y es aquí donde la tecnología debe volverse aún más estratégica.
El verdadero potencial de las TIC emerge cuando las aplicaciones se alinean con los objetivos específicos de cada disciplina, enriqueciendo las metodologías sin sustituirlas. A continuación, te presentamos ejemplos concretos por áreas temáticas. Quizá reconozcas algunas o incluso descubras nuevas que puedas incorporar en tu práctica:
- Lengua y literatura:
- Book Creator: permite que los estudiantes creen libros digitales combinando texto, imágenes, voz y video. Ideal para fomentar la narrativa y la producción textual.
- Storybird: estimula la escritura creativa a partir de ilustraciones que actúan como disparadores narrativos.
- Wordwall: útil para construir actividades lúdicas como crucigramas o juegos de emparejamiento para trabajar vocabulario o comprensión lectora.
- Ciencias naturales y exactas:
- Labster: ofrece simulaciones de laboratorio en realidad virtual, permitiendo experimentar sin los riesgos o costos de un laboratorio físico.
- PhET Interactive Simulations: facilita la comprensión de fenómenos físicos o químicos con simuladores visuales e interactivos.
- Khan Academy: brinda explicaciones en video, ejercicios prácticos y seguimiento del progreso, especialmente en matemáticas.
- Estudios sociales y ciudadanía:
- Google Earth: ideal para explorar paisajes, ciudades y fronteras desde una perspectiva geográfica y cultural.
- iCivics: juegos diseñados para enseñar cómo funciona la democracia, el poder judicial y los derechos civiles.
- Timeline JS: permite a los estudiantes crear líneas de tiempo multimedia para organizar y presentar procesos históricos complejos.
- Educación artística:
- Canva y Genially: herramientas intuitivas para diseñar carteles, presentaciones o infografías que integren texto e imagen de manera creativa.
- Chrome Music Lab: para experimentar con sonidos y patrones musicales, incluso sin conocimientos técnicos previos.
- Tinkercad: aplicación de diseño 3D ideal para introducir conceptos de volumen, forma y construcción en arte y tecnología.
Mira la imagen 5 y piensa que cada herramienta no solo responde a una necesidad de contenido, sino que también despierta habilidades creativas, analíticas o expresivas en los estudiantes. ¿Cuál de estas te gustaría probar o adaptar a tu contexto? A veces, una sola aplicación bien integrada puede transformar una unidad completa de trabajo.
Imagen 5: Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de un celular gigante con íconos de aplicaciones educativas y estudiantes alrededor]. DALL·E 3. Imagen 5: Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de un celular gigante con íconos de aplicaciones educativas y estudiantes alrededor]. DALL·E 3.
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3.2. Recursos multimedia: tipos y formatos educativos
¿Alguna vez te has preguntado por qué un video o una animación capta tu atención más que una explicación oral? ¿O por qué un podcast puede acompañarte en tus momentos de estudio mejor que una lectura silenciosa? En realidad, no se trata de una simple preferencia, sino de cómo aprendemos y procesamos la información a través de múltiples canales.
Los recursos multimedia han cobrado protagonismo como elementos fundamentales para enriquecer las estrategias pedagógicas. Al combinar distintos lenguajes —visual, auditivo, textual e interactivo— permiten atender a la diversidad de estilos de aprendizaje y potenciar la comprensión significativa de los contenidos (Mayer, 2009).
3.2.1. Videos educativos
Los videos (imagen 6) integran imagen, narración, música y ritmo. ¿Te has detenido a pensar cómo un buen video puede transformar la introducción a un tema complejo? Plataformas como YouTube Edu, EdPuzzle o TeacherTube ofrecen contenidos organizados por niveles, asignaturas y objetivos de aprendizaje. Pero el video por sí solo no enseña: lo que importa es cómo lo uses. Por eso, es clave acompañarlo con preguntas orientadoras, debates o tareas que inviten a pensar.
Imagen 6: Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de un profesor usando un video educativo con estudiantes, acompañado de preguntas y contenido interactivo]. DALL·E 3. Imagen 6: Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de un profesor usando un video educativo con estudiantes, acompañado de preguntas y contenido interactivo]. DALL·E 3.
Animaciones
Las animaciones son excelentes aliadas para visualizar procesos abstractos como una reacción química, una operación matemática o una etapa evolutiva. Herramientas como Powtoon, Animaker o Vyond te permiten crear tus propias cápsulas educativas con pocos recursos técnicos. Además, ¿por qué no invitar a tus estudiantes a producirlas? Convertirse en creadores de contenido refuerza su comprensión.
Podcasts educativos
¿Te imaginas aprender mientras caminas, cocinas o te trasladas al trabajo? Eso es lo que permite el formato podcast, que ha ganado terreno por su flexibilidad y su capacidad para fomentar la escucha activa. Puedes usar podcasts para explicar temas, acompañar lecturas o compartir entrevistas. También puedes proponer que tus estudiantes creen los suyos: es una oportunidad para desarrollar habilidades comunicativas, organizativas y digitales (Ferrés, 2014).
Presentaciones interactivas
Las presentaciones ya no tienen por qué ser lineales ni estáticas. Herramientas como Genially, Prezi o Microsoft Sway te permiten transformar tus clases en experiencias inmersivas con animaciones, botones, enlaces, formularios y más. ¿Y si en lugar de solo mostrar, les das el control a tus estudiantes para que exploren e incluso construyan sus propias presentaciones?
La clave está en no usar estos recursos como adornos, sino como instrumentos pedagógicos que generen diálogo, pensamiento crítico y aprendizajes profundos.
3.2.2. Uso pedagógico de recursos multimedia
Uso de recursos multimedia en el proceso de enseñanza
Quizás después de conocer distintos formatos y herramientas te preguntes: ¿cómo los uso de forma efectiva en mis clases? ¿Qué hace que un recurso multimedia realmente aporte al aprendizaje, más allá de lo visual o llamativo?
El impacto de estos recursos en el proceso educativo depende directamente de cómo los integramos en nuestras actividades didácticas (imagen 7). No basta con mostrar un video o lanzar una presentación interactiva: lo importante es diseñar propuestas que generen participación activa, reflexión crítica y construcción de significado (Area & Adell, 2009).
Imagen 7: Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de una docente señalando una pizarra con íconos de video, gráfico, lista de tareas y megáfono]. DALL·E 3. Imagen 7: Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de una docente señalando una pizarra con íconos de video, gráfico, lista de tareas y megáfono]. DALL·E 3.
Aquí algunos criterios esenciales a considerar:
- El propósito educativo: ¿Para qué se usa el recurso? ¿Qué objetivo de aprendizaje cumple? Su uso debe responder a una necesidad pedagógica concreta.
- La metodología: Es clave insertarlo dentro de una secuencia didáctica que incluya momentos de activación, exploración, producción y evaluación.
- El perfil del estudiante: Intereses, niveles cognitivos, habilidades digitales y contextos socioculturales deben guiar la selección y aplicación del recurso.
- La evaluación formativa: El recurso debe servir para observar procesos, identificar dificultades y proponer mejoras.
Por ejemplo, un video puede usarse como detonante para iniciar un debate crítico. Una animación puede facilitar la comprensión de un concepto abstracto. Un podcast puede funcionar como base para una actividad colaborativa de síntesis. El punto no es el medio, sino lo que hacemos con él.
Cuando se emplean con intencionalidad, los recursos multimedia también fortalecen la competencia comunicacional multimodal: la capacidad de comprender y producir mensajes que combinan texto, imagen, sonido e interactividad (Pérez Tornero & Varis, 2010). En una sociedad mediada por múltiples lenguajes, esta es una habilidad indispensable para docentes y estudiantes.
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Reflexiona sobre el concepto de innovación en la educación. ¿Crees que la incorporación de tecnología por sí sola representa una innovación? ¡Accede aquí!
Después de ver el video, considera las ideas presentadas por Óscar Martín Centeno. ¿Cómo defines ahora la innovación educativa? ¿Qué elementos son esenciales para una verdadera innovación en el aula?
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Explicación del artículo: Este artículo analiza la relación entre innovación y tecnología en la educación latinoamericana. Los autores argumentan que la verdadera innovación implica cambios en las metodologías pedagógicas y no solo la adopción de nuevas tecnologías. Destacan la importancia de adaptar las estrategias educativas al contexto cultural y social de los estudiantes.
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Este recurso te ayudará a enfatizar sobre TIC EN EDUCACIÓN DEL USO INSTRUMENTAL A TRANSFORMACIÓN CRÍTICA ¡Accede aquí!
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Introducción
Dónde sueles buscar la información que necesitas? ¿En una computadora o en un libro? (imagen 1) ¿Cuándo fue la última vez que visitaste una biblioteca física? En la actualidad, las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) han transformado radicalmente la manera en que accedemos al conocimiento, haciéndolo más inmediato y diverso que nunca. Sin embargo, esta abundancia plantea una cuestión fundamental: ¿sabemos realmente elegir las fuentes adecuadas? No basta con acceder a la información; es imprescindible saber discernir entre contenidos válidos y aquellos que no cumplen criterios de calidad académica. Como señala Area Moreira (2012), "el verdadero reto no es acceder a la información, sino saber evaluarla y transformarla en conocimiento útil".
Imagen 1: Palacios, G. A. (2025). [Estudiante investigando en bibliotecas digitales con laptop y libreta, en un entorno de estudio personal]. DALL·E 3.
En esta clase nos adentraremos en el papel que juegan las TIC en el acceso al conocimiento, prestando especial atención a las bibliotecas digitales y a las herramientas para localizar recursos educativos de calidad. A lo largo del recorrido, reflexionaremos sobre las estrategias necesarias para realizar búsquedas efectivas y responsables, entendiendo que la habilidad de elegir correctamente es tan crucial como la de encontrar. Nuestro objetivo será no solo explorar las posibilidades que ofrecen las TIC, sino también fortalecer un criterio crítico que nos prepare para enfrentar los constantes cambios del entorno digital.
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4.1. Bibliotecas digitales
¿Te has preguntado alguna vez cómo evolucionaron las bibliotecas hasta convertirse en espacios virtuales de acceso al conocimiento? Las bibliotecas digitales son plataformas en línea que permiten almacenar, organizar, recuperar y difundir información en formatos electrónicos. En su interior no solo encontramos libros digitalizados, sino también artículos académicos, tesis, imágenes, documentos históricos, mapas y otros recursos que enriquecen la investigación y el aprendizaje. A diferencia de las bibliotecas tradicionales, su principal ventaja es el acceso remoto y simultáneo, eliminando así barreras geográficas y temporales (Ramírez Leyva & Graells, 2008).
Durante siglos, las bibliotecas físicas fueron los guardianes del conocimiento, resguardando colecciones de libros y documentos impresos (imagen 2). Sin embargo, el avance de las tecnologías digitales y la expansión de internet en la década de 1990 marcaron un punto de inflexión. Muchas instituciones iniciaron la digitalización de sus acervos, motivadas no solo por el deseo de preservar materiales vulnerables, sino también por la necesidad de democratizar el acceso global al saber. Según Aguado (2010), la digitalización no fue simplemente una modernización tecnológica, sino una respuesta social ante las demandas de mayor equidad en el acceso a la información. Lo que comenzó siendo una iniciativa de universidades y centros de investigación con altos presupuestos, poco a poco se expandió, permitiendo que incluso comunidades pequeñas pudieran acceder a bibliotecas digitales de prestigio internacional.
Imagen 2: Palacios, G. A. (2025). [Estudiante en biblioteca académica usando laptop rodeada de libros, representando investigación en repositorios]. DALL·E 3. Imagen 2: Palacios, G. A. (2025). [Estudiante en biblioteca académica usando laptop rodeada de libros, representando investigación en repositorios]. DALL·E 3.
¿Biblioteca física o virtual? ¿Qué ideas te vienen con esta imagen?
Ahora bien, ¿han quedado las bibliotecas físicas en el olvido? La respuesta es no. A pesar del crecimiento exponencial de las bibliotecas digitales, las instituciones presenciales siguen teniendo un rol irremplazable, sobre todo en contextos donde el acceso a internet es limitado o la brecha tecnológica es amplia. Muchas bibliotecas tradicionales se han transformado en espacios híbridos, combinando servicios digitales con actividades presenciales: salas de lectura, programas culturales, talleres de alfabetización informacional, entre otros. En palabras de Suberviola y Martínez (2015), “la biblioteca contemporánea no solo custodia libros, sino que también fomenta la cohesión social, el aprendizaje y la participación comunitaria”.
El surgimiento de las bibliotecas digitales responde a una necesidad creciente de preservar la memoria documental y facilitar el acceso a fuentes de información académica en un mundo cada vez más interconectado. Su desarrollo fue potenciado por la evolución de los sistemas de gestión documental, la normalización de metadatos y el impulso de políticas de ciencia abierta (Area & Pessoa, 2012). Hoy podemos clasificar las bibliotecas digitales en diversas categorías: bibliotecas institucionales, vinculadas a universidades y centros de investigación; bibliotecas temáticas, enfocadas en áreas específicas del conocimiento como historia o medicina; bibliotecas nacionales digitales, como la Biblioteca Nacional de España; y bibliotecas colaborativas, como Europeana o la Biblioteca Digital Mundial, que integran recursos de múltiples instituciones. Esta clasificación no solo organiza el acceso, sino que orienta al usuario sobre la riqueza de posibilidades para la investigación y el aprendizaje en distintos contextos.
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4.1.1. Repositorios en línea de libros electrónicos y artículos académicos
¿Sabías que los repositorios digitales surgieron para garantizar la conservación y libre difusión del saber producido en el ámbito académico? Desde finales del siglo XX, muchas universidades comenzaron a digitalizar sus publicaciones con el objetivo de superar las limitaciones del papel y ampliar el alcance de sus investigaciones. Lo que inicialmente fue una solución técnica se convirtió pronto en una apuesta por la equidad: asegurar que el conocimiento no estuviera restringido por el lugar, el idioma o el costo.
Un repositorio (ver imagen 3) es mucho más que una base de datos; es un entorno digital donde se organizan y clasifican contenidos académicos de forma sistemática. Allí puedes encontrar desde artículos científicos hasta tesis, ponencias y libros completos. Algunos están vinculados a instituciones específicas, mientras que otros reúnen materiales de distintas procedencias y disciplinas. En ambos casos, su aporte radica en facilitar el acceso gratuito y estructurado a la producción intelectual con criterios de calidad y permanencia.
Imagen 3: Palacios, G. A. (2025). [Mapa conceptual sobre la estructura, tipos y aportes de los repositorios académicos]. DALL·E 3. Imagen 3: Palacios, G. A. (2025). [Mapa conceptual sobre la estructura, tipos y aportes de los repositorios académicos]. DALL·E 3.
Entre los más destacados están RedALyC, especializado en humanidades y ciencias sociales; SciELO, con una vasta colección de revistas científicas; CLACSO, centrado en el pensamiento crítico latinoamericano; Dialnet, que ofrece referencias y textos en lengua española; y el Repositorio de FLACSO, orientado a las ciencias sociales. Estas herramientas se han convertido en aliadas fundamentales para quienes necesitan acceder a fuentes académicas confiables sin restricciones económicas o institucionales.
¿Has utilizado alguno de estos recursos en tus estudios o en tu práctica docente? Imagina cómo podría cambiar una clase si tus estudiantes trabajaran con artículos actuales de CLACSO sobre temas como desigualdad o participación ciudadana. No se trata solo de buscar información, sino de saber encontrar las voces más pertinentes para enriquecer nuestro pensamiento y el de quienes nos rodean.
4.1.2. Ejemplos de bibliotecas digitales y su uso en la investigación académica
Las bibliotecas digitales han transformado la manera en que accedemos a fuentes de información, especialmente en contextos académicos. Al ofrecer acceso inmediato a documentos primarios y secundarios, permiten que investigadores, docentes y estudiantes trabajen con materiales especializados sin necesidad de acudir físicamente a una institución. Esta posibilidad ha sido particularmente relevante en regiones donde el acceso a bibliotecas físicas es limitado, como ocurre en numerosos países del Sur Global. Además, en entornos de enseñanza virtual o combinada, su papel ha sido clave para garantizar la continuidad pedagógica y la equidad informativa. Como afirman Ramírez Leyva y Graells (2008), “las bibliotecas digitales contribuyen a democratizar el conocimiento, al eliminar barreras de tiempo, espacio y recursos económicos”.
Diversas plataformas ilustran el potencial de estas herramientas. La Biblioteca Digital Mundial (WDL) reúne documentos culturales de todo el planeta: manuscritos, mapas, libros raros y grabaciones que permiten estudiar procesos históricos desde múltiples perspectivas. Un estudiante de historia, por ejemplo, puede contrastar mapas antiguos con configuraciones geopolíticas actuales para analizar transformaciones territoriales.
Europeana, por su parte, ofrece millones de recursos procedentes de archivos, museos y bibliotecas de Europa. Es ideal para docentes de arte, ya que permite ilustrar clases con imágenes de obras emblemáticas o proponer actividades que conecten el patrimonio visual con los movimientos estéticos estudiados.
La Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes se ha consolidado como un referente en el ámbito hispánico. Contiene obras completas, estudios críticos y ediciones comentadas que resultan valiosas para cursos de literatura. Comparar distintas versiones de Don Quijote o analizar la evolución editorial de un clásico son solo algunos de los usos posibles.
El Internet Archive constituye otro recurso imprescindible. No solo alberga millones de libros, películas y audios, sino que también conserva versiones antiguas de páginas web. Esto permite a investigadores en comunicación o ciencias sociales examinar cómo han cambiado los discursos mediáticos a lo largo del tiempo. En palabras de Suberviola y Martínez (2015), estas plataformas no solo facilitan el acceso a contenidos, sino que amplían los horizontes desde los cuales se construyen los saberes.
Al trabajar con este tipo de bibliotecas, se amplía la posibilidad de contrastar fuentes, incorporar distintas miradas disciplinares y fortalecer habilidades investigativas. La variedad y calidad de sus colecciones invita a pensar de forma crítica y contextualizada. ¿Te has preguntado cómo podrías integrar estos recursos en tu próximo ensayo, clase o proyecto personal? A veces, cambiar la fuente cambia también la perspectiva.
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4.2. Herramientas de búsqueda y acceso a recursos digitales
¿Dónde haces tus búsquedas cuando necesitas información? Tal vez recurras de forma habitual a Google, Wikipedia o incluso a redes académicas como ResearchGate o Academia.edu. Y aunque son opciones populares, vale la pena detenerse a pensar: ¿qué criterio sigues para confiar en una fuente sobre otra? ¿La apariencia del sitio? ¿La extensión del texto? ¿O simplemente la posición en los resultados de búsqueda? Estas preguntas nos confrontan con una realidad esencial: no toda la información disponible en la web posee el mismo nivel de fiabilidad, ni toda búsqueda produce resultados de calidad automáticamente.
Imagen 4: Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de estudiante evaluando resultados de búsqueda informacional entre fuentes confiables y no confiables]. DALL·E 3. Imagen 4: Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de estudiante evaluando resultados de búsqueda informacional entre fuentes confiables y no confiables]. DALL·E 3.
La sobreabundancia de contenidos (ver imagen 4) en línea exige que los usuarios desarrollen competencias críticas para identificar, seleccionar y validar fuentes. Contar con habilidades para usar filtros, comandos específicos y buscadores especializados se vuelve imprescindible en el entorno académico. Como afirma Cabero (2021), “el reto no está en el acceso a la información, sino en saber gestionarla y valorarla críticamente para un uso ético y efectivo”. Por eso, en este apartado nos centraremos en cómo optimizar nuestras búsquedas y en qué estrategias conviene aplicar para localizar recursos realmente pertinentes.
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4.2.1. Estrategias para localizar recursos educativos en la web
Muchas veces creemos que sabemos buscar información solo porque usamos internet a diario. Sin embargo, confiar en los primeros resultados que nos devuelve el navegador, o redactar consultas extensas sin una estructura clara, puede limitarnos más de lo que imaginamos o generar una intoxicación de información innecesaria como vemos en la imagen 5. Aprender a formular búsquedas eficaces no es una habilidad menor; es una competencia que se entrena y mejora con práctica. Este apartado te invita a repensar tus hábitos digitales y te propone herramientas concretas para hacer más precisos tus procesos de búsqueda.
Imagen 5: Google. (2025). [Estudiante explorando datos digitales con visualizaciones holográficas en un entorno futurista]. Imagen FX Lab. Imagen 5: Google. (2025). [Estudiante explorando datos digitales con visualizaciones holográficas en un entorno futurista]. Imagen FX Lab.
Entre las estrategias más útiles se encuentran:
Uso de palabras clave: selecciona términos relevantes y contempla sinónimos que amplíen o enfoquen tu búsqueda.
Operadores booleanos: emplea conectores como AND, OR y NOT para combinar, incluir o excluir conceptos.
Filtros específicos: acota los resultados por fecha, idioma o tipo de documento, según lo que estés investigando.
Búsqueda en bases de datos académicas: utiliza recursos como Google Scholar, JSTOR, ERIC o la Biblioteca Digital de la OEI para acceder a fuentes verificadas.
Portales oficiales: explora sitios de organismos gubernamentales o educativos (como Educ.ar o el CNICE) que garantizan contenido validado.
Curaduría de contenidos: herramientas como Scoop.it, Pearltrees o Wakelet te permiten seleccionar, guardar y compartir recursos seleccionados por su relevancia.
Aplicar estas estrategias mejora la calidad de la información que consumimos y fortalece nuestra alfabetización informacional, es decir, la capacidad de saber cuándo se necesita información, dónde encontrarla, cómo analizarla y para qué utilizarla. Esta competencia es clave no solo en el ámbito académico, sino también en la vida cotidiana, donde la toma de decisiones informadas depende muchas veces de nuestra capacidad para distinguir entre datos fiables y ruido digital.
Y no olvides que las tecnologías evolucionan. Lo que hoy es una plataforma clave, mañana puede quedar obsoleta (imagen 6). Por eso, más allá de aprender herramientas concretas, lo fundamental es mantener una actitud abierta, crítica y adaptable. Estar preparado para los cambios significa entender que buscar información no es un acto mecánico, sino una práctica intelectual en constante transformación.
Imagen 6: Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de estudiante transitando de tecnología obsoleta a recursos digitales organizados con enfoque reflexivo]. DALL·E 3. Imagen 6: Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de estudiante transitando de tecnología obsoleta a recursos digitales organizados con enfoque reflexivo]. DALL·E 3.
Ejercicio
Imagina que estás preparando un trabajo sobre la representación de la violencia en la literatura latinoamericana contemporánea. En lugar de escribir en el buscador: ¿Cómo se muestra la violencia en los libros de América Latina?, decides aplicar algunas estrategias más efectivas.
Primero, defines las palabras clave: “violencia”, “literatura latinoamericana”, “siglo XXI” y “representación”. Luego, usas operadores booleanos para afinar tu búsqueda:"violencia" AND "literatura latinoamericana" AND "representación" NOT "cine".
Ajustas los filtros para obtener resultados de los últimos 10 años y limitar el idioma a español (imagen 7). En vez de buscar solo en Google, te diriges a bases de datos como Dialnet y RedALyC, donde encuentras artículos de revistas académicas revisadas por pares. También exploras en CLACSO, donde accedes a un informe reciente que analiza este tema desde una perspectiva sociopolítica.
Imagen 7: Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de estudiante aplicando operadores booleanos en una búsqueda académica con bases como RedALyC y RenLet]. DALL·E 3. Imagen 7: Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de estudiante aplicando operadores booleanos en una búsqueda académica con bases como RedALyC y RenLet]. DALL·E 3.
Finalmente, guardas los recursos más útiles en Wakelet, organizándolos por subtemas (novela urbana, literatura testimonial, violencia de género), lo que te permite estructurar mejor tu marco teórico y citar fuentes confiables.
Este enfoque no solo mejora la calidad del contenido que encuentras, sino que te ayuda a desarrollar un criterio más sólido y profesional en tu proceso investigativo.
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Considera cómo accedes a la información académica. ¿Has utilizado bibliotecas digitales? ¿Qué ventajas y desventajas has encontrado? ¡Accede aquí!
Después de ver el video, reflexiona sobre el papel de las bibliotecas digitales en el acceso a la información. ¿Cómo pueden estas herramientas apoyar tu aprendizaje o enseñanza?
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Para conocer más sobre Bibliotecas digitales y revistas científicas de acceso libre, puedes leer el siguiente artículo ¡Accede aquí!
Este artículo presenta una recopilación de bibliotecas digitales y revistas científicas de acceso libre. Destaca la importancia de estos recursos en la democratización del conocimiento y su papel en la educación y la investigación, especialmente en contextos donde el acceso a fuentes físicas es limitado.
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Introducción
A lo largo de este curso, hemos recorrido diferentes maneras de entender cómo la tecnología puede ser una aliada en los procesos educativos. Seguramente recuerdas cuando exploramos las TIC, enfocándonos en cómo facilitan el acceso a la información y, más adelante, las TEP, que buscan promover la participación activa y la transformación social. Hoy llegamos a un punto intermedio y profundamente relevante: las TAC, Tecnologías del Aprendizaje y el Conocimiento. A diferencia de las anteriores, las TAC no se conforman con digitalizar contenidos; su esencia radica en crear experiencias significativas de aprendizaje. Como señalan Cabero-Almenara y Llorente-Cejudo (2020), el valor de las tecnologías educativas no depende solo de su presencia en el aula, sino de su integración consciente en procesos pedagógicos que favorezcan la construcción activa del conocimiento. Es decir, no basta con usar tecnología: hay que usarla bien, de manera crítica y estratégica.
En esta clase, te invito a pensar en dos áreas concretas donde las TAC despliegan todo su potencial: las simulaciones y entornos virtuales, y las videoconferencias y aulas virtuales. Estas herramientas, bien utilizadas, no solo rompen barreras físicas o económicas, sino que transforman la forma en que los estudiantes interactúan, experimentan y reflexionan sobre lo que aprenden. Nuestro objetivo no es dominar herramientas aisladas, sino entender cómo utilizarlas para construir aprendizajes más profundos, colaborativos y adaptados a los desafíos actuales. Como bien afirma Area Moreira (2021), el verdadero reto no está en la cantidad de tecnología utilizada, sino en "cómo se integra en el tejido pedagógico para enriquecer los procesos de enseñanza-aprendizaje". Así que, más que centrarnos en plataformas o nombres de moda, vamos a preguntarnos: ¿cómo podemos crear experiencias educativas más vivas, inclusivas y retadoras a través de las TAC? ¿Te animas a descubrirlo?
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5.1. Simulaciones y entornos virtuales
5.1.1. Herramientas para recrear situaciones o experimentos
Imagínate poder experimentar fenómenos científicos, históricos o sociales sin necesidad de salir del aula, o incluso sin exponerte a riesgos reales. Esa es justamente una de las grandes promesas de las simulaciones en educación: recrear de manera virtual procesos complejos, ambientes controlados o fenómenos que, en el mundo físico, serían demasiado costosos, peligrosos o simplemente inalcanzables (Cabero-Almenara, 2022). Al trabajar con simulaciones, el aprendizaje deja de ser algo pasivo para convertirse en una experiencia activa, exploratoria y profundamente significativa.
Hoy en día, contamos con herramientas específicas que hacen de estas experiencias algo accesible para estudiantes de distintas edades y disciplinas. Una de las más conocidas es PhET Interactive Simulations, desarrollada por la Universidad de Colorado. Esta plataforma gratuita ofrece simulaciones en áreas como física, química, matemáticas y ciencias de la vida, y permite a los estudiantes manipular variables en tiempo real para comprender mejor conceptos abstractos (imagen 1). Tal como plantean García-Peñalvo y Seoane-Pardo (2021), este tipo de entornos favorece la apropiación significativa del conocimiento, ya que los estudiantes dejan de ser observadores para convertirse en protagonistas de su propio aprendizaje.
Imagen 1. Palacios, G. A. (2025). [Estudiantes interactuando con una simulación virtual de laboratorio en una clase de ciencias]. DALL-E 3 Imagen 1. Palacios, G. A. (2025). [Estudiantes interactuando con una simulación virtual de laboratorio en una clase de ciencias]. DALL-E 3
Otra herramienta que no podemos dejar de mencionar es Tinkercad, ideal para aprender electrónica y diseño 3D (imagen 2). Con ella, los estudiantes pueden crear circuitos eléctricos o diseñar modelos tridimensionales, fomentando no solo habilidades técnicas, sino también la creatividad, especialmente en entornos de enfoque STEAM.
Imagen 2. Palacios, G. A. (2025). [Estudiante trabajando en un circuito electrónico con Tinkercad en una laptop]. DALL-E 3 Imagen 2. Palacios, G. A. (2025). [Estudiante trabajando en un circuito electrónico con Tinkercad en una laptop]. DALL-E 3
En el ámbito de las ciencias, Labster ofrece simuladores de laboratorios virtuales en los que los estudiantes deben resolver problemas aplicando conceptos científicos, dentro de escenarios gamificados que replican situaciones reales.
Imagen 3. Palacios, G. A. (2025). [Estudiante realizando un experimento de biología en un laboratorio virtual usando la plataforma Labster]. DALL-E 3 Imagen 3. Palacios, G. A. (2025). [Estudiante realizando un experimento de biología en un laboratorio virtual usando la plataforma Labster]. DALL-E 3
De hecho, estudios recientes muestran que el aprendizaje en entornos gamificados incrementa la motivación intrínseca del estudiante y potencia su autonomía (Ramírez-Montoya, 2022) como vemos en la imagen 4.
Imagen 4. Palacios, G. A. (2025). [Estudiante interactuando con una simulación gamificada de ciudad en un entorno virtual educativo]. DALL-E 3 Imagen 4. Palacios, G. A. (2025). [Estudiante interactuando con una simulación gamificada de ciudad en un entorno virtual educativo]. DALL-E 3
Finalmente, vale la pena señalar el proyecto europeo Go-Lab (Global Online Science Labs), que combina laboratorios en línea, simulaciones interactivas y guías de indagación científica adaptadas a estudiantes de secundaria. Go-Lab no solo promueve la comprensión conceptual, sino que también estimula el pensamiento crítico al plantear preguntas abiertas y desafíos de investigación.
En conjunto, estas herramientas no solo simplifican la comprensión de fenómenos complejos, sino que abren la puerta al aprendizaje autónomo, al desarrollo de habilidades de resolución de problemas y a la toma de decisiones informada. Más allá de su atractivo visual o de la novedad tecnológica, las simulaciones educativas cumplen un rol central: permiten a los estudiantes experimentar, fallar, corregir y volver a intentar, en un entorno donde el error se convierte en parte natural del proceso de aprender.
Para reflexionar: ¿Alguna vez te has sentido abrumado frente a conceptos demasiado teóricos o abstractos? Las simulaciones ayudan a romper esa barrera, "haciendo visible lo invisible" y ofreciéndote la oportunidad de aprender haciendo y no solo leyendo o escuchando.
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5.1.2. Ejemplos de simulaciones en el ámbito educativo
Ahora que hemos explorado qué son las simulaciones y qué herramientas existen, te propongo que vayamos un paso más allá: ¿cómo se aplican en situaciones reales de aprendizaje? Te sorprenderá ver la diversidad de áreas en las que estas tecnologías han marcado la diferencia.
En el campo de la educación en salud, por ejemplo, las simulaciones clínicas han revolucionado la formación de médicos y enfermeros. Gracias a entornos virtuales (imagen 5) altamente realistas, los estudiantes pueden ensayar diagnósticos, practicar intervenciones quirúrgicas o gestionar emergencias médicas, todo ello sin poner en riesgo a pacientes reales. Según García Aretio (2020), este tipo de aprendizaje basado en la simulación favorece no solo el dominio técnico, sino también el desarrollo de habilidades críticas como la toma de decisiones bajo presión.
Imagen 5. Palacios, G. A. (2025). [Estudiante de medicina practicando simulaciones clínicas con realidad virtual en un entorno educativo]. DALL-E 3. Imagen 5. Palacios, G. A. (2025). [Estudiante de medicina practicando simulaciones clínicas con realidad virtual en un entorno educativo]. DALL-E 3.
En áreas como historia y humanidades, los museos virtuales y las reconstrucciones históricas ofrecen experiencias inmersivas que permiten "viajar al pasado". Herramientas como Google Arts & Culture o TimeLooper invitan al alumnado a explorar épocas históricas, monumentos y eventos desde perspectivas dinámicas y multisensoriales. No se trata solo de "ver" la historia, sino de vivirla y comprenderla de manera más profunda, como sostiene Area Moreira (2021) al resaltar la importancia de la dimensión emocional en el aprendizaje mediado por tecnologías.
En el ámbito de la educación ambiental, plataformas como EcoMUVE o iBiome-Wetland permiten a los estudiantes simular ecosistemas, observar los efectos de las acciones humanas y tomar decisiones sobre la gestión ambiental. Estas simulaciones no solo transmiten conocimiento ecológico, sino que también cultivan una conciencia crítica sobre la sostenibilidad y el impacto de nuestras decisiones en el entorno natural.
Por último, en la formación técnica e industrial, simuladores como Simufact o CATIA posibilitan entrenamientos de ingeniería, diseño de manufactura y gestión de procesos productivos. Estos entornos virtuales permiten a los futuros profesionales practicar competencias complejas, desde la creación de piezas mecánicas hasta la simulación de líneas de ensamblaje, acercándolos a los estándares del mundo laboral real (Salinas, 2021).
Todas estas experiencias tienen algo en común: no solo transmiten conocimientos específicos de cada disciplina, sino que también modelan habilidades transversales fundamentales en el siglo XXI, como la resolución de problemas, la creatividad, la colaboración y el pensamiento sistémico. Como bien señala Coll (2020), el aprendizaje en entornos digitales debe aspirar a desarrollar "competencias complejas que integren saberes, habilidades y actitudes en contextos reales o simulados".
Eso sí, es importante recordar que las simulaciones no sustituyen el aprendizaje real en escenarios auténticos. Más bien, lo complementan, facilitando una transferencia gradual de conocimientos y habilidades a situaciones prácticas. No se trata de reemplazar la experiencia directa, sino de prepararnos mejor para afrontarla, en un entorno donde el error no es un obstáculo, sino una oportunidad de aprendizaje.
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5.2. Videoconferencias y aulas virtuales
5.2.1. Plataformas para comunicación en tiempo real
Hoy más que nunca, las videoconferencias se han convertido en un pilar para la educación a distancia. ¿Recuerdas cómo, durante la pandemia, la mayoría de las clases migraron a entornos virtuales en cuestión de semanas? (imagen 6) Este cambio acelerado evidenció el poder de las plataformas de comunicación en tiempo real para mantener vivo el proceso educativo, pero también nos dejó claro que no basta con conectarse, sino que es necesario repensar cómo interactuamos en estos espacios.
Imagen 6. Palacios, G. A. (2025). [Estudiante participando en una clase virtual mediante videoconferencia durante la pandemia]. DALL-E 3 Imagen 6. Palacios, G. A. (2025). [Estudiante participando en una clase virtual mediante videoconferencia durante la pandemia]. DALL-E 3
Entre las herramientas más utilizadas encontramos Zoom, que rápidamente ganó popularidad gracias a su facilidad de uso y funciones como las salas de trabajo (breakout rooms), las pizarras compartidas y las encuestas en vivo. Más allá de su funcionalidad técnica, lo interesante de Zoom, como señala Cabero-Almenara (2022), es su potencial para crear dinámicas colaborativas que favorezcan la participación activa, rompiendo la lógica tradicional de la clase magistral.
Otra plataforma muy potente es Microsoft Teams, especialmente integrada en contextos educativos que utilizan Office 365. Teams no solo permite realizar videollamadas, sino que articula tareas, documentos, chats y evaluaciones dentro de un mismo ecosistema digital. Esto responde a lo que García-Peñalvo y Seoane-Pardo (2021) describen como la necesidad de construir entornos de aprendizaje integrados, donde la comunicación, la colaboración y la gestión de contenidos se articulen de manera fluida.
En escenarios más ligeros o donde se prioriza la accesibilidad, Google Meet ha sido una opción clave. Su integración con Google Classroom facilita la gestión de clases virtuales, especialmente en niveles escolares o en instituciones que optan por plataformas gratuitas. Si bien puede tener menos funciones que otras herramientas, su simplicidad garantiza una menor barrera de entrada para docentes y estudiantes.
Tampoco podemos olvidar plataformas de código abierto como BigBlueButton, diseñada específicamente para entornos educativos. A diferencia de otras soluciones pensadas inicialmente para el mundo empresarial, BigBlueButton incorpora funciones pedagógicas como pizarras colaborativas, votaciones en vivo y control de participación del alumnado, demostrando que la tecnología educativa debe ser pensada desde sus fines formativos, no solo técnicos (Area Moreira, 2021).
Ahora bien, ¿qué hace realmente efectivo el uso de estas plataformas? No se trata solo de "tener clase por Zoom" o "pasar lista en Meet". La clave está en cómo diseñamos la interacción: fomentar debates, realizar actividades colaborativas, abrir espacios de co-creación. Como bien señala Salinas (2021), la educación en entornos digitales exitosos requiere "repensar el rol del docente como mediador y el del estudiante como constructor activo de su aprendizaje".
Por eso, cada vez que uses una videoconferencia, pregúntate: ¿estoy simplemente reproduciendo un esquema tradicional de exposición o estoy aprovechando el potencial de la tecnología para transformar la experiencia de aprendizaje?
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5.2.2. Uso de aulas virtuales en la educación a distancia
Si hay un espacio que ha cobrado protagonismo en los últimos años, ese es el aula virtual. Tal vez ya hayas usado alguna como estudiante o como docente (imagen 7). Pero más allá de subir documentos o poner tareas, ¿te has preguntado qué hace que un aula virtual sea realmente un espacio de aprendizaje activo?
Imagen 7. Palacios, G. A. (2025). [Estudiante participando en un aula virtual activa durante una clase en línea]. DALL-E 3. Imagen 7. Palacios, G. A. (2025). [Estudiante participando en un aula virtual activa durante una clase en línea]. DALL-E 3.
Un aula virtual no debería ser solo un “lugar” para almacenar archivos, sino un ecosistema de aprendizaje donde la interacción, la colaboración y la reflexión cobren vida. Según García Aretio (2020), las aulas virtuales eficientes son aquellas que logran recrear los principales elementos del aprendizaje presencial —comunicación, colaboración, seguimiento y evaluación— pero aprovechando las ventajas únicas del entorno digital.
Entre las plataformas más utilizadas destaca Moodle, considerada por muchos como el "estándar de oro" en educación virtual. Su flexibilidad permite diseñar cursos adaptados a distintos niveles educativos, integrar foros, tareas, evaluaciones automáticas, wikis y rutas de aprendizaje personalizadas. Lo importante aquí no es solo la cantidad de herramientas disponibles, sino cómo se organizan en función de una estrategia pedagógica clara.
Por otro lado, Google Classroom ha ganado terreno en contextos escolares gracias a su simplicidad y a su perfecta integración con el ecosistema Google. Con ella es fácil asignar tareas, hacer retroalimentaciones rápidas y mantener una comunicación constante entre docentes y estudiantes. Esta plataforma representa lo que Area Moreira (2021) describe como entornos de "fluidez pedagógica", donde la tecnología facilita, pero no reemplaza, la acción educativa.
En niveles universitarios y de formación superior, plataformas como Canvas o Blackboard permiten un nivel de personalización más avanzado, incluyendo sistemas de analítica de aprendizaje que ayudan a identificar patrones de participación o detectar estudiantes en riesgo académico. Esto responde a una necesidad actual muy importante: usar la información disponible para tomar decisiones pedagógicas informadas y no solo gestionar contenidos (Cabero-Almenara & Llorente-Cejudo, 2020).
Algo que no podemos perder de vista es que un aula virtual bien diseñada no busca imitar el salón de clases físico, sino aprovechar las oportunidades del medio. Por ejemplo, favoreciendo la asincronía (permitir que el estudiante participe en tiempos flexibles), combinando contenidos visuales, auditivos y textuales, o promoviendo la autoevaluación como parte natural del proceso de aprendizaje.
Para pensar: ¿Has tenido alguna vez una experiencia en un aula virtual que realmente te motivara a participar, colaborar y aprender de forma activa? Cuando esto sucede, no es por azar: detrás de cada buena aula virtual hay un diseño intencionado que pone al estudiante en el centro.
En definitiva, no se trata de "tecnologizar" la educación, sino de rediseñar las experiencias de aprendizaje apoyándonos en el potencial de las aulas virtuales para hacerlas más inclusivas, participativas y adaptativas. Porque, como recuerda Salinas (2021), "la calidad de la educación en línea no depende de la plataforma, sino de las decisiones pedagógicas que guían su uso".
Cierre reflexivo de la clase
A lo largo de esta clase hemos visto que las TAC no solo consisten en incorporar tecnología al aula, sino en transformar el modelo pedagógico. Las simulaciones y los entornos virtuales nos invitan a repensar el aprendizaje no como un acto de transmisión de información, sino como una construcción activa, colaborativa y situada en contextos reales o simulados. Como nos recuerda Coll (2020), el aprendizaje en entornos digitales debe integrar saberes, habilidades y actitudes en escenarios que desafíen y motiven a los estudiantes.
Sin embargo, el uso de tecnologías no garantiza automáticamente mejores resultados. Una simulación aplicada sin guía pedagógica puede terminar siendo un simple juego, y una videoconferencia sin diseño puede caer en la pasividad de una exposición unilateral. Por eso, es fundamental detenernos a pensar: ¿Qué estamos priorizando en nuestras prácticas digitales: la herramienta en sí o la experiencia de aprendizaje que queremos construir? Esta reflexión nos lleva a entender que, como sostiene Area Moreira (2021), la verdadera innovación educativa no está en las herramientas, sino en los usos pedagógicos que les damos.
Además, debemos tener presente que las tecnologías cambian constantemente. Lo importante no es dominar una plataforma específica, sino cultivar una actitud crítica, flexible y adaptativa frente a los nuevos entornos. Aprender a evaluar, seleccionar y reaprender será una competencia indispensable a lo largo de toda la vida profesional y personal.
Las TAC representan, así, un paso más allá del acceso a la tecnología. Se enfocan en su capacidad de mejorar el aprendizaje, fomentar la participación activa, promover la experimentación segura a través de simulaciones y facilitar el trabajo colaborativo en tiempo real. Como hemos explorado, tanto las simulaciones como las videoconferencias y las aulas virtuales abren oportunidades inéditas para diseñar experiencias educativas más dinámicas, inclusivas y significativas. Sin embargo, su potencial solo se realiza cuando existe un criterio pedagógico claro, una adaptación contextual sensible y una revisión constante de su impacto en los aprendizajes.
Más allá de las herramientas, el verdadero centro debe seguir siendo el estudiante. Nuestra meta, como docentes y aprendices, debe ser siempre poner la tecnología al servicio del aprendizaje, no al revés.
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Este artículo explora los desafíos y oportunidades que presentan los entornos virtuales de aprendizaje. Los autores discuten cómo estas plataformas pueden fomentar el aprendizaje colaborativo y significativo, siempre que se diseñen con una adecuada integración pedagógica y tecnológica.
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Introducción
Tal vez te ha pasado: decides ver un par de reels antes de dormir o mientras haces fila. El primer video te saca una sonrisa, el segundo te sorprende, el tercero ya no tanto… y, sin darte cuenta, llevas más de veinte clips deslizados, con la vista cansada y una sensación de insatisfacción difícil de explicar. Nos encontramos inmersos en una rutina visual donde pasamos de una imagen a otra con rapidez, esperando esa pequeña chispa de sorpresa o emoción. Este patrón, como bien explica Alter (2017), está vinculado con ciclos de recompensa dopamínica que rara vez culminan en una verdadera satisfacción: se activa la expectativa, pero no siempre la recompensa.
Vivimos en un ecosistema visual saturado: historias, memes, animaciones, sonidos superpuestos. Y, paradójicamente, cuanto más vemos, menos retenemos. La abundancia de estímulos no necesariamente se traduce en comprensión. Aquí es donde se vuelve esencial desarrollar una alfabetización visual crítica: aprender a leer, a interpretar y, sobre todo, a componer mensajes visuales con sentido. No se trata solo de elegir una plantilla llamativa o añadir íconos bonitos; se trata de saber cómo estructurar la información para que comunique de forma clara, emocional y eficaz. Diseñar un cartel o una infografía (imagen 1) exige más que creatividad: requiere conocimiento de composición, conciencia del lenguaje visual y criterios de diseño ético.
En esta clase, nos adentraremos en la teoría de la composición y el diseño bidimensional, e incluiremos herramientas de la semiótica para entender cómo las imágenes construyen significados. Porque, como afirma Scolari (2022), en una sociedad transmedia, comunicar visualmente no es una habilidad complementaria: es un acto ciudadano
Imagen 1. Palacios, G. A. (2025). [Grupo de estudiantes diseñando un cartel con elementos de composición, tipografía y semiótica visual]. DALL-E 3
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6.1. Introducción a la teoría de la composición
Piensa en la última vez que intentaste diseñar algo desde cero: tal vez una diapositiva para una exposición, la portada de un trabajo académico o una simple publicación para redes sociales. Lo más probable es que te hayas detenido más tiempo del que pensabas decidiendo dónde ubicar el título, qué imagen usar, qué colores combinar o cuánto texto era demasiado. Y, quizá, después de mucho esfuerzo, el resultado final no te convenció del todo. Esto es más común de lo que parece, y tiene una explicación sencilla: aunque vivimos rodeados de contenidos visuales, pocas veces se nos enseña a pensar visualmente con intención y estructura (Lupetti, 2018).
La teoría de la composición surge precisamente para responder a esa necesidad. Nos ofrece una serie de principios que permiten organizar los elementos dentro de un espacio visual de manera significativa. No se trata solo de embellecer una página o llenar un espacio vacío, sino de comunicar eficazmente: ¿Qué quiero que el lector vea primero? ¿Cómo hago que la imagen refuerce el mensaje y no lo opaque? ¿De qué forma guío la mirada para que recorra el contenido como yo lo planeé? En contextos educativos, dominar estos principios (imagen 2) puede marcar la diferencia entre un mensaje que se olvida y uno que se recuerda, uno que aburre y uno que inspira (García García, 2020).
Imagen 2 Palacios, G. A. (2025). [Principios de composición visual presentados en un cartel educativo con formas y colores]. DALL-E 3 Imagen 2 Palacios, G. A. (2025). [Principios de composición visual presentados en un cartel educativo con formas y colores]. DALL-E 3
¿Por qué es importante componer?
En el diseño visual, componer es decidir con qué herramientas visuales vamos a guiar la experiencia del espectador. Una buena composición permite destacar lo importante, crear relaciones entre elementos y estructurar el contenido de forma lógica y agradable. En la práctica, la composición:
- Guía la atención: establece un recorrido visual lógico que facilita la lectura del contenido.
- Jerarquiza la información: diferencia visualmente entre lo central y lo secundario.
- Crea ritmo y coherencia: usando la repetición o variación de elementos para mantener el interés.
- Favorece la legibilidad: mejora la comprensión cuando hay equilibrio y orden.
- Evoca emociones o sensaciones: a través del uso de formas, colores, proporciones y espacios.
Como afirma Dondis (1974), “el diseño no solo organiza, sino que influye en la forma en que se interpreta el mensaje”.
Principios generales de la composición visual
Estos principios han sido desarrollados desde la tradición del arte, el diseño gráfico y la comunicación visual. A continuación, te los presento con breves explicaciones:
- Unidad: cuando los elementos visuales se relacionan entre sí de forma coherente. Una composición con unidad parece tener un propósito claro y no genera confusión.
- Equilibrio: se refiere a la estabilidad visual. Puede lograrse de forma simétrica (ambos lados son similares) o asimétrica (los elementos son pero se compensan por su peso visual).
- Ritmo: es el efecto que se produce por la repetición o alternancia de formas, colores o direcciones. Ayuda a mantener la atención y da fluidez al mensaje.
- Contraste: la diferencia entre elementos (colores, tamaños, formas) que permite destacar lo importante. Un buen contraste evita la monotonía y dirige la atención.
- Jerarquía: permite establecer niveles de importancia dentro del diseño. A través de tamaños, posiciones o colores, el lector sabe qué ver primero y qué leer después.
- Proporción: es la relación entre tamaños. Si algo es demasiado grande o pequeño con relación al resto, puede romper el equilibrio o desviar el sentido del mensaje.
- Espacio: muchas veces olvidado, el espacio vacío (espacio negativo) permite que los elementos respiren. No todo debe estar lleno: el silencio visual también comunica.
Aplicaciones en contextos educativos
Aplicar estos principios en el aula o en proyectos académicos transforma la manera en que los estudiantes presentan sus ideas. No se trata de convertir a todos en diseñadores gráficos, sino de dotarlos de herramientas que mejoren su capacidad comunicativa en entornos digitales. Algunos ejemplos:
- En Historia, una línea del tiempo con buena jerarquía y ritmo visual puede ser más efectiva que una lista cronológica (imagen 3).
- En Literatura, un cartel para una obra puede transmitir el tono narrativo mejor que un resumen textual.
- En Ciencias Sociales, una infografía puede explicar causas y consecuencias de un fenómeno con claridad y orden visual.
- En Filosofía, representar gráficamente un dilema ético puede invitar a la reflexión más que un párrafo escrito.
Imagen 3. Palacios, G. A. (2025). [Infografía educativa con línea del tiempo sobre el auge del Imperio romano, mostrando eventos clave con jerarquía visual]. DALL-E 3 Imagen 3. Palacios, G. A. (2025). [Infografía educativa con línea del tiempo sobre el auge del Imperio romano, mostrando eventos clave con jerarquía visual]. DALL-E 3
Como señala Scolari (2022), “vivimos en culturas donde la narración visual no solo acompaña a la palabra, sino que a veces la supera en impacto y alcance”. Enseñar a componer visualmente, entonces, es una forma de alfabetización extendida y una competencia ciudadana.
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6.2. Elementos del diseño bidimensional: formas, estructuras y equilibrio
¿Cuántas veces has visto una presentación en la que no sabías por dónde empezar a leer? O un cartel donde el texto se pierde entre imágenes borrosas, colores que compiten entre sí y tipografías que parecen sacadas de distintas décadas. Esa sensación de desorden visual no es solo estética: afecta la comprensión, la atención y el mensaje que se quiere transmitir. En la mayoría de los casos, el problema tiene que ver con el desconocimiento de los elementos básicos del diseño bidimensional, que son tres pilares fundamentales: formas, estructuras y equilibrio.
Formas: más que figuras decorativas
Las formas no son simples adornos: son contenedores de sentido (Arroyo & López, 2022). Todo diseño visual parte del uso de formas que estructuran, destacan o simbolizan algo. Pueden clasificarse en:
- Geométricas: como círculos, cuadrados o triángulos. Son precisas, transmiten orden y racionalidad.
- Orgánicas: irregulares, inspiradas en la naturaleza. Generan dinamismo, fluidez o cercanía emocional.
- Abstractas: más simbólicas o expresivas, cargadas de connotaciones.
Por ejemplo, un triángulo puede sugerir tensión, avance o conflicto; un círculo, unidad, continuidad o comunidad. La clave está en usarlas con intención. Cuando se utilizan formas por llenar espacio o sin pensar en su función, se genera “ruido visual”, y el mensaje se debilita.
Imagen 4. Palacios, G. A. (2025). [Infografía en español sobre el significado visual de las formas y el impacto del ruido visual en el diseño]. DALL-E 3 Imagen 4. Palacios, G. A. (2025). [Infografía en español sobre el significado visual de las formas y el impacto del ruido visual en el diseño]. DALL-E 3
En contextos educativos, elegir una forma adecuada para representar un concepto puede ayudar a que el contenido se entienda mejor. ¿Quieres representar un proceso cíclico? Un círculo o una espiral es ideal. ¿Deseas mostrar contraste? Usa triángulos opuestos. Como afirma Lupton (2014), “las formas son los signos primarios de la percepción humana: las reconocemos incluso antes de que sepamos leer”.
Estructuras: el esqueleto invisible del diseño
La estructura compositiva es aquello que organiza todo el contenido visual, incluso si no se nota a primera vista. Es como la gramática del diseño: cuando está mal, se percibe caos, aunque no se sepa explicar por qué. Algunas estructuras comunes en diseño bidimensional son:
- Cuadrícula (grid): estructura en filas y columnas que facilita la alineación de elementos. Muy usada en infografías, presentaciones y diseño editorial.
- Radial: los elementos giran en torno a un punto central. Ideal para mostrar procesos que parten o convergen en un núcleo (como los sistemas celulares, mapas mentales o esquemas de influencia).
- S-curve o curva dinámica: guía visual que recorre el espacio de forma fluida, generando ritmo. Es útil en diseño de afiches o páginas que buscan acompañar la lectura con movimiento.
Un diseño sin estructura clara se siente desordenado, incómodo. Es como leer un texto sin puntuación: se pierde el sentido y la experiencia se vuelve frustrante (imagen 5). Como explica Samara (2020), “la estructura guía no solo la mirada, sino la interpretación”.
Imagen 5. Palacios, G. A. (2025). [Infografía sobre la importancia de la estructura visual en el diseño y sus efectos en la interpretación]. DALL-E 3 Imagen 5. Palacios, G. A. (2025). [Infografía sobre la importancia de la estructura visual en el diseño y sus efectos en la interpretación]. DALL-E 3
Equilibrio: el arte de distribuir el peso visual
En diseño, todo elemento “pesa”. Una imagen grande, un color saturado o un texto en negrita tienen más peso visual que un ícono pequeño o una frase en gris. El equilibrio es el principio que regula cómo se distribuyen esos pesos sobre el espacio de trabajo. Existen varios tipos:
- Equilibrio simétrico: ambos lados del diseño son iguales o muy parecidos. Transmite estabilidad, orden, solemnidad. Se usa mucho en documentos formales o institucionales.
- Equilibrio asimétrico: se logra compensando visualmente elementos distintos. Es más dinámico y moderno, y permite mayor expresividad sin perder armonía.
- Equilibrio radial: todo se organiza alrededor de un punto central. Ideal para procesos cíclicos o elementos que deben reflejar centralidad (como una red de relaciones).
Cuando hay desequilibrio —por ejemplo, todo el contenido cargado en un solo lado, sin compensación— el diseño se siente inestable, e incluso puede generar rechazo o desconexión. Como señala López García (2021), “el equilibrio no es simetría, es compensación inteligente del espacio”.
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6.3. Semiótica y signo lingüístico: pensar en imágenes
¿Te has detenido a pensar por qué una señal de tránsito, sin palabras, puede decirte que debes parar? ¿O por qué un emoji puede expresar más que una frase completa? Las imágenes no solo ilustran: también ordenan el mundo, comunican emociones, representan ideas y transmiten valores. En una cultura dominada por lo visual, aprender a leer y producir imágenes de forma crítica es una necesidad, no una opción. A esto se dedica la semiótica, la disciplina que estudia los signos, su estructura y cómo construyen sentido en la vida social (Eco, 2020).
Imagen 6 Palacios, G. A. (2025). [Infografía educativa sobre la introducción a la semiótica y el análisis de signos visuales]. DALL-E 3 Imagen 6 Palacios, G. A. (2025). [Infografía educativa sobre la introducción a la semiótica y el análisis de signos visuales]. DALL-E 3
¿Qué es un signo? ¿Y en qué se diferencia de un símbolo?
Desde una perspectiva general, un signo es cualquier cosa que representa otra cosa. Puede ser una palabra, una imagen, un sonido, un gesto o incluso un objeto físico. En términos semióticos clásicos, Saussure (1916) lo define como la unión inseparable entre un significante (la forma perceptible del signo) y un significado (la idea mental que esa forma evoca).
Charles Sanders Peirce (1955), en su propuesta más amplia, clasifica los signos según su relación con el objeto de que representan:
- Íconos: signos que se parecen a lo que representan. Por ejemplo, un pictograma de una bicicleta.
- Índices: signos que mantienen una relación causal o directa. El humo, por ejemplo, es índice del fuego.
- Símbolos: signos cuya relación con el objeto es arbitraria y cultural, es decir, aprendida (como una bandera, una palabra o una cruz).
Esta distinción es clave: todos los símbolos son signos, pero no todos los signos son símbolos (imagen 7). El símbolo es un tipo particular de signo, y su fuerza comunicativa reside en la carga cultural que lo acompaña. Como señala Barthes (1957), el símbolo no solo representa: condensa historias, valores y afectos compartidos por una comunidad.
Imagen7. Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de seis símbolos que representan significados culturales compartidos: género, religión, paz, amor, espiritualidad y energía]. DALL-E 3 Imagen7. Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de seis símbolos que representan significados culturales compartidos: género, religión, paz, amor, espiritualidad y energía]. DALL-E 3
Un ejemplo particularmente revelador proviene del contexto religioso, donde el lenguaje simbólico es esencial. En el rito católico, se hace una distinción clara entre signos sacramentales y símbolos litúrgicos. Los signos sacramentales —como el agua en el bautismo o el pan en la Eucaristía— son elementos naturales que conservan su vínculo con una función vital: el agua limpia, el pan alimenta. No son inventados, sino que remiten a experiencias humanas concretas. Por su parte, los símbolos litúrgicos —como el cirio pascual, la cruz o el color púrpura— son construcciones culturales, cuyo significado ha sido instituido por la tradición y compartido por la comunidad creyente. Así, mientras el signo sacramental manifiesta una realidad visible con un sentido espiritual, el símbolo eleva ese sentido a una dimensión trascendente y culturalmente reconocida (Cabrera, 2019).
Este ejemplo ayuda a comprender que los signos no solo operan en el diseño gráfico o en el lenguaje cotidiano, sino también en contextos donde lo visible sirve de puente hacia lo invisible. Como afirma Culler (2002), “el signo no refleja la realidad: la construye”. Y al construirla, también la resignifica, la ordena, la hace comunicable.
Pensar visualmente
Pensar en imágenes es mucho más que decorar una presentación. Es decidir cómo transmitir un concepto, una emoción o una idea sin depender únicamente de las palabras. Cuando eliges una balanza como ícono para hablar de justicia, estás apelando a un símbolo cultural que condensa siglos de pensamiento legal y ético. Cuando usas un emoji triste para acompañar una frase irónica, puedes cambiar por completo el tono del mensaje. Las imágenes tienen su propia sintaxis, semántica y pragmática: su propia forma de construir sentido.
Desde esta perspectiva, diseñar visualmente implica una responsabilidad comunicativa. Elegir una tipografía, un color o una figura no es neutro. Cada decisión visual tiene consecuencias sobre cómo será leído tu mensaje. ¿El cartel que diseñaste para la feria de ciencias se ve serio, lúdico, confuso, vacío? Todo eso comunica, incluso antes de que alguien lea una sola palabra.
Como sostiene Scolari (2022), la alfabetización visual debe enseñarse con la misma seriedad que la lectoescritura tradicional, porque lo visual no solo representa el mundo: también lo transforma.
Aplicaciones educativas
La semiótica se convierte en una herramienta pedagógica muy poderosa cuando se aplica al análisis y creación de productos comunicacionales. Algunas propuestas:
- Análisis de memes y gifs: ¿qué códigos culturales activan? ¿Qué roles sociales o ideas refuerzan o cuestionan?
- Diseño de campañas visuales escolares: con reflexión sobre signos utilizados, tono visual, público meta y potencial de transformación.
- Visualización de conceptos abstractos: pedir a los estudiantes que representen gráficamente ideas como libertad, violencia, empatía o poder. ¿Qué signos eligen? ¿Qué símbolos crean?
Este tipo de actividades no solo desarrollan la creatividad: promueven el pensamiento crítico, la reflexión ética y la expresión autónoma. Se trata de formar estudiantes que no solo consuman imágenes, sino que las lean, las cuestionen y las produzcan con sentido.
Aplicaciones educativas del diseño bidimensional
Cuando combinamos los principios de la composición con una mirada semiótica, el potencial pedagógico se multiplica. Algunas actividades concretas incluyen:
- Infografías temáticas, que articulen datos, íconos y narrativas visuales.
- Carteles argumentativos, donde se utilicen recursos visuales con jerarquía clara y simbolismo eficaz.
- Mapas visuales de ideas complejas, donde el pensamiento abstracto se convierte en imagen.
- Historias visuales o cómics educativos, que integren imagen, texto y estructura narrativa.
Estas prácticas favorecen una alfabetización integral, en la que el estudiante puede expresar su pensamiento de forma visual, crítica y colaborativa.
Herramientas digitales recomendadas:
Herramienta
Aplicación educativa
App móvil
Utilidad
Canva
Diseño de infografías, presentaciones, carteles
✅
Intuitivo, colaborativo y versátil
Genially
Presentaciones interactivas y mapas conceptuales
✅ (limitada)
Ideal para storytelling educativo
Piktochart
Infografías y reportes visuales
❌
Visualización clara de datos
Venngage
Argumentaciones visuales, resúmenes conceptuales
❌
Buenas plantillas para organización de ideas
Figma
Diseño colaborativo y prototipado
✅
Precisión y profesionalismo en diseño
Adobe Express
Diseño rápido de piezas para redes y proyectos escolares
✅
Ideal para principiantes con buenos resultados
VistaCreate
Publicaciones educativas y gráficas para presentaciones
✅
Plantillas dinámicas adaptables al aula
Tabla 1: Herramientas digitales recomendadas HeaderContentNota importante: Las herramientas digitales están en constante cambio. Algunas pueden quedar obsoletas, cambiar de nombre o volverse de pago. Por eso, más que enseñar plataformas específicas, es fundamental enseñar a pensar visualmente con criterio (Cobo & Moravec, 2021). El diseño comienza en la mente, no en la herramienta.
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Para conocer más sobre 7 Elementos visuales del DISEÑO GRÁFICO, puedes ver el siguiente video y reflexionar sobre los elementos visuales que has observado en diferentes diseños gráficos. ¿Cómo crees que cada elemento contribuye al mensaje general de un diseño? ¡Accede aquí!
Después de ver el video, analiza cómo los siete elementos visuales presentados influyen en la percepción y comprensión de un diseño gráfico. ¿Cuál de estos elementos consideras más crucial en la comunicación visual y por qué?
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Para conocer más sobre Fundamentos del diseño – GCFGlobal, puedes leer el siguiente artículo ¡Accede aquí!
Este artículo de GCFGlobal ofrece una introducción clara y accesible a los principios básicos del diseño gráfico. Presenta conceptos fundamentales como el uso del espacio, el color, el equilibrio, el contraste, la jerarquía y la alineación, explicando cómo cada uno contribuye a lograr composiciones visuales coherentes y eficaces. El texto está orientado a personas que recién se inician en el mundo del diseño, pero también resulta útil como repaso para quienes buscan mejorar sus habilidades visuales en contextos educativos o profesionales. Es un recurso ideal para complementar la teoría vista en clase con ejemplos prácticos y explicaciones sencillas.
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Este recurso te ayudará a enfatizar sobre TEORÍA DE LA COMPOSICIÓN Y DISEÑO BIDIMENSIONAL ¡Accede aquí!
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Actividades
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Hacer intentos: 1
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Introducción
Alguna vez has sentido que un mensaje visual te capturó al instante, mientras que otro te dejó indiferente o confundido? Es muy probable que, en tus redes sociales, en una campaña callejera o, incluso, en una presentación académica, te hayas topado con diseños que logran conectar, informar e inspirar… y otros que, a pesar de tener buenas intenciones, simplemente no funcionan. La diferencia, muchas veces, no está en los recursos técnicos, sino en cómo se organiza la información visual (Imagen 1). Esta clase te invita a mirar de forma consciente lo que, quizás, ya vienes haciendo intuitivamente: componer mensajes visuales con criterios claros para que comuniquen de verdad.
Imagen 1. Palacios, G. A. (2025). [Mano organizando elementos visuales simbólicos en una composición de papel recortado con íconos de comunicación e ideas]. DALL-E 3 Imagen 1. Palacios, G. A. (2025). [Mano organizando elementos visuales simbólicos en una composición de papel recortado con íconos de comunicación e ideas]. DALL-E 3
Aprender a diseñar con intención no significa ser diseñador gráfico profesional, sino entender cómo funcionan ciertos principios básicos para comunicar con eficacia. Aquí abordaremos la jerarquía visual, el contraste, la alineación y la repetición, y veremos cómo aplicarlos sin depender de plantillas preestablecidas. A lo largo de la clase, te propondré mirar lo que ves —en la calle, en la web, en tu propio trabajo— con una nueva perspectiva. ¿Qué hace que una infografía sea clara? ¿Por qué un cartel te llama la atención desde lejos? ¿Qué decisiones visuales hay detrás de un buen mensaje digital? ¡Vamos a descubrirlo juntos!
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7.1. Principios de diseño visual: jerarquía, contraste, alineación y repetición
A la hora de crear un mensaje visual que funcione, no basta con "colocar" elementos: hay que componerlos. Tal como en una buena narración, cada parte visual debe estar en su lugar por una razón (imagen 2). Esa organización no es caprichosa, sino que responde a principios de diseño que nos permiten comunicar con claridad, intención y coherencia (Lidwell, Holden & Butler, 2010). En esta sección, dominarás estos principios que pueden transformar por completo tus materiales visuales, tanto en el ámbito académico como profesional y personal.
Imagen 2. Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de una mano organizando elementos visuales que representan ideas, comunicación y diseño intencional]. DALL-E 3. Imagen 2. Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de una mano organizando elementos visuales que representan ideas, comunicación y diseño intencional]. DALL-E 3.
Vamos a explorar, uno por uno, estos principios fundamentales, con ejemplos concretos, pasos prácticos y aplicaciones para que puedas comenzar a ponerlos en práctica sin miedo. Como afirma Williams (2015), cuando entiendes las reglas básicas del diseño, puedes tomar mejores decisiones, incluso si no eres diseñador profesional.
Jerarquía visual
La jerarquía visual nos permite organizar la información según su nivel de importancia. Así como, en una conversación usamos el tono de voz o los gestos para enfatizar, en el diseño utilizamos tamaños, colores, ubicación y estilos para guiar la mirada del espectador. Una buena jerarquía permite al lector navegar con facilidad por el mensaje, sin perderse.
Ejemplo práctico: Estás diseñando un cartel para una charla sobre lectura crítica. ¿Qué debería captar primero la atención? Seguramente, el título del evento. Luego, la fecha y la hora. Finalmente, el nombre del ponente. Si todo está en el mismo tamaño, fuente y color, nada resalta. Pero, si el título va centrado, más grande, en negrita y con un color vibrante, automáticamente llama la atención. Ya estás jerarquizando.
Paso a paso para aplicar jerarquía:
- Define lo más importante que debe captar el lector.
- Usa tamaños, estilos o ubicación diferentes para cada nivel de información.
- Utiliza colores o tipografías para reforzar la prioridad.
- Pide a alguien que vea tu diseño y diga qué leyó primero. Eso te dirá si tu jerarquía funciona.
Aplicaciones:
- Educativo: Diferenciar títulos y subtítulos en una presentación o infografía.
- Profesional: Destacar cifras clave en un informe para facilitar la toma de decisiones.
- Personal: Crear una invitación digital donde lo principal sea el evento y no el detalle técnico.
Cita
“El diseño sin jerarquía es como una historia contada sin pausas ni énfasis: todo parece igual de importante y, por eso, nada realmente lo es”
Contraste
El contraste es el principio que permite que las diferencias se perciban. Puede aplicarse mediante color, tamaño, tipografía, forma, espacio o textura. Sirve tanto para separar como para resaltar, ayudando a evitar que los elementos se fundan entre sí (Imagen 3). En diseño, el contraste cumple el rol de un énfasis visual inmediato (Beaird & George, 2014).
Imagen 3. Palacios, G. A. (2025). [Infografía educativa sobre los diferentes tipos de contraste visual en diseño: color, tamaño, tipografía, forma y textura]. DALL-E 3 Imagen 3. Palacios, G. A. (2025). [Infografía educativa sobre los diferentes tipos de contraste visual en diseño: color, tamaño, tipografía, forma y textura]. DALL-E 3
Ejemplo práctico: Un afiche con texto gris claro sobre fondo blanco será difícil de leer. En cambio, un fondo oscuro con texto blanco proporciona contraste y legibilidad. También puedes usar contrastes entre tipografías grandes y pequeñas, o entre imágenes y textos.
Paso a paso para aplicar contraste:
- Identifica qué partes del mensaje deben destacar.
- Usa colores opuestos o diferenciados con suficiente intensidad.
- Cambia el peso de la tipografía o su tamaño para marcar diferencias jerárquicas.
- Verifica que el contraste no afecte la legibilidad (por ejemplo, texto rojo sobre fondo negro puede ser agresivo para la vista).
Aplicaciones:
- Educativo: Separar ideas clave en una infografía por bloques de color.
- Profesional: Resaltar llamadas a la acción en una campaña visual.
- Personal: Crear contenido para redes sociales que se destaque en el feed.
Cita
“El contraste bien utilizado no solo mejora la estética del mensaje, sino que es clave para su comprensión inmediata”
Alineación
La alineación le da sentido al lugar que ocupan los elementos dentro del diseño. Cuando todo está alineado según una lógica visual —izquierda, derecha, centrado o mediante rejillas—, el diseño gana claridad, orden y profesionalismo. Como afirman Lidwell et al. (2010), la alineación refuerza la relación entre los elementos, aunque no estén físicamente juntos (imagen 4).
Imagen 4. Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de formas geométricas alineadas visualmente con intervención de una mano organizadora]. DALL-E 3 Imagen 4. Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de formas geométricas alineadas visualmente con intervención de una mano organizadora]. DALL-E 3
Ejemplo práctico: ¿Has visto diapositivas donde cada texto parece flotar en un lugar distinto? Esa falta de alineación crea desorden visual. Pero si todos los textos están alineados a la izquierda, con las imágenes bien posicionadas, se siente armonioso y estructurado.
Paso a paso para aplicar alineación:
- Elige una referencia de alineación (vertical u horizontal).
- Usa guías o cuadrículas (disponibles en programas como Canva, Figma o PowerPoint).
- Agrupa visualmente los elementos relacionados.
- Revisa si el diseño se ve equilibrado o si hay “vacíos” innecesarios.
Aplicaciones:
- Educativo: Alinear listas, cuadros y textos en materiales didácticos.
- Profesional: Diseñar formularios, menús, catálogos o páginas web.
- Personal: Armar un CV o portafolio con disposición clara y uniforme.
Repetición
La repetición ayuda a generar unidad, ritmo visual y recordación. Al repetir colores, formas, estilos tipográficos o íconos, se establece una coherencia que hace que el mensaje se perciba como parte de un todo. Además, contribuye a fortalecer la identidad visual.
Imagen 5. Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de bombillos repetidos que representan la unidad visual mediante la repetición de formas y colores]. DALL-E 3 Imagen 5. Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de bombillos repetidos que representan la unidad visual mediante la repetición de formas y colores]. DALL-E 3
Ejemplo práctico: En una presentación, si cada diapositiva cambia de colores, fuentes o estilos, el espectador se distrae. Pero, si repites ciertos elementos —como la misma tipografía para los títulos o el mismo estilo de ícono—, logras cohesión.
Paso a paso para aplicar repetición:
- Elige paleta de colores reducida (2 o 3 tonos principales).
- Define una o dos tipografías con consistencia.
- Repite estructuras de bloques, íconos, o formas.
- Aplica coherencia a lo largo de todo el material gráfico.
Aplicaciones:
- Educativo: Crear recursos pedagógicos con una identidad visual unificada.
- Profesional: Reforzar la imagen de marca en presentaciones o informes.
- Personal: Diseñar álbumes digitales o publicaciones con estilo coherente.
Cita
“Repetir con intención no es ser monótono, sino construir identidad”
En resumen, estos cuatro principios —jerarquía, contraste, alineación y repetición— constituyen la base de toda composición visual efectiva. Son como el vocabulario básico con el que se redacta cualquier mensaje visual, y su dominio no está reservado a diseñadores gráficos: cualquier persona que quiera comunicar de forma clara, impactante y estratégica puede aplicarlos. Cuando los incorporas con conciencia, el diseño deja de ser un adorno y se convierte en una herramienta comunicativa poderosa.
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7.2. Creación de mensajes fuera de plantillas establecidas
Las plantillas digitales son como atajos: útiles, rápidas, estéticas… pero no siempre nos llevan adonde queremos (imagen 6). Aunque pueden ser un buen punto de partida, confiar ciegamente en ellas puede llevarnos a perder la identidad, la originalidad y, a veces, incluso la claridad del mensaje que deseamos transmitir. Esta sección propone dar un paso más allá: dejar de ser usuarios pasivos de estructuras prefabricadas y convertirnos en autores visuales conscientes.
Imagen 6. Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de una mano seleccionando elementos en una plantilla digital desde una laptop, simbolizando diseño consciente]. DALL-E 3. Imagen 6. Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de una mano seleccionando elementos en una plantilla digital desde una laptop, simbolizando diseño consciente]. DALL-E 3.
Como señala Williams (2015), el diseño no se trata solo de estética, sino de intención comunicativa. Seguramente, alguna vez, has usado Canva, PowerPoint o alguna aplicación de diseño que te ofrecía una plantilla “lista para usar”. Y puede que te haya servido. Pero, también es probable que, al intentar adaptarla a tu necesidad, te hayas topado con limitaciones: fuentes que no combinan con tu contenido, espacios forzados, o una estética que no refleja tu estilo. Entonces, ¿por qué no atrevernos a crear desde cero?
¿Por qué es importante salir de las plantillas?
1. Porque tu mensaje tiene una intención específica.Una plantilla está pensada para algo genérico. Si tú quieres invitar a un taller de escritura poética o presentar una investigación científica, ¿tendrán el mismo diseño? No. Diseñar sin plantilla te permite tomar decisiones en función del propósito, del público y del contexto (Landa, 2018).
2. Porque puedes construir tu propia voz visual.Así como cada persona tiene una forma única de hablar, también puede tener una forma única de diseñar. Cuando haces tus propios diseños, empiezas a reconocer qué colores te representan, qué tipo de letra se alinea con tu tono, qué imágenes comunican tu mundo. Esa es tu voz visual, y como afirma Beaird y George (2014), es uno de los pilares para lograr coherencia, autenticidad y diferenciación.
3. Porque puedes adaptarte a distintos formatos con más libertad.Las plantillas están pensadas para ciertos tamaños o medios (por ejemplo, publicaciones cuadradas para redes sociales), pero, al crear desde cero, puedes ajustar tu diseño a un mural escolar, una presentación digital, un documento impreso o incluso un video interactivo.
Paso a paso: cómo diseñar desde cero
Paso 1: Define el objetivo comunicacionalAntes de pensar en colores o tipografías, responde: ¿qué quiero lograr con este mensaje? ¿Informar, convocar, sensibilizar, vender, educar? Tu respuesta orientará todo el diseño.
Paso 2: Identifica tu público objetivo¿Quién va a leer esto? ¿Niños, docentes, comunidad, clientes, redes sociales? El público determina el tono visual, el tipo de letra, la paleta de colores y hasta las imágenes a usar (Cairo, 2016).
Paso 3: Elige una herramienta flexiblePlataformas como Canva (modo en blanco), Figma, Photopea, Crello o Adobe Express permiten trabajar desde cero. Busca el tamaño adecuado para tu formato (A4, post cuadrado, presentación, etc.).
Paso 4: Estructura tu contenidoHaz un borrador con las secciones clave del mensaje: título, subtítulo, cuerpo de texto, llamado a la acción, logo, imagen principal. Este mapa te sirve de guía.
Paso 5: Aplica los principios de diseño visualOrganiza todo aplicando jerarquía, contraste, alineación y repetición. No sobrecargues. Usa espacios en blanco, simplifica donde sea posible.
Paso 6: Revisa y pruebaPide a otra persona que vea tu diseño y te diga qué entiende. ¿Logró captar el mensaje? ¿Qué leyó primero? ¿Le resultó claro? Ajusta si es necesario.
Aplicaciones en distintos ámbitos
Ámbito educativo:
Imagina que eres profesor o estudiante y necesitas presentar un proyecto. Si usas una plantilla, tu trabajo puede parecerse al de otros. Pero, si creas tu propio diseño, puedes representar mejor el tema, la metodología o, incluso, tu enfoque personal. Por ejemplo, en una presentación sobre pueblos originarios, podrías usar una paleta basada en los colores de su artesanía o incluir iconografía cultural propia.
Ámbito profesional:
Supongamos que trabajas en un emprendimiento y necesitas promocionar un producto. Usar una plantilla puede hacerte ver como “uno más”. En cambio, un diseño original, pensado para tu público y tus valores de marca, puede diferenciarte. Puedes incluir testimonios reales, colores corporativos, fotografías propias. Eso genera cercanía y autenticidad (Lidwell et al., 2010).
Ámbito personal:
¿Te gustaría regalarle a alguien una tarjeta digital o compartir en redes una causa que te moviliza? En lugar de un diseño genérico, puedes componer uno con imágenes propias, una frase significativa y elementos que reflejen tus emociones. Un ejemplo podría ser una tarjeta de cumpleaños diseñada con fotos, colores favoritos y un mensaje manuscrito escaneado.
Comparativa: Plantilla vs. Diseño original
Característica
Uso de plantilla
Diseño desde cero
Velocidad de creación
Alta (se hace en pocos minutos)
Media (requiere más tiempo y decisión)
Originalidad
Limitada (diseños repetidos)
Alta (cada diseño es único)
Adaptabilidad al contexto
Baja (estructura rígida)
Alta (ajustable a propósito y público)
Identidad visual propia
Débil (se ve genérico)
Fuerte (refleja al autor o marca)
Desarrollo de competencias
Escaso (solo se edita lo prehecho)
Amplio (fortalece pensamiento visual)
Tabla 1: Plantilla vs. Diseño original Velocidad de creaciónUso de plantilla: Alta (se hace en pocos minutos)
Diseño desde cero: Media (requiere más tiempo y decisión)OriginalidadUso de plantilla: Limitada (diseños repetidos)
Diseño desde cero: Alta (cada diseño es único)Adaptabilidad al contextoUso de plantilla: Baja (estructura rígida)
Diseño desde cero: Alta (ajustable a propósito y público)Identidad visual propiaUso de plantilla: Débil (se ve genérico)
Diseño desde cero: Fuerte (refleja al autor o marca)Desarrollo de competenciasUso de plantilla: Escaso (solo se edita lo prehecho)
Diseño desde cero: Amplio (fortalece pensamiento visual)Una sugerencia: diseña tu primer mensaje sin plantilla
Elige un tema que te importe, como una campaña o una idea que quieras compartir. Abre un lienzo en blanco en Canva o Figma. Piensa en las preguntas clave: ¿qué quiero decir?, ¿a quién se lo digo?, ¿cómo quiero que se sienta quien lo recibe?
Luego, aplica los principios de composición: haz visible lo importante, crea contraste para guiar la atención, alinea los elementos para dar orden y repite ciertos recursos para dar unidad.
Como recuerda Williams (2015), “el buen diseño se puede aprender… y empieza cuando te atreves a pensar por ti mismo”.
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7.3. Ejercicio práctico: análisis de mensajes visuales existentes
Para asimilar realmente los principios de diseño visual —jerarquía, contraste, alineación y repetición—, es indispensable observar cómo se manifiestan en la vida cotidiana. Este ejercicio te invita a examinar ejemplos reales y a entrenar tu mirada crítica para identificar qué funciona, qué puede mejorarse y cómo estos elementos afectan la interpretación del mensaje.
Actividad: Análisis de mensajes visuales
Instrucciones:
Selecciona tres piezas visuales de diferentes entornos:
- Un cartel de tipo publicitario (puede ser una campaña institucional o comercial).
- Una publicación diseñada para redes sociales (Instagram, Facebook, Twitter, etc.).
- Una infografía con fines educativos (sobre salud, medio ambiente, historia, etc.).
A continuación, utiliza esta tabla para sistematizar tu observación:
Mensaje Visual
Jerarquía Visual
Contraste
Alineación
Repetición
Observaciones Generales
Cartel Publicitario
¿Qué elementos sobresalen primero?
¿Colores, formas y tamaños marcan diferencia?
¿Los textos e imágenes mantienen coherencia?
¿Se reutilizan íconos, estilos o patrones visuales?
¿El mensaje logra su propósito?
Post en Redes
¿Qué atrae la atención inicial del usuario?
¿Se emplean contrastes para jerarquizar?
¿Facilita la lectura o genera confusión?
¿Se respeta una línea gráfica definida?
¿Es visualmente atractivo y entendible?
Infografía Educativa
¿Cómo está distribuida la información?
¿El uso del color ayuda a segmentar ideas?
¿La disposición guía al lector naturalmente?
¿Se repiten elementos gráficos clave?
¿Es clara, lógica y fácil de seguir?
Tabla 1: Teoría psicoanalítica HeaderContentSugerencias de imágenes para el análisis
- Cartel publicitario: campañas sociales sobre salud mental.
- Publicación en redes sociales: anuncios de marcas con estilo claro.
- Infografía educativa: contenidos visuales sobre derechos humanos.
Preguntas para la reflexión posterior al análisis
- ¿Qué decisiones gráficas favorecieron o entorpecieron la comunicación del mensaje?
- ¿Qué principio de diseño predominó en cada caso?
- ¿Qué detalles visuales podrías incorporar o evitar en tus futuras creaciones?
Reflexión final
Diseñar no es solo cuestión de estética. A lo largo de esta clase, has descubierto que crear mensajes visuales implica también tomar decisiones estratégicas: jerarquizar para guiar la mirada, contrastar para destacar, alinear para dar orden y repetir para cohesionar. (imagen 7)
Imagen 7. Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de una persona diseñando en tablet con formas geométricas y símbolos visuales sin texto]. DALL-E 3. Imagen 7. Palacios, G. A. (2025). [Ilustración de una persona diseñando en tablet con formas geométricas y símbolos visuales sin texto]. DALL-E 3.
Probablemente, ya has creado diseños antes: una diapositiva, un post, una invitación. Pero, ahora, puedes observarlos con nuevos ojos, reconociendo qué principios aplicaste intuitivamente y cuáles podrías mejorar. Como afirma Lidwell et al. (2010), el diseño visual bien aplicado no solo facilita la comprensión, sino que transforma la experiencia de quien lo recibe. Lo más importante es que este conocimiento no depende de tener software sofisticado ni estudios avanzados en diseño: depende de tu intención, tu capacidad de observar y tu deseo de comunicar con claridad y autenticidad.
Antes de darle play, piensa en cómo suele organizarse la información visual en los carteles, infografías o publicaciones que ves a diario. ¿Qué ves primero? ¿Cómo sabes qué es más importante? Reflexiona sobre qué te atrae visualmente y por qué. Esta observación inicial te ayudará a comprender mejor el concepto de jerarquía visual que se desarrollará en el video.Después de mirar:Una vez que termines de ver el video, identifica los elementos clave que ayudan a construir jerarquía visual (como el tamaño, el color, la posición o el contraste). ¿Qué ejemplo te pareció más útil o aplicable a tus propios proyectos? ¿Cómo podrías aplicar estos conceptos en una pieza visual educativa o comunicativa? Escribe una reflexión breve donde expliques cómo aplicarías al menos dos técnicas de jerarquía visual en un cartel informativo.
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Para conocer más sobre (TEMA), puedes leer el siguiente artículo ¡Accede aquí!
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Para conocer más sobre La pedagogía del diseño: algunas consideraciones conceptuales, puedes leer el siguiente artículo ¡Accede aquí!
Este artículo analiza la implementación de principios pedagógicos en la enseñanza del diseño gráfico, destacando cómo una adecuada integración puede mejorar el aprendizaje y fomentar el desarrollo de habilidades críticas en los estudiantes.
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Este recurso te ayudará a enfatizar sobre CÓMO APLICAR LAS CUATRO CLAVES PRINCIPALES DEL DISEÑO VISUAL ¡Accede aquí!
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Actividades
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Hacer intentos: 1
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Introducción
Te ha pasado que te detienes frente a una imagen sin saber muy bien por qué, pero sintiendo que algo en ella te habla? Puede ser un afiche con un mensaje claro y directo, un cómic que te arranca una sonrisa o una ilustración sencilla que dice más de lo que parece. Ese es el poder del lenguaje visual: nos atraviesa sin pedir permiso. No se trata solo de “ver” algo, sino de leerlo desde las emociones, los símbolos y los contextos. Como señala Kress (2005), “la imagen ya no es ilustración del texto; es texto por derecho propio”. En esta clase, te invitamos a dejar de ser solo espectador para convertirte en autor visual, construyendo tus propios mensajes con intención y sentido. No necesitas saber de diseño profesional: necesitas una idea, una causa, una emoción… algo que quieras decir desde tu propia mirada. Ya desde niño lo hacíamos (Imagen 1).
Imagen 1 Palacios, G. A. (2025). [Fotografía de un niño dibujando emociones y figuras desde su perspectiva con lápiz sobre papel]. DALL-E 3 Imagen 1 Palacios, G. A. (2025). [Fotografía de un niño dibujando emociones y figuras desde su perspectiva con lápiz sobre papel]. DALL-E 3
Vamos a trabajar con dos formatos que combinan imagen, texto y narrativa de forma accesible y poderosa: el afiche y el cómic. El primero impacta de forma inmediata; el segundo nos lleva a una lectura secuencial que puede ser tan profunda como emotiva. Aprenderás a crear desde cero usando herramientas digitales fáciles de manejar, pero que no sacrifican creatividad ni libertad expresiva. Al finalizar esta clase, no solo tendrás un producto visual propio, sino también una comprensión más rica sobre cómo la imagen puede transformar la manera en que comunicamos, sentimos y participamos en el mundo. Porque, como afirma Mitchell (1995), donde hay imagen, hay interpretación, poder y deseo de decir algo.
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8.1. Técnicas para crear contenido visual, simbólico y crítico
Crear un mensaje visual con intención no es simplemente juntar imágenes bonitas y un texto inspirador. Es más profundo: se trata de construir un discurso que diga algo, que provoque, que comunique desde lo que pensamos y sentimos. Para que ese mensaje sea coherente y potente, es importante cuidar tres dimensiones clave: la visualidad, la simbología y la postura crítica. Estas no son reglas rígidas, sino herramientas para diseñar con conciencia, con propósito. Como afirman Kress y van Leeuwen (2006), el diseño visual también tiene su propia “gramática”, y entenderla nos permite comunicar mejor en ese lenguaje que todos vemos, pero que no siempre leemos con atención.
a) Visualidad y legibilidad
Aquí el foco está en cómo se ve lo que queremos decir. No basta con que el diseño sea atractivo: debe ser claro y comprensible. Un mensaje visual bien hecho guía la mirada y facilita que se entienda lo esencial sin esfuerzo. Detalles como el tamaño de la letra, el contraste entre el texto y el fondo, o el uso equilibrado del espacio en blanco, pueden hacer toda la diferencia. Por ejemplo, si diseñas un afiche sobre fomento lector y usas letras muy estilizadas sobre un fondo lleno de texturas, el mensaje puede perder fuerza. Pero, si jerarquizas bien: un título breve, una imagen central potente y colores que se lean fácilmente, estarás facilitando la lectura visual (Imagen 2). La forma en que presentas tu mensaje dice tanto como el contenido. Como señalan Burdick et al. (2012), el diseño no es solo un soporte; es parte del conocimiento que se construye.
Imagen 2 Palacios, G. A. (2025). [Fotografía de un cartel con el texto “Descubre historias” y una ilustración central de una persona leyendo un libro abierto]. DALL-E 3 Imagen 2 Palacios, G. A. (2025). [Fotografía de un cartel con el texto “Descubre historias” y una ilustración central de una persona leyendo un libro abierto]. DALL-E 3
b) Simbología y significado
Aquí entramos en el terreno del lenguaje simbólico, donde cada forma, color o ícono puede significar cosas distintas según el contexto. Los símbolos no son neutros: vienen cargados de historia, cultura y emociones. Piensa en cómo cambia el sentido de un corazón rojo dependiendo de si lo pones en una campaña de donación de sangre o en una postal romántica. O el emoji de puño cerrado ✊, que no es solo un gesto visual, sino una referencia directa a luchas sociales por la dignidad y la justicia. Cuando eliges usarlo en un cómic sobre derechos humanos, no es un simple adorno: estás invocando una memoria colectiva (Imagen 3). Como dice Hall (1997), los significados no están en los objetos, sino en cómo los usamos y leemos socialmente. Por eso, cada decisión visual implica una responsabilidad. Comunicar simbólicamente es interpretar y posicionarse.
Imagen 3. Palacios, G. A. (2025). [Persona ilustrando en una tablet un cómic sobre derechos humanos con el símbolo del puño cerrado]. DALL-E 3 Imagen 3. Palacios, G. A. (2025). [Persona ilustrando en una tablet un cómic sobre derechos humanos con el símbolo del puño cerrado]. DALL-E 3
c) Crítica y postura
Cada vez que eliges qué mostrar en una imagen y qué dejar fuera, estás tomando una posición. Quizá no lo hagas de forma explícita, pero tu diseño habla por ti. Diseñar con mirada crítica es ser consciente de esto: saber que el lenguaje visual también construye realidades. ¿Por qué el personaje central es siempre masculino y blanco? ¿Por qué no hay cuerpos diversos en tu ilustración? Estas preguntas no buscan censurar, sino abrirte a una reflexión más profunda sobre lo que estás representando. La crítica no es oposición por sistema, sino lectura reflexiva del mundo. Como recuerda Mitchell (1995), la imagen no solo muestra: también encuadra, oculta y produce sentido. Y tú, como autor visual, tienes el poder de ampliar o limitar esas miradas. Por eso, diseñar con postura es una forma de decir “esto también merece ser visto.
Ejercicio breve: Observa tres imágenes de campañas gráficas actuales (imagen 4) (pueden ser afiches, memes o ilustraciones). ¿Qué símbolos usan? ¿Qué postura crees que defienden? ¿Hay algo que no muestran o que te gustaría agregarles?
Imagen 4. Palacios, G. A. (2025). [Joven observa afiches sobre cambio climático, igualdad de género y derechos digitales en el pasillo de una universidad]. DALL-E 3 Imagen 4. Palacios, G. A. (2025). [Joven observa afiches sobre cambio climático, igualdad de género y derechos digitales en el pasillo de una universidad]. DALL-E 3
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8.2. Introducción a la creación de afiches y cómics con herramientas digitales
Hasta hace no mucho, diseñar un afiche o un cómic parecía algo reservado para profesionales con acceso a programas complejos. Hoy, ese panorama ha cambiado por completo. Con una computadora o, incluso, desde un celular, es posible crear mensajes visuales potentes usando plataformas digitales intuitivas. Lo importante ya no es dominar el software, sino tener algo que decir y saber cómo contarlo con imagen y texto. En esta clase, vamos a centrarnos en dos formatos que se han vuelto esenciales en la comunicación actual: el afiche y el cómic. Ambos tienen una historia larga en campañas sociales, movimientos culturales, educación y activismo. Y hoy, gracias a las herramientas digitales, podemos apropiarnos de ellos para crear desde nuestra propia voz.
Como sostiene Scolari (2018), vivimos rodeados de mensajes transmedia: no solo leemos con los ojos, también interpretamos con la emoción y el contexto. Por eso, aprender a usar el afiche y el cómic como formas de expresión es también aprender a participar activamente en el mundo que nos rodea.
a) Afiches: impacto en una sola imagen
El afiche es directo: entra por los ojos y va al grano. Un buen afiche no explica demasiado; sugiere, sacude, deja pensando. Su estructura se apoya en tres pilares: un título potente, una imagen simbólica y un llamado a la acción. ¿Te imaginas un cartel que diga “¡Lee, libera tu mente!” (imagen 5) acompañado de una ilustración de un libro del que emergen mariposas? En ese simple gesto, ya estás comunicando libertad, imaginación, transformación. Es así como lo visual y lo simbólico se entrelazan.
Imagen 5. Palacios, G. A. (2025). [Cartel en una pared con el mensaje “¡Lee, libera tu mente!” y mariposas saliendo de un libro abierto]. DALL-E 3 Imagen 5. Palacios, G. A. (2025). [Cartel en una pared con el mensaje “¡Lee, libera tu mente!” y mariposas saliendo de un libro abierto]. DALL-E 3
Herramientas digitales recomendadas para afiches:
Canva: sencilla, intuitiva, perfecta para empezar desde plantillas o desde cero.
Adobe Express (antes Spark): más libertad visual, buena para proyectos personalizados.
PosterMyWall: rápida, ideal para contenido visual inmediato.
Piktochart: útil si el afiche necesita integrar datos o estadísticas.
Desygner: práctica, con opciones gratuitas y diseño limpio.
Ejemplo práctico: Estás participando en una campaña escolar de lectura. Usas Canva, eliges un fondo cálido, colocas una ilustración de un niño leyendo bajo un árbol, escribes el título “Leer también es un viaje” y cierras con “Descubre tu próxima aventura en la biblioteca”. En pocos minutos, tienes un diseño con estética y sentido.
b) Cómics: contar en secuencia, emocionar en viñetas
Si el afiche es un golpe visual, el cómic es una conversación visual. Una historia breve contada con imágenes puede ser tan poderosa como una crónica escrita (Imagen 6). Y lo mejor: puedes hacerla tú mismo. No importa si no sabes dibujar. Las herramientas digitales te permiten crear personajes, escenarios y escenas sin necesidad de trazo manual. Lo importante es que sepas qué historia contar. Desde una anécdota cotidiana hasta una crítica social, el cómic te permite narrar con humor, emoción o denuncia.
Imagen 6. Palacios, G. A. (2025). [Fotografía de un niño leyendo un cómic de matemáticas desde su perspectiva en el aula]. DALL-E 3 Imagen 6. Palacios, G. A. (2025). [Fotografía de un niño leyendo un cómic de matemáticas desde su perspectiva en el aula]. DALL-E 3
Elementos esenciales en un cómic:
- Viñetas claras y bien organizadas.
- Diálogos breves pero con intención.
- Personajes con expresividad emocional.
- Ritmo: saber qué mostrar primero y cómo cerrar la secuencia.
Herramientas digitales recomendadas para cómics:
Pixton: versátil, con opciones de personalización de personajes.
Storyboard That: ideal para narraciones secuenciales con estructura clara.
Comic Draw (iPad): buena si prefieres dibujar libremente.
MakeBeliefsComix: accesible, con enfoque inclusivo y multilingüe.
ToonDoo: útil para pruebas iniciales (aunque su disponibilidad varía por país).
Ejemplo práctico: Quieres contar una historia sobre el uso consciente de redes sociales. Con Storyboard That, creas tres viñetas: en la primera, una chica publica una foto sin pensar; en la segunda, lidia con comentarios agresivos; en la tercera, reflexiona sobre la privacidad y sonríe mientras cierra la app. Con pocas palabras, logras una narrativa poderosa que invita a pensar.
Reflexión sugerida: ¿Te habías planteado que un cómic podría hablar de salud mental, diversidad, migración o memoria colectiva? Estos lenguajes visuales también son espacios para la reflexión social. Y ahora que conoces las herramientas, ¿qué historia te animarías a contar?
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8.3. Ejercicio práctico: diseño de un afiche con herramientas digitales
Después de explorar los elementos del diseño visual, la fuerza simbólica de las imágenes y las herramientas digitales disponibles llegó el momento de ponerte en acción. Este ejercicio es una invitación a crear un afiche con tu propio mensaje, algo que nazca de tus intereses, de tus preocupaciones o de lo que te emociona compartir. No necesitas ser diseñador ni tener experiencia previa: solo necesitas una idea, una intención clara y ganas de expresarte desde lo visual. Como en todo proceso creativo, lo más importante no es que salga perfecto, sino que te represente y que puedas decir: “esto lo hice yo”. Deja que la creatividad que, desde la infancia, tuvimos salga a flote (Imagen 7).
Imagen 7 Palacios, G. A. (2025). [Niña mostrando con orgullo un afiche titulado “Familia”, decorado con crayones y fotos de momentos familiares]. DALL-E 3. Imagen 7 Palacios, G. A. (2025). [Niña mostrando con orgullo un afiche titulado “Familia”, decorado con crayones y fotos de momentos familiares]. DALL-E 3.
Piensa en un tema que te mueva: puede ser tan cotidiano como fomentar la lectura o tan comprometido como denunciar una injusticia social. La clave está en que tenga sentido para ti. Al hacerlo, estarás ejercitando no solo tu capacidad comunicativa, sino también tu mirada crítica y tu rol como creador digital. Al usar herramientas como Canva, Adobe Express o Desygner, te estás apropiando de recursos que no solo sirven para consumir contenido, sino para crearlo, compartirlo y transformarlo.
Pasos sugeridos para crear tu afiche
Elige un tema con sentido: algo que te importe o te inspire (por ejemplo, salud mental, reciclaje, diversidad, educación, derechos humanos, memoria, etc.).
Define el objetivo del mensaje: ¿quieres informar, provocar reflexión, emocionar, invitar a la acción?
Escribe una frase principal impactante: breve, clara y con fuerza. Esa será tu línea central.
Selecciona imágenes e íconos coherentes con tu tema: pueden ser fotos, ilustraciones o figuras simples, pero con sentido.
Organiza los elementos con jerarquía: piensa qué debe verse primero, qué acompaña, cómo guiar la mirada.
Elige colores y tipografías adecuadas: usa no más de tres colores dominantes y fuentes legibles.
Revisa tu diseño antes de guardarlo: ¿el mensaje se entiende?, ¿hay buen contraste?, ¿te representa visualmente?
Descárgalo en PNG o PDF y, si puedes, compártelo con otros para recibir retroalimentación constructiva.
Ejemplo práctico guiado
Supón que eliges el tema del cuidado del agua. Abres Canva, seleccionas un fondo azul suave y colocas, al centro, una ilustración: una gota de agua con el planeta dentro. Encima escribes: “Cada gota cuenta”, y abajo agregas: “Cuídala hoy, para tenerla mañana”. Eliges una tipografía sans serif clara, ubicas un pequeño ícono de reciclaje en una esquina y dejas espacio suficiente entre los elementos. Con esto logras un diseño limpio, emotivo y con mensaje. No necesitaste más de 30 minutos para convertir una idea en una pieza visual poderosa.
Opcional: complementa con un video corto
¿Quieres llevar tu proyecto un paso más allá? Puedes grabar un video breve (de uno a dos minutos) explicando tu proceso creativo. Cuenta por qué elegiste ese tema, cómo pensaste el diseño, qué decisiones tomaste y qué mensaje querías transmitir. Puedes usar herramientas como CapCut, InShot o Canva Video desde tu celular. Este tipo de ejercicio te ayuda a reflexionar sobre tu propio trabajo y a compartirlo con mayor profundidad.
Criterios de evaluación
Criterio
¿Qué se valorará?
Claridad del mensaje
Que el afiche comunique de forma directa, sin ambigüedades.
Uso de simbología
Que incluya íconos, símbolos o metáforas visuales que refuercen el mensaje.
Diseño visual equilibrado
Que haya armonía en el uso del color, el espacio y una jerarquía clara.
Coherencia estética
Que la imagen y el texto estén alineados con la idea central.
Originalidad y autoría
Que se perciba una propuesta propia, sin depender exclusivamente de plantillas.
Tabla 1: Teoría psicoanalítica HeaderContentSugerencia para reflexión grupal
Después de compartir tu afiche, puedes reflexionar con tus compañeros sobre estas preguntas:
- ¿Qué emociones querías provocar con tu diseño?
- ¿Qué decisiones visuales crees que funcionaron mejor?
- ¿Qué cambiarías si tuvieras que rehacerlo?
Este tipo de retroalimentación en comunidad fortalece tu mirada crítica y también tu capacidad de comunicar con intención.
Conclusión: La imagen como territorio de autoría
Crear una imagen no es solo diseñar. Es tomar la palabra en un lenguaje visual, simbólico y emocional. En el contexto digital, producir imágenes también es producir sentidos, y hacerlo desde la autoría nos permite posicionarnos, expresar una mirada y ser parte activa de la conversación social. Diseñar un afiche o un cómic no es solo una habilidad técnica: es una forma de ser y estar en el mundo, de decir “esto pienso”, “esto me importa”, “esto quiero compartir”.
Para seguir pensando: ¿Qué tipo de mensajes visuales te gustaría ver más en tus redes, en tu barrio, en tu aula? ¿Cómo podrías contribuir a ese cambio desde lo que tú mismo creas?
Antes de ver el recurso de profundización , piensa en marcas personales o proyectos visuales que recuerdes por su estilo. ¿Qué los hace fácilmente reconocibles? ¿Cómo crees que se construye una identidad visual que sea coherente y profesional? Reflexiona sobre qué elementos visuales (colores, tipografía, formas, etc.) asocias a ciertas marcas o iniciativas.
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Para conocer más sobre Cómo Crear una IDENTIDAD VISUAL Profesional (Ejemplos y Consejos), puedes leer el siguiente artículo ¡Accede aquí!
Luego de ver el video, analiza qué elementos componen una identidad visual sólida. ¿Cuál de los consejos te pareció más útil o revelador? ¿Qué errores comunes debes evitar al diseñar tu propia imagen? Toma notas sobre los pasos propuestos y crea un pequeño esquema que podrías aplicar para tu propio branding o para un proyecto educativo. Reflexiona sobre cómo una identidad visual coherente puede transmitir valores y generar confianza.
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Para conocer más sobre ¿Qué es la identidad de marca? 6 elementos esenciales – Shopify, puedes leer el siguiente artículo ¡Accede aquí!
Este artículo de Shopify ofrece una guía clara y práctica sobre los componentes fundamentales de una identidad de marca sólida. Detalla seis elementos esenciales: logotipo, paleta de colores, tipografía, voz y tono, empaquetado e imágenes. Además, explica cómo cada uno de estos elementos contribuye a la percepción y coherencia de una marca, proporcionando ejemplos y consejos para su implementación efectiva. Es un recurso valioso para quienes buscan comprender y desarrollar una identidad de marca coherente y profesional.
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Este recurso te ayudará a enfatizar sobre AFICHE VS. CÓMIC DOS CAMINOS PARA COMUNICAR VISUALMENTE CON SENTIDO ¡Accede aquí!
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Actividades
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Introducción
La creatividad ha sido tradicionalmente vista como un talento reservado para unos pocos privilegiados, pero hoy sabemos que es una competencia que puede ser cultivada y fortalecida con las herramientas adecuadas. En esta clase, queremos que pienses en algún momento en el que lograste comunicar una idea a través de un simple dibujo, un collage improvisado o una presentación creativa. (Imagen 1) Ese impulso genuino de expresión visual es nuestro punto de partida. Ahora, con el acceso a plataformas digitales cada vez más intuitivas y potentes, cualquier persona puede canalizar su creatividad para construir mensajes visuales que integren texto, imagen y sonido, y hacerlo de manera profesional. Reflexiona un momento: ¿cuántas veces has visto una imagen en redes sociales que te ha provocado una reacción emocional o te ha hecho reflexionar de inmediato? Eso es el poder de la comunicación visual. Nuestra meta es que no solo reconozcas ese poder, sino que también aprendas a ejercerlo.
Figura 1 Creatividad Nota. Joven diseñando en su Tablet un mensaje visual creativo con ilustraciones y colores. Elaboración propia. DALL-E 3.
Hoy, diseñar no es una actividad exclusiva para expertos en programas complicados; herramientas como Canva, Adobe Express (anteriormente Adobe Spark) y la inteligencia artificial han democratizado la producción visual. Pero esta democratización también nos plantea un desafío: no basta con replicar plantillas, sino que debemos apropiarnos críticamente de los recursos para comunicar de manera significativa. Como señalan Burdick et al. (2016), "la visualización se convierte en un acto de interpretación y argumentación" (p. 43). Esto nos invita a pensar que cada decisión gráfica que tomemos -el color, la tipografía, la estructura- debe ser consciente, con intención comunicativa. En esta clase, vamos a experimentar, crear y sobre todo reflexionar sobre cómo las herramientas digitales potencian nuestra capacidad de contar historias visuales.
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9. Simulaciones y herramientas para la creación visual
Antes de sumergirnos en las herramientas específicas, te invito a detenerte un momento y pensar: ¿qué significa "crear visualmente" para ti? Crear visualmente no es simplemente decorar; es estructurar un mensaje que llegue a otros de manera sensible y efectiva. Hoy, con las plataformas digitales que tenemos a nuestro alcance, esta tarea se vuelve una aventura accesible para todos.
A menudo se tiende a pensar que el diseño visual es una actividad superficial o meramente estética, lo que constituye una concepción errada. Como advierten Burdick et al. (2016), "la presentación visual no debe confundirse con un embellecimiento superficial: es una forma de conocimiento" (p. 44). Esta afirmación nos recuerda que cada decisión visual implica una elección consciente sobre cómo queremos que nuestro mensaje sea percibido, interpretado y experimentado por otros.
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9.1 Herramientas digitales para la producción de formatos visuales
Antes de sumergirnos en herramientas específicas, te invito a pensar en esto: ¿alguna vez has tenido una gran idea en mente, pero te sentiste limitado al no saber cómo plasmarla visualmente? Hoy, gracias a las plataformas digitales, ese tipo de barreras se han reducido enormemente. Crear un mensaje visual ya no es un privilegio de diseñadores expertos: es una posibilidad abierta para todos los que tengan una historia que contar, una idea que compartir o un proyecto que comunicar. El desafío ya no es el acceso a las herramientas, sino el uso consciente y reflexivo de ellas. (imagen 2)
Figura 2 Creatividad en la elaboración de mensaje visual Figura 2 Creatividad en la elaboración de mensaje visual
Nota. Figura de una persona diseñando un mensaje visual en una Tablet con íconos de creatividad e inclusión digital. Elaboración propia. DALL-E 3.
Cuando hablamos de herramientas digitales para la creación de formatos visuales, nos referimos a plataformas y aplicaciones que facilitan la producción de contenido gráfico de forma intuitiva, permitiéndonos concentrar nuestra energía en la creatividad más que en la técnica. Como afirman Burdick et al. (2016), "la naturaleza experimental de las humanidades digitales se refleja en la capacidad de construir prototipos visuales" (p. 62). Cada cartel, infografía o imagen que diseñamos es, en efecto, un pequeño experimento de comunicación. Además, como señala Galina-Russell (2012), el verdadero reto no está en utilizar tecnología de punta, sino en “lograr expresividad y pertinencia en los nuevos medios” (p. 186). Crear visualmente es, así, un acto de mediación cultural, donde las herramientas son aliadas, pero la intención comunicativa sigue siendo el corazón del proceso.
Algunas de las herramientas más utilizadas hoy en día son auténticas aliadas en este proceso de democratización de la creación visual. Sin embargo, para sacarles el mayor provecho, es importante no verlas simplemente como “editores bonitos”, sino como verdaderas plataformas para estructurar narrativas visuales que comuniquen de manera eficaz y emocional. ¿Te animas a conocerlas más de cerca?
Canva: Esta plataforma online ha revolucionado la forma de diseñar para usuarios de todos los niveles. ¿Tienes que hacer una presentación, una infografía, una invitación o un video corto? Canva ofrece miles de plantillas que puedes personalizar con imágenes, colores, tipografías y animaciones. Lo importante aquí no es quedarse en la plantilla prediseñada, sino pensar: ¿cómo adapto esta estructura para contar mi mensaje de forma auténtica?
Aplicación concreta: Un estudiante puede crear una infografía para explicar conceptos complejos de su tesis, mientras un emprendedor puede diseñar flyers promocionales para su marca personal (imagen 3).
Figura 3 Diseño de material visual a través de herramientas Figura 3 Diseño de material visual a través de herramientas
Nota. Figura de una estudiante diseñando una infografía y un emprendedor creando un flyer desde sus tablets. Elaboración propia. DALL-E 3.
Ejemplo: Piensa en una campaña sobre el cuidado del medioambiente: podrías usar Canva para diseñar posters llamativos con datos impactantes, combinando imágenes de naturaleza, iconos de alerta y frases inspiradoras.
Adobe Express: Conocida anteriormente como Adobe Spark, esta herramienta es ideal para quienes buscan integrar imagen, texto y video de forma dinámica. Más allá de su simplicidad, lo poderoso de Adobe Express es que permite generar contenido animado sin complicarse con editores de video profesionales.
Aplicación concreta: Un profesor podría crear breves clips educativos para explicar conceptos, o una organización social podría diseñar pequeñas campañas de concientización visual en redes (imagen 4).
Figura 4 Uso de la herramienta Adobe Express Figura 4 Uso de la herramienta Adobe Express
Nota. Figura de dos personas utilizando Adobe Express para crear un clip educativo y una campaña visual. Elaboración propia. DALL-E 3.
Ejemplo: Imagina una serie de videos de 15 segundos para redes, donde cada clip explica un principio de la economía circular, usando ilustraciones animadas y música de fondo.
Piktochart: Especializada en la creación de infografías, Piktochart permite transformar datos duros en representaciones visuales claras, atractivas y fáciles de comprender. Su valor reside en convertir información compleja en narrativas visuales accesibles.
Aplicación concreta: Una ONG podría usar Piktochart para presentar los resultados de una investigación sobre salud pública, o un equipo académico podría resumir los hallazgos de un estudio en una infografía interactiva.
Figura 5. Herramientas digitales para presentación Figura 5. Herramientas digitales para presentación
Nota. Fotografía de un maestro presentando gráficos visuales sin texto en una pizarra electrónica frente a su audiencia. Elaboración propia. DALL-E 3.
Ejemplo: Crear una infografía que explique la evolución del acceso a internet en América Latina durante los últimos diez años, usando gráficos de barras, mapas y diagramas de flujo.
Ejercicio sugerido: Te invito a elegir una de estas herramientas y diseñar una tarjeta de presentación personal. No uses las plantillas de forma literal. Piensa: ¿qué tipografías transmiten mi personalidad? ¿Qué combinación de colores habla de quién soy? ¿Cómo puedo hacer que mi diseño se sienta auténtico y no genérico? La clave es pensar el diseño como una extensión de tu voz.
Reflexión final del subtema: Recuerda la última vez que una pieza visual te atrapó al primer vistazo. ¿Fue la combinación de colores? ¿La simplicidad del mensaje? ¿La fuerza de la imagen? Crear visualmente es participar en ese mismo juego de impresionar, emocionar y comunicar, usando recursos a nuestro alcance, pero, sobre todo, usando sensibilidad y criterio. Las herramientas están ahí; la diferencia siempre la hará tu mirada.
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9.2 Experimentación práctica con herramientas de diseño gráfico (Canva, Adobe Spark, etc.)
Antes de empezar a crear, quiero invitarte a pensar: ¿cuándo fue la última vez que aprendiste algo simplemente probando, sin instrucciones claras, solo dejándote llevar por la curiosidad? (imagen 6). Esa forma de aprendizaje, basada en la experimentación, es justamente lo que potencia nuestro dominio de las herramientas digitales de diseño. No se trata solo de seguir tutoriales paso a paso; se trata de atreverse a intentar, a combinar, a equivocarse y volver a intentar, porque en ese proceso el aprendizaje se vuelve significativo y auténtico.
Figura 6 Herramientas de diseño gráfico Figura 6 Herramientas de diseño gráfico
Nota. Fotografía de una joven diseñadora contenta mientras observa su trabajo salir impreso, rodeada de bocetos arrugados. Elaboración propia. DALL-E 3.
Como señalan Latorre Iglesias, Castro Molina y Potes Comas (2018), las tecnologías del aprendizaje (TAC) “no deben ser vistas solo como medios de transmisión de contenidos, sino como escenarios que potencian la creatividad, la innovación y la producción activa de conocimiento” (p. 112). Esta idea cambia por completo nuestra postura frente a herramientas como Canva o Adobe Express: no son simples plataformas para decorar documentos, son espacios donde la creatividad cobra vida, donde el conocimiento se transforma en experiencias visuales.
Te propongo el siguiente desafío de experimentación:
Diseña una portada de revista utilizando Canva.
Elige un tema que realmente te apasione: puede ser sobre arte, ciencia ficción, deporte, cocina o cualquier área que resuene contigo. Empieza seleccionando una plantilla solo como guía inicial, pero luego personalízala por completo: cambia colores, ajusta tipografías, incorpora imágenes propias o de bancos libres de derechos.
Aplicación concreta: Esta actividad te servirá para practicar la jerarquización visual (¿qué elementos deben resaltar primero?), el manejo del espacio en blanco y la coherencia gráfica de un mensaje.
Crea un post animado en Adobe Express.
A partir de la portada que diseñaste, crea un breve video o una animación en formato para redes sociales. Agrega transiciones, textos animados o música de fondo que refuercen el tema de tu revista.
Aplicación concreta: Esta práctica es excelente para preparar material promocional, presentaciones dinámicas o microvideos educativos que capten rápidamente la atención.
Idea inspiradora:
Piensa como un grupo de estudiantes de comunicación visual en la posibilidad de crear una serie de portadas temáticas sobre "Mujeres en la Ciencia", utilizando imágenes históricas combinadas con ilustraciones modernas. Luego, transformar esas portadas en clips animados para compartir en redes sociales para dar a conocer a la Mujer y la Niña en la Ciencia (figura 7).
Figura 7 Animación digital Figura 7 Animación digital
Nota: Figura estilo cómic de estudiantes diseñando portadas temáticas sobre Mujeres en la Ciencia para animaciones digitales. Elaboración propia DALL-E 3.
Reflexión final del subtema:
La experimentación no es un lujo, es una necesidad para aprender de manera profunda. Cada vez que te atreves a modificar una plantilla, a crear una animación diferente o a probar una paleta de colores inusual, estás no solo mejorando tus habilidades técnicas, sino también desarrollando una voz visual propia. Y recuerda: como dice Burdick et al. (2016), en las humanidades digitales “la forma es tan importante como el contenido” (p. 50). Tu diseño también es tu argumento.
9.3 Ejercicio práctico: creación de un cómic utilizando inteligencia artificial (IA)
Te invito ahora a imaginar: ¿qué pasaría si pudieras transformar una idea que tienes en la mente en una historia visual, aunque no sepas dibujar? ¿Qué tipo de historias contarías si tuvieras herramientas que tradujeran tu imaginación en imágenes? Hoy, gracias a la inteligencia artificial, esto es una realidad al alcance de todos. Crear un cómic ya no es un privilegio de ilustradores profesionales: es una posibilidad abierta para cualquier persona con ganas de narrar visualmente.
La inteligencia artificial (IA) ha comenzado a jugar un papel central en la transformación de los procesos creativos. Como explica Galina-Russell (2012), el verdadero desafío de los recursos digitales en humanidades es “ofrecer nuevas formas de expresión que no repliquen esquemas tradicionales, sino que amplíen las posibilidades comunicativas” (p. 187). Un cómic generado con IA no es solo un producto visual novedoso: es un campo de experimentación donde texto, imagen e incluso sonido pueden entrelazarse para construir narrativas complejas.
Te propongo el siguiente proceso creativo:
Paso 1: Idea central.
Antes de cualquier imagen, toda historia comienza con una chispa de imaginación. Piensa en una historia sencilla: puede ser algo cotidiano (por ejemplo, “Un día en la vida de un gato callejero”) o algo fantástico (“Una expedición a un planeta perdido”).
Paso 2: Redacción de escenas.
Divide tu historia en 4 a 6 escenas breves. Cada escena debe plantear una situación o un avance narrativo claro.
Ejemplo: Si eliges la historia del gato callejero, tus escenas podrían ser: (1) el amanecer en el callejón, (2) la búsqueda de comida, (3) el encuentro con otros gatos, (4) el descubrimiento de un refugio.
Paso 3: Generación de imágenes con IA.
Utiliza herramientas como Google Lab, Meta, Grok (de X), Bing Image Creator, Dream by Wombo o Canva AI. Describe cada escena detalladamente: no basta con escribir “gato”, sino que puedes pedir “gato atigrado bajo la luz dorada del amanecer en un callejón urbano”. Mientras más precisa sea tu descripción, más cerca estarás de tu visión.Aplicación concreta: Aprenderás a traducir ideas abstractas en prompts claros y eficaces para sistemas de IA, una competencia cada vez más importante en entornos digitales.
Paso 4: Montaje del cómic.
Ensambla las imágenes en Canva, Pixton o Storyboard That. Añade globos de texto con diálogos o pensamientos internos de los personajes. Presta atención al flujo narrativo: cada viñeta debe llevar naturalmente a la siguiente.
Paso 5 (opcional): Incorporación de sonido.
Si deseas, puedes convertir tu cómic en un pequeño video agregando música de fondo o efectos sonoros. Plataformas como Canva o Adobe Express permiten hacer esta integración de manera sencilla.
Ejemplo inspirador:
Un equipo de jóvenes activistas creó un cómic digital llamado “Planeta Azul”, donde narraban la historia de una Tierra futura salvada del cambio climático. Cada escena fue generada con IA y montada en un pequeño video con música ambiental, logrando un impacto emocional fuerte en redes sociales.
Reflexión final del subtema:
Al utilizar inteligencia artificial en nuestros procesos creativos, no estamos renunciando a nuestra imaginación: estamos ampliándola. Burdick et al. (2016) recuerdan que en los entornos digitales “crear es siempre un acto de interpretación” (p. 71). La IA no reemplaza nuestra capacidad de soñar; simplemente nos ofrece nuevos lenguajes para hacerlo visible. ¿Qué historias propias podrías empezar a construir hoy?
Extensión: Pensar fuera del cajón — de la creación visual a la experiencia educativa
Más allá de la simple creación de piezas gráficas, te propongo dar un paso más: utilizar estas herramientas no solo para diseñar, sino para repensar los procesos de aprendizaje. En lugar de ver las creaciones como productos cerrados, podríamos usarlas como disparadores de experiencias educativas integradas. ¿Cómo sería, por ejemplo, inventar un juego de cartas usando inteligencia artificial para abstraer mecánicas de juego y aplicarlas a una materia como química, historia o idiomas?
El diseño de un juego educativo implica seguir procesos que no son muy distintos de los que seguimos en el aprendizaje formal: plantear desafíos, definir reglas claras, establecer retroalimentaciones y ofrecer recompensas simbólicas. Como señala Gee (2005), los buenos juegos diseñan de manera natural "ambientes de aprendizaje activos y críticos," donde el jugador (o estudiante) se involucra no solo en memorizar información, sino en aplicarla estratégicamente. Así, podríamos utilizar cómics creados con IA como introducción a narrativas de gamificación más complejas, donde los personajes y escenarios sirvan como puente entre el contenido académico y la motivación lúdica.
Ejemplo de aplicación concreta:
Fase 1: Crear un cómic breve donde un personaje debe superar retos de física básica para salvar su mundo de un desastre natural.
Fase 2: Diseñar, a partir de ese cómic, un juego de cartas donde cada carta representa conceptos físicos (fuerza, aceleración, energía, etc.) y los jugadores deben combinarlas estratégicamente.
Fase 3: Extender la narrativa a redes sociales (Instagram, TikTok) mediante pequeñas cápsulas audiovisuales donde los mismos personajes del cómic resuelven nuevos dilemas físicos, aplicando mecánicas de narrativa transmedia (Jenkins, 2009).
Como plantea Jenkins (2009), la narrativa transmedia consiste en "contar una historia a través de múltiples plataformas de medios, donde cada medio contribuye de manera única al conjunto". De esta forma, no solo creamos materiales visuales impactantes, sino que construimos ecosistemas narrativos donde los estudiantes pueden interactuar, explorar y ampliar su comprensión de los temas.
Reflexión crítica sobre las limitaciones:
Es importante advertir, sin embargo, que la integración de IA y narrativas visuales en procesos educativos no está exenta de desafíos. Uno de los riesgos principales es caer en la "estetización superficial" del aprendizaje, donde el énfasis en lo visual eclipse la profundidad conceptual (Galina-Russell, 2012, p. 188). Además, el uso indiscriminado de IA puede invisibilizar los sesgos implícitos en los datos que alimentan estas herramientas, afectando la representación de identidades diversas o reforzando estereotipos.
Por eso, todo proyecto creativo debe ser acompañado de un pensamiento crítico: preguntarnos siempre para qué y para quién estamos diseñando. La tecnología, en sí misma, no garantiza innovación educativa; es la intención pedagógica y la reflexión ética las que marcan la diferencia.
Cierre inspirador:
Crear visualmente ya no es solo diseñar imágenes; es construir mundos, diseñar experiencias y abrir nuevas puertas al aprendizaje. Cada herramienta digital, cada cómic, cada imagen generada puede ser la chispa que transforme una asignatura difícil en una aventura significativa. ¿Te animas a pensar fuera del cajón y a diseñar tu propio universo de aprendizaje?
Aprende más
Antes de mirar:Antes de ver el video, piensa si alguna vez has usado simuladores para aprender algo complejo. ¿Qué funcionó bien y qué no? Imagina qué tipo de simulador crearías tú: ¿sobre qué tema sería y qué funciones tendría? ¡Accede aquí!
Después de mirar:
Tras ver el video, identifica qué te llamó la atención del uso de inteligencia artificial y HTML en los simuladores. Escoge un ejemplo del video y piensa cómo lo adaptarías a tu área. Escribe una idea breve para un simulador propio: tema, público y propósito.
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El artículo de Pearson Latam presenta el aprendizaje basado en simulación (ABS) como una metodología educativa innovadora que permite a los estudiantes practicar en entornos virtuales realistas, fomentando la retención del conocimiento, la toma de decisiones y el aprendizaje activo sin riesgos. Destaca su aplicación en áreas como medicina, ingeniería y negocios, y señala que su efectividad depende de una planificación adecuada, recursos tecnológicos y docentes capacitados. ¡Accede aquí!
Profundiza más
Este recurso presenta dos narrativas visuales complementarias —un cómic de estilo occidental y una versión en formato manga— que ilustran de forma lúdica y didáctica el proceso creativo de diseñar un afiche usando herramientas digitales como Canva, Adobe Express y generadores de imágenes por inteligencia artificial. A través del diálogo entre dos personajes, se representan dudas comunes, descubrimientos y aprendizajes sobre cómo aprovechar estas plataformas para crear mensajes visuales propios, con intención y estilo. Los recursos están pensados para conectar emocionalmente con estudiantes de diversas edades y promover una reflexión crítica sobre la autoría, la estética digital y el uso creativo de tecnologías accesibles. Este recurso puede emplearse como disparador para el ejercicio práctico de la clase, así como material de motivación y referencia sobre el uso pedagógico de herramientas visuales contemporáneas. ¡Accede aquí!
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Actividades
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Introducción
Llegamos a un momento especial de nuestro recorrido: el taller creativo. Hasta ahora hemos explorado conceptos esenciales sobre recursos digitales, diseño visual, tecnologías aplicadas y creación de mensajes integrados. Sin embargo, como plantean Burdick et al. (2016), en el trabajo digital "crear es también investigar" (p. 24); por eso, ahora damos un paso más allá: nos sumergiremos en la práctica activa, donde el texto, la imagen y el sonido se entrelazan para construir productos que comuniquen, emocionen y provoquen reflexiones (imagen 1). Esta etapa no es solo una aplicación técnica: es una invitación a descubrir tu voz creativa y a plasmarla en proyectos concretos.
Figura 1 Creatividad y sus recursos digitales Nota. Figura de un estudiante trabajando en un proyecto multimedia con símbolos de texto, sonido e imagen científica. Elaboración propia. DALL-E 3.
Te invitamos a detenerte un momento y recordar: ¿cuándo fue la última vez que un afiche, una serie o un video corto dejaron una huella en ti? ¿Qué elementos lograron capturar tu atención? Según Galina-Russell (2012), la eficacia de los recursos digitales en humanidades depende de su capacidad para transmitir significados que conecten emocionalmente (p. 186). Por eso, en este taller, queremos que te inspires en esas memorias y experiencias para crear. Explora, diseña, escucha, combina: este es tu espacio para experimentar libremente y dar vida a tus ideas.
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10. Taller creativo: integración de texto, imagen y sonido
Estamos en una de las etapas más emocionantes del curso: nuestro taller creativo. A lo largo de las clases anteriores, hemos acumulado herramientas, conceptos y miradas que hoy se convierten en un verdadero tesoro para la creación. Nada de lo visto se descarta: todo puede ser redescubierto y resignificado en los proyectos que construiremos. Como nos recuerdan Burdick et al. (2016), en el ámbito de las humanidades digitales "crear experiencias es también un modo de producir conocimiento" (p. 22). Por eso, diseñar un producto comunicacional no es solo juntar palabras, imágenes y sonidos: es construir sentido, provocar lecturas, abrir preguntas.
Quizá ya has vivido algo parecido: cuando preparaste una presentación, diseñaste un afiche escolar, o creaste una postal para alguien especial. ¿Recuerdas cómo elegiste los colores, las formas, los textos? ¿Cómo esas elecciones buscaban decir algo más allá de las palabras? Te invitamos ahora a volver a esa memoria creativa, pero también a pensar en el futuro: lo que hoy construyas no quedará aislado. En las clases que nos esperan —hasta llegar a la clase 16—, seguirás explorando nuevas formas de integrar lo visual, lo textual y lo sonoro en proyectos aún más desafiantes. Cada elección de hoy será una semilla para los caminos que abriremos juntos.
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10.1 Herramientas y aplicaciones para formatos visuales: afiches y cómics
Cuando queremos comunicar algo de manera poderosa, muchas veces no basta con un texto bien escrito: necesitamos que la imagen, el color y hasta el ritmo visual acompañen y refuercen el mensaje. Afortunadamente, hoy contamos con plataformas digitales que facilitan diseñar afiches, cómics y presentaciones interactivas, sin necesidad de ser diseñadores profesionales.
Aquí te compartimos algunas herramientas que podrías explorar, junto con un ejemplo concreto para cada una:
- Canva: Ideal para crear afiches, carteles e infografías de manera rápida e intuitiva.Ejemplo práctico: Diseñar un afiche motivacional para un evento académico o empresarial, incorporando eslóganes breves, imágenes de fondo y un código QR que lleve a una página de inscripción.
- Pixton: Plataforma especializada en la creación de cómics personalizados. Puedes diseñar tus propios personajes, elegir escenarios y agregar textos de diálogo.Ejemplo práctico: Crear un cómic educativo donde se explique, de forma divertida, el proceso de reciclaje a niños de educación inicial o primaria.
- Storyboard That: Perfecta para construir narrativas visuales de forma sencilla, utilizando plantillas y personajes prediseñados.Ejemplo práctico: Elaborar una secuencia de historia donde se represente el recorrido de un cliente en una empresa, para usar en talleres de atención al cliente.
- InShot: Aplicación que permite agregar audio, música y efectos a imágenes o clips de video, muy útil para producciones ligeras.Ejemplo práctico: Crear un video corto que resuma un proyecto escolar o universitario, combinando fotografías, subtítulos y una melodía de fondo.
- Genially: Herramienta muy versátil para diseñar presentaciones, infografías o afiches interactivos que integren texto, imágenes, videos y audios.Ejemplo práctico: Desarrollar un afiche interactivo sobre medidas de prevención en caso de desastres naturales, donde al hacer clic en ciertos elementos se desplieguen videos o audios explicativos (imagen 2).
Figura 2 Herramientas y aplicaciones Figura 2 Herramientas y aplicaciones
Nota. Figura de un afiche interactivo en laptop sobre prevención ante desastres, con íconos de herramientas digitales como Canva, Pixton, InShot, Storyboard y Genially. Elaboración propia. DALL·E 3.
Como bien señala Galina-Russell (2012), "el diseño de recursos digitales en humanidades requiere tanto de habilidades técnicas como de sensibilidad para transmitir significados" (p. 187). No se trata solo de usar herramientas: se trata de construir narrativas que realmente comuniquen y conecten con los públicos a los que nos dirigimos.
Propuesta de práctica en entorno empresarial:Imagina que eres parte del equipo de Recursos Humanos de una empresa. Usando Genially o Canva, podrías crear una campaña visual sobre buenas prácticas laborales, combinando afiches impresos con versiones interactivas en línea que incluyan encuestas rápidas o mini-videos.
Propuesta de práctica en entornos educativos:En un colegio, escuela o universidad, podrías pedir a los estudiantes que diseñen un cómic en Pixton representando situaciones de acoso escolar y cómo resolverlas de forma positiva. Así se trabajarían no solo habilidades de comunicación visual, sino también competencias socioemocionales esenciales.
Ejercicio propuesto para ti:
- Elige una temática que te inspire (puede ser "Cuidado del medio ambiente", "La importancia de la lectura", "Historias de la comunidad" o cualquier otra que te apasione).
- Utiliza una de las herramientas sugeridas para diseñar un afiche o un mini cómic de cuatro viñetas.
- Asegúrate de integrar texto, imágenes y, si te animas, agrega una pista sonora o musical que acompañe tu creación.
Aplicación real:Dominar estas herramientas te permitirá construir productos comunicativos potentes para múltiples contextos: desde promocionar eventos locales, hasta presentar ideas en una empresa o crear campañas educativas. Cada proyecto será también una oportunidad de dejar tu huella personal.
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10.2 Trabajo colaborativo en un taller creativo
Antes de sumergirnos en la dinámica del taller, hagamos una breve pausa para distinguir dos formas de trabajar en equipo que, aunque suenan similares, en la práctica son muy distintas: el trabajo colaborativo y el trabajo cooperativo.
En el trabajo colaborativo, todos los integrantes participan activamente con un objetivo común que sienten propio. Cada uno aporta, sí, pero también escucha, discute, complementa. No se trata solo de cumplir una parte, sino de construir algo juntos. Piensa, por ejemplo, en la organización de una fiesta de cumpleaños sorpresa: no basta con que uno solo lleve la torta y otro las sillas; todos tienen que coordinarse, pensar en conjunto qué quiere la persona homenajeada, cómo sorprenderla. Todo depende del diálogo y la cocreación.
Figura 3 Trabajo colaborativo Figura 3 Trabajo colaborativo
Nota. Figura de trabajo colaborativo en la organización de una fiesta sorpresa de cumpleaños. Elaboración propia. DALL·E 3.
En cambio, en el trabajo cooperativo, cada integrante asume una tarea específica, pero sin necesariamente preocuparse por el conjunto. Es como cuando se ensamblan partes de un automóvil: quien pone las ruedas no necesariamente conversa con quien instala el motor. Cada uno cumple su parte de manera aislada.
Figura 4 Trabajo cooperativo Figura 4 Trabajo cooperativo
Nota. Figura de trabajo cooperativo en el ensamblaje de un automóvil. Elaboración propia. DALL·E 3.
¿Por qué aclaramos esto? Porque en nuestro taller creativo, lo que vamos a fomentar es el trabajo colaborativo: construir colectivamente, integrar perspectivas, enriquecer el proyecto con la diversidad de voces del equipo.
Ahora bien, ¿qué entendemos por taller?
Un taller es un espacio de experimentación activa, donde los participantes aprenden haciendo. No se trata de recibir pasivamente información, sino de involucrarse en la creación, en la reflexión y en la transformación. Los talleres tienen un propósito claro: fomentar el aprendizaje práctico, promover el intercambio de saberes y desarrollar competencias de manera vivencial. Se aplican en muchísimos ámbitos: educación, arte, salud, empresas, formación comunitaria, entre otros.
Pero también existen aplicaciones inesperadas de los talleres que queremos invitarte a imaginar:
- Taller en un geriátrico:Un espacio donde adultos mayores diseñen juntos un mural de recuerdos, utilizando fotos antiguas, canciones significativas y breves textos. Además de estimular la creatividad, se fortalecerían la memoria afectiva y los vínculos sociales.
- Taller con niños:Una actividad donde los niños creen un cómic sobre su "día ideal". Usando plataformas como Pixton o simplemente papel y colores, no solo desarrollarían expresión creativa, sino también habilidades de narración y autoestima.
- Taller con personas emprendedoras desempleadas:Un espacio donde quienes buscan iniciar sus propios negocios trabajen en crear afiches promocionales de sus futuros productos o servicios, utilizando Canva o Genially. No solo practicarían habilidades digitales, sino también visualizarían sus sueños y proyectos de manera tangible.
Cada uno de estos talleres, como ves, va más allá del producto final: son escenarios donde se generan procesos de diálogo, autoestima, creatividad y comunidad. Como recuerdan Burdick et al. (2016), "los talleres son plataformas de producción experimental, donde el conocimiento se construye colectivamente a través de la acci\u00f3n" (p. 25).
Dinámica propuesta para nuestro taller:
- Forma equipos de 3 o 4 personas (imagen 5).
- Elijan una temática común para su afiche o cómic.
- Asignen roles flexibles: todos pueden diseñar, escribir, buscar imágenes o proponer sonidos.
- Dialoguen continuamente: escuchen las ideas del grupo, mejoren sus propuestas en función de las aportaciones de todos.
- Celebren los logros compartidos: no importa si no todo sale perfecto, sino cuánto han crecido en el proceso.
Figura 5 Formación de taller de creatividad Figura 5 Formación de taller de creatividad
Nota. Fotografía de estudiantes colaborando en la creación de un cómic en equipo durante un taller. Elaboración propia. DALL·E 3.
Ejercicio de reflexión antes de empezar:Escribe en una hoja qué esperas aprender trabajando en colaboración. ¿Qué habilidades personales crees que puedes aportar a tu grupo? Al final del taller, revisaremos juntos si esos aprendizajes se cumplieron... o incluso si descubriste talentos que no sospechabas tener.
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10.3 Presentación de productos finales y retroalimentación
Llegamos a un momento muy especial del taller: compartir nuestras creaciones. Presentar el producto final no es solo mostrar lo que hicimos, sino abrir un espacio para la escucha, la reflexión y el crecimiento conjunto. Al exponer nuestro trabajo al grupo, no solo exhibimos un resultado, sino también todo un recorrido de decisiones, dudas, apuestas y aprendizajes (imagen 6).
Figura 6 Presentación y exposición del proyecto Figura 6 Presentación y exposición del proyecto
Nota. Fotografía de estudiante presentando un proyecto visual ante su grupo en un espacio educativo. Elaboración propia. DALL·E 3.
¿Cómo vamos a presentar?
- Cada equipo o participante mostrará su afiche o su cómic.
- Harán una breve explicación de su propuesta (entre 1 a 2 minutos): qué quisieron transmitir, qué decisiones creativas tomaron, qué desafíos enfrentaron.
- Luego, abriremos un espacio de retroalimentación colectiva, guiada por algunas preguntas clave:
- ¿Qué parte del mensaje te resultó más clara o impactante?
- ¿Qué elemento visual, textual o sonoro llamó más tu atención?
- ¿Qué sugerencias harías para fortalecer aún más el producto?
No te preocupes si nunca has dado retroalimentación antes: piensa que no se trata de juzgar, sino de acompañar. Dar retroalimentación es un arte que se aprende practicando la empatía, reconociendo los logros y ofreciendo sugerencias concretas y respetuosas. Como nos recuerdan Latorre Iglesias et al. (2018), "el aprendizaje significativo ocurre cuando existe un espacio de diálogo crítico que permita revisar, mejorar y reconstruir" (p. 115). En otras palabras: solo aprendemos de verdad cuando nos animamos a abrirnos al otro.
¿Por qué es importante este momento?Porque muchas veces, desde dentro del proceso creativo, no vemos todo lo que los demás sí perciben. Escuchar otras miradas nos ayuda a descubrir nuevas posibilidades, a identificar fortalezas que quizá no habíamos notado, o a ver caminos de mejora que enriquecen nuestro trabajo.
Ejercicio de cierre personal: una reflexión integral
Antes de cerrar este taller creativo, te proponemos realizar una reflexión que abarque no solo los conceptos que hemos trabajado, sino también las habilidades que has desarrollado y las actitudes que has fortalecido en este proceso. Porque aprender, como sabemos, no es solo acumular información: es transformar la manera en que pensamos, actuamos y sentimos.
Te invitamos a estructurar tu reflexión considerando tres dimensiones fundamentales:
Desde lo cognitivo: ¿Qué sabes ahora?
En esta dimensión te pedimos mirar hacia los conceptos, definiciones e ideas que has construido durante el taller.Puedes preguntarte:
- ¿Qué conceptos nuevos sobre comunicación visual, narrativa multimedia o integración de texto, imagen y sonido has aprendido?
- ¿Qué nociones sobre trabajo colaborativo o diseño de productos comunicacionales son ahora parte de tu bagaje?
Figura 7 Cierre y Reflexión en base al producto final Figura 7 Cierre y Reflexión en base al producto final
Nota. Figura de persona reflexionando sobre comunicación visual, narrativa multimedia y trabajo colaborativo. Elaboración propia. DALL·E 3.
Recuerda que, según Ausubel (2002), "el aprendizaje significativo ocurre cuando una nueva información se relaciona de manera sustancial y no arbitraria con lo que el alumno ya sabe" (p. 45). Es decir, lo que realmente aprendiste no es aquello que simplemente memorizaste, sino aquello que ahora puedes integrar a tu manera de ver el mundo.
Apoyo: Enumera al menos tres conceptos clave que ahora forman parte de tu saber y explica brevemente por qué los consideras importantes.
Desde lo procedimental: ¿Qué sabes hacer ahora?
Aquí queremos que pienses en las habilidades prácticas que has desarrollado.Algunas preguntas para guiarte:
- ¿Qué herramientas o plataformas aprendiste a usar para crear afiches, cómics o productos integrados?
- ¿Qué abanico de oportunidades y aplicaciones descubriste?
- ¿Cómo aplicarías estas habilidades en tu vida académica, profesional o personal?
- ¿Qué innovación sientes que ahora eres capaz de generar?
Como sugiere Zabala (1998), "aprender procedimientos no significa solo saber realizarlos, sino también saber cuándo, cómo y por qué emplearlos" (p. 67).No se trata de hacer por hacer, sino de elegir creativamente qué técnicas usar, en qué momento, y con qué finalidad.
Apoyo: Describe brevemente una situación real en la que aplicarías lo que aprendiste.¿Sería un proyecto escolar, una capacitación empresarial, una campaña comunitaria?
Desde lo afectivo: ¿Qué has sentido y qué valoras ahora?
Finalmente, queremos invitarte a reflexionar sobre las actitudes y sentimientos que surgieron durante el taller.Pregúntate:
- ¿Qué emociones viviste al crear tu producto?
- ¿Qué importancia le das hoy a producir trabajos únicos, personales, con una huella humana, incluso usando tecnologías digitales?
Aquí queremos recordarte algo fundamental: aunque las herramientas digitales —incluyendo la inteligencia artificial— nos brinden grandes posibilidades, el verdadero valor está en cómo las usamos. Como solemos decir: "Se trata de gerenciar el conocimiento de la inteligencia artificial, de ser como un director de orquesta que administra, gestiona, manda y cura toda la información que se genera desde las tecnologías".
Siguiendo esta idea, Paulo Freire (1997) también nos recordaba que "la tecnología debe estar al servicio de la humanización, y no de la automatización de los seres humanos" (p. 82).El desafío es, entonces, hacer de cada creación digital una expresión sensible, reflexiva y auténtica.
Apoyo: Escribe en pocas líneas qué importancia le darías, de ahora en adelante, a imprimir tu sello humano en cada trabajo que realices usando tecnología.
Conclusión personal
Te invitamos a cerrar este ejercicio de reflexión escribiendo un pequeño manifiesto personal: una frase o párrafo donde expreses cómo te ves como creador o creadora de contenidos, después de este taller.
Recuerda: tu voz, tu mirada, tu capacidad de imaginar y construir son insustituibles. La tecnología es una aliada, pero la chispa creativa sigue siendo profundamente humana.
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Piensa en cuánto tiempo inviertes creando contenidos por separado. ¿Y si pudieras hacerlo todo desde una sola herramienta?Después de mirar:Anota qué función te pareció más útil. ¿Cómo podrías usar esta IA todo en uno para un proyecto educativo o personal ¡Accede aquí!
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Introducción
Vivimos en una era en la que el acceso a la información es casi inmediato. Desde nuestro teléfono móvil, una simple búsqueda puede abrirnos las puertas a bibliotecas enteras, artículos especializados y documentos compartidos desde cualquier parte del mundo. Sin embargo, esta disponibilidad no siempre garantiza un uso ético o responsable de los recursos digitales (Figura 1). En esta clase, reflexionaremos juntos sobre cómo seleccionar, compartir y organizar información de forma consciente. Hablaremos sobre el uso de herramientas colaborativas en la nube y de estrategias básicas que nos permitan movernos con soltura y responsabilidad en entornos digitales.
Figura 1 Los recursos digitales Nota. Figura de personas accediendo a recursos digitales desde el celular y la computadora, con énfasis en la búsqueda y el uso responsable. Elaboración propia. DALL·E 3.
Nuestro objetivo no es solo aprender a usar una carpeta compartida o buscar mejor en Google. Queremos ir más allá: se trata de convertirnos en gestores de conocimiento, capaces de curar, organizar y diseminar información para nutrir comunidades virtuales con propósito. Como afirma Jenkins (2009), las comunidades participativas requieren habilidades de navegación informacional, pero también de responsabilidad colectiva. En esta clase, cada herramienta será una excusa para pensar cómo construimos conocimiento de manera colaborativa.
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11.1 Estrategias para buscar y compartir información en línea
Antes de hablar de herramientas específicas, hagamos una pausa y pensemos juntos: ¿cómo buscas información en internet? ¿Qué haces cuando necesitas encontrar un artículo confiable, un dato preciso o una fuente académica para tu trabajo? Tal vez uses Google, pero ¿cómo filtras lo que encuentras? ¿Confías en la primera página de resultados? Muchas veces, la sobrecarga de información puede llevarnos a asumir como válidas fuentes que no han pasado ningún proceso de revisión ni de verificación. Saber buscar es una habilidad que no se reduce a teclear palabras; implica pensar, discriminar, comparar y decidir con conciencia crítica (Figura 2).
Figura 2 Búsqueda de Información Figura 2 Búsqueda de Información
Nota. Figura de joven analizando fuentes digitales con actitud crítica en su computadora portátil. Elaboración propia. DALL·E 3.
Buscar en internet es una competencia que requiere algo más que intuición: requiere pensamiento estratégico. Una de las técnicas clave para afinar nuestras búsquedas es el uso de palabras clave combinadas con operadores booleanos. Estos operadores —como “AND”, “OR” y “NOT”— nos permiten delimitar los resultados. Por ejemplo, si escribes “TIC AND educación”, obtendrás resultados que contengan ambos conceptos; en cambio, si buscas “TIC NOT empresa”, eliminarás resultados vinculados al ámbito empresarial. También puedes usar comillas para búsquedas exactas o el signo menos para excluir términos. ¿Te has detenido a experimentar con estos comandos? Te aseguro que pueden marcar una gran diferencia.
Otro aspecto crucial es identificar correctamente la fuente de información. No todo lo que está en línea tiene el mismo peso o validez. Portales como Google Scholar, Dialnet, Scielo y RedALyC ofrecen acceso a artículos académicos revisados por pares, algo muy distinto a lo que encontramos en un blog sin autor identificado o en un hilo de X (antes Twitter). Como señala Area (2010), “saber buscar, seleccionar y evaluar información es tan importante como poseer el dato mismo” (Figura 3). Esta afirmación no es exagerada: la calidad de nuestras decisiones, reflexiones y producciones académicas depende en buena parte de la calidad de las fuentes que consultamos.
Gráfico 3 Fuentes de Información Gráfico 3 Fuentes de Información
Nota. Figura de estudiante comparando fuentes académicas y no verificadas en su laptop. Elaboración propia. DALL·E 3.
Compartir información también es un acto ético. En entornos digitales, compartir no significa simplemente reenviar un archivo o pegar un enlace. Significa contextualizar, seleccionar con criterio y respetar los derechos de autor. ¿Cuántas veces hemos recibido imágenes o PDFs por WhatsApp sin saber quién los escribió o de dónde salieron? Es ahí donde cobra importancia la curaduría digital. Plataformas como Creative Commons nos ofrecen claridad sobre cómo reutilizar contenidos respetando las licencias asignadas. Una Figura con licencia CC-BY, por ejemplo, puede compartirse libremente siempre que se cite al autor. Pero otras licencias, como CC-BY-NC, restringen su uso para fines no comerciales. Conocer estas diferencias no solo nos protege legalmente, sino que refuerza nuestro compromiso ético con el conocimiento.
Ahora bien, pongamos en práctica lo aprendido. Te propongo un ejercicio sencillo pero revelador: realiza una búsqueda sobre “tecnologías colaborativas en educación” usando operadores booleanos en Google Scholar. Revisa los tres primeros resultados que consideres relevantes. ¿Qué tipo de documento es cada uno? ¿Quién lo escribió? ¿En qué año fue publicado? ¿Qué relación guarda con tu campo o intereses? Luego, sube esos documentos a una carpeta compartida —puede ser en Google Drive— y redacta un pequeño texto donde expliques por qué los seleccionaste y qué aportan a tu proceso de aprendizaje.
Además, te invito a explorar herramientas como Zotero o Mendeley. Tal vez ya hayas oído hablar de ellas, pero ¿las has usado a fondo? Estos gestores bibliográficos permiten organizar tus lecturas, crear bibliografías en formato APA, MLA o Chicago, e incluso compartir carpetas con otros investigadores. No se trata solo de almacenar referencias, sino de construir una red personal de conocimiento. En contextos de humanidades digitales, esta capacidad de recopilar, clasificar y diseminar fuentes adquiere una nueva dimensión. Como afirman Burdick et al. (2016), “la investigación digital no es únicamente una cuestión de datos, sino de diseño intelectual en red” (p. 27).
Finalmente, no olvidemos que buscar y compartir información son actos profundamente humanos, atravesados por intereses, emociones y valores. Tal vez recuerdes una ocasión en la que descubriste un artículo inspirador y lo compartiste con tus colegas o estudiantes. Ese gesto, aunque breve, encierra una intención poderosa: la de construir comunidad. En el universo digital, cada vez que compartimos con criterio, contribuimos a una ecología del conocimiento más justa, más abierta y colaborativa. ¿Y tú? ¿Qué tipo de conocimiento eliges compartir?
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11.2 Uso de herramientas colaborativas (Google Drive, Dropbox, OneDrive)
Ahora que hemos comprendido la importancia de buscar información de manera crítica y ética, es momento de explorar cómo podemos organizar, compartir y trabajar colectivamente con esa información. Las herramientas colaborativas en la nube se han convertido en aliadas imprescindibles en entornos educativos, profesionales y comunitarios (Figura 4). Nos permiten no solo almacenar archivos, sino también coeditar, comentar, etiquetar y estructurar contenidos de forma remota y asincrónica. Si alguna vez has trabajado en grupo y todos enviaban versiones distintas del mismo documento por correo, sabrás cuán liberador es usar una plataforma compartida.
Gráfico 4 Herramientas colaborativas Gráfico 4 Herramientas colaborativas
Nota. Figura de personas colaborando en línea mediante herramientas compartidas en la nube. Elaboración propia. DALL·E 3.
Pensemos en Google Drive, por ejemplo. Esta herramienta, que forma parte del ecosistema de Google Workspace, ha revolucionado la manera en que se concibe el trabajo en equipo. ¿Sabías que puedes tener a cinco o más personas escribiendo simultáneamente en un mismo documento, con colores diferentes que identifican sus intervenciones? Esto no solo aumenta la eficiencia, sino que promueve una dinámica horizontal, donde cada voz puede expresarse sin esperar turnos. Además, la función de “comentarios” permite realizar observaciones sin alterar el contenido original, una característica ideal para procesos de revisión colaborativa.
En un entorno académico, podrías usar Google Drive para diseñar una carpeta por materia o unidad didáctica, donde cada estudiante aporte recursos, ideas o documentos relevantes. Esta forma de organización también favorece la transparencia y la trazabilidad del trabajo: todos pueden ver quién hizo qué y cuándo. Según Cobo y Moravec (2011), estas tecnologías “fomentan ecosistemas de aprendizaje distribuidos, donde la inteligencia colectiva se potencia a través de nodos interconectados” (p. 35). En otras palabras, se crea un espacio donde el conocimiento circula, se transforma y se multiplica.
Dropbox, por su parte, es una plataforma muy intuitiva, ampliamente valorada por su simplicidad y capacidad de sincronización. Aunque en su versión gratuita tiene ciertas limitaciones, sigue siendo una excelente opción para compartir archivos de gran tamaño, como videos, grabaciones de audio o presentaciones pesadas. Una ventaja notable es que mantiene versiones anteriores de los documentos, lo que te permite recuperar información en caso de errores o ediciones no deseadas. En entornos creativos o artísticos, donde se trabaja con muchas versiones de un archivo, esta función es particularmente útil.
OneDrive, por otro lado, se integra completamente con el ecosistema de Microsoft 365. Si ya trabajas con Word, Excel o PowerPoint, notarás que puedes guardar y editar tus documentos directamente en la nube sin tener que descargarlos o subirlos manualmente. Esto resulta muy útil cuando se trabaja en entornos institucionales que utilizan suites corporativas. Además, OneDrive permite configurar permisos avanzados, como establecer fechas de expiración para el acceso a documentos, evitar la descarga o recibir notificaciones cuando alguien accede a un archivo. Este nivel de control puede ser crucial en proyectos que manejan información sensible o confidencial.
Cada una de estas herramientas tiene sus propias lógicas y fortalezas. Elegir cuál usar dependerá del contexto, los recursos disponibles, las competencias digitales del grupo y el objetivo de la colaboración. Pero todas coinciden en algo fundamental: permiten que el conocimiento deje de estar aislado en escritorios individuales y pase a ser compartido, enriquecido y gestionado colectivamente. Como recuerda Galina-Russell (2012), “la producción colectiva y la apropiación de lo digital son condiciones esenciales para la sostenibilidad del conocimiento en las humanidades” (p. 188).
A modo de reflexión, te invito a pensar en tus experiencias con estas plataformas. ¿Has trabajado en proyectos grupales usando alguna de estas herramientas? ¿Qué funcionó bien y qué podría haber mejorado? ¿Cómo fue el proceso de toma de decisiones, distribución de tareas y revisión del trabajo? Anotar tus respuestas puede ayudarte a identificar patrones, fortalezas y áreas de mejora para tus futuras experiencias colaborativas. Quizás incluso descubras habilidades de liderazgo o gestión que antes no habías notado.
Finalmente, no olvides que el uso ético también aplica aquí: cuando trabajas en entornos compartidos, debes respetar el trabajo ajeno, no eliminar sin permiso, evitar saturar la carpeta con documentos innecesarios y cuidar la organización. Una carpeta bien estructurada (Figura 5) puede ser tan valiosa como una biblioteca digital: debe ser navegable, coherente y actualizada. Como ejercicio complementario, te propongo que crees una carpeta colaborativa en la nube junto a uno o dos compañeros de clase, y definan juntos un pequeño protocolo de uso. ¿Cómo nombrarán los archivos?, ¿qué tipo de documentos subirán?, ¿quién revisará los aportes? De este modo, lo técnico se convierte también en un acto de gestión ética del conocimiento.
Gráfico 5 Organización óptima de la carpeta de trabajo Gráfico 5 Organización óptima de la carpeta de trabajo
Nota. Figura de persona organizando archivos en una carpeta digital compartida con otros usuarios. Elaboración propia DALL·E 3.
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11.3 Ejercicio práctico: creación de una carpeta compartida en la nube
Ahora que ya hemos recorrido la teoría detrás de la búsqueda, organización y compartición ética de la información, es hora de poner las manos en la masa digital. Te propongo que este ejercicio no lo veas como una simple tarea técnica, sino como una oportunidad para experimentar en carne propia cómo se construye el conocimiento en red. ¿Te animas?
El objetivo es claro: vamos a crear una carpeta digital (Figura 6) compartida donde tú y tus compañeros puedan recopilar, clasificar y comentar recursos digitales relevantes sobre un tema de interés vinculado a las humanidades digitales. Este proceso, además de ayudarte a consolidar lo aprendido, fomenta habilidades como la curaduría, la autorregulación y el trabajo en equipo.
Gráfico 6 Creación de carpeta Gráfico 6 Creación de carpeta
Nota. Figura de grupo colaborando en la creación de una carpeta digital sobre humanidades digitales. Elaboración propia. DALL·E 3.
Paso 1: Elección de la herramienta
Primero, elige una plataforma de almacenamiento en la nube: Google Drive, Dropbox o OneDrive. Para este ejercicio te sugerimos Google Drive por su accesibilidad y facilidad de uso, pero si ya estás familiarizado con otra herramienta, puedes usarla también. Lo importante es que todos los miembros del grupo tengan acceso y se sientan cómodos colaborando allí.
Paso 2: Creación de la carpeta
Paso 3: Configuración de permisos
Haz clic derecho sobre la carpeta y selecciona “Compartir”. Agrega los correos electrónicos de tus compañeros de grupo y otórgales el permiso de “Editor” si quieres que puedan añadir y modificar archivos, o “Lector” si solo deseas que consulten. También puedes generar un enlace con acceso restringido, por ejemplo, solo para usuarios de tu institución educativa.
Paso 4: Subida de recursos
Cada integrante deberá subir al menos dos archivos relacionados con el tema de la clase: pueden ser artículos, infografías, videos, podcasts, mapas conceptuales o presentaciones. Asegúrate de que cada archivo incluya en el nombre del documento el autor y una justificación breve de su aporte. Por ejemplo: “Artículo sobre curaduría digital – Autora: López, 2020 – útil para comprender prácticas colaborativas en entornos académicos”.
Paso 5: Documentación de aportes
Dentro de la carpeta, crea un documento compartido llamado “Bitácora de aportes”. Allí, cada miembro anotará qué subió, por qué lo eligió y cómo se relaciona con los temas vistos en clase. Este paso no es menor: ayuda a fortalecer la autorreflexión, la metacognición y la transparencia dentro del grupo.
Paso 6: Revisión conjunta y curaduría
Una vez que todos hayan subido sus recursos, reúnanse —puede ser en una videollamada o incluso en un grupo de WhatsApp— y revisen los materiales juntos. Seleccionen aquellos que consideren más pertinentes y creen subcarpetas temáticas (por ejemplo: “Recursos sobre ética digital”, “Ejemplos de buenas prácticas colaborativas”, etc.). Este proceso de selección conjunta es clave para practicar el pensamiento crítico colectivo y la toma de decisiones en red.
Consejo adicional
¿Te gusta ir un paso más allá? Si usas OneDrive, puedes vincular la carpeta con Microsoft Teams para mantener conversaciones en tiempo real. Si usas Dropbox, la integración con Slack te permitirá notificar cambios, comentar archivos o resolver dudas más rápidamente. Explora las integraciones disponibles y experimenta con ellas.
Reflexión final
Este ejercicio no solo busca que sepas cómo crear una carpeta. Va más allá: te invita a pensar en cómo habitamos los espacios digitales. ¿Cómo tomamos decisiones cuando no estamos en la misma sala? ¿Qué significa respetar el trabajo de otro en un espacio compartido? ¿Qué normas nos damos para convivir digitalmente?
Como dice Pierre Lévy (1997), “nadie lo sabe todo, pero todos saben algo, y todo conocimiento reside en la humanidad”. La carpeta que vas a crear con tus compañeros puede parecer simple, pero es un ejemplo concreto de esa inteligencia colectiva que él menciona. Compartir no es perder, es multiplicar. Y en tiempos donde lo digital puede volverse impersonal, estos pequeños gestos colaborativos son profundamente humanos.
Conclusión
Llegamos al final de una clase que nos invita a mirar el uso de la información no como una tarea instrumental, sino como una práctica ética y social. La forma en que buscamos, compartimos y organizamos recursos digitales puede marcar la diferencia entre una experiencia superficial y una comunidad de aprendizaje viva y colaborativa. En un entorno donde abundan los datos, lo verdaderamente valioso no es acumular enlaces o archivos, sino desarrollar la capacidad de discernir, conectar y compartir con intención.
Hoy has conocido estrategias para buscar información con criterio, herramientas para organizarla colectivamente y claves para hacerlo con responsabilidad. Pero más allá del manejo técnico, te has enfrentado a una pregunta esencial: ¿qué papel quieres asumir en los entornos digitales que habitas? La responsabilidad digital no se limita a evitar el plagio o respetar los derechos de autor. Implica también cuidar el trabajo colectivo, promover el acceso equitativo a los saberes y fomentar una cultura de colaboración basada en el respeto y la transparencia (Figura 7).
Gráfico 7 Responsabilidad digital Gráfico 7 Responsabilidad digital
Nota. Figura de estudiante reflexionando sobre su rol ético y colaborativo en entornos digitales. Elaboración propia. DALL·E 3.
Como recuerda Rheingold (2012). Las habilidades digitales son también habilidades sociales. En otras palabras, lo que hacemos en red habla de nuestros valores. Queda en tus manos seguir explorando, compartiendo, enseñando y aprendiendo. Porque al final, lo importante no es solo saber usar herramientas, sino comprender para qué las usamos y cómo podemos transformar el espacio digital en un lugar más justo, más humano y significativo.
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Introducción
Alguna vez te has detenido a pensar cómo tu presencia digital forma parte de tu identidad profesional y académica? En la actualidad, no basta con tener conocimientos o habilidades: también es esencial saber cómo compartirlos, interactuar con otras personas en red y proyectar tu voz en espacios digitales. Las redes sociales han dejado de ser simples vitrinas de autopromoción: son ahora escenarios en los que se configuran relaciones, se negocian saberes y se construyen trayectorias colectivas. En palabras de Burdick et al. (2016), “las plataformas digitales son -espacios performativos- donde no solo se representa el conocimiento, sino que se lo reconfigura en interacción con otros”(p. 43).
En esta clase queremos proponerte una reflexión activa sobre el papel de las redes sociales en las humanidades digitales. Nos enfocaremos especialmente en comprender las lógicas que rigen la conexión en red —es decir, cómo se produce valor a través de los vínculos— y exploraremos dos plataformas clave: LinkedIn, orientada al desarrollo profesional, y ResearchGate, diseñada para la circulación del conocimiento académico. ¿Sabías que crear un perfil bien pensado en estas redes puede abrirte puertas a proyectos colaborativos, becas, eventos internacionales o incluso nuevas ideas de investigación? (Figura 1)
Figura 1 La Identidad en plataformas virtuales Nota. Ilustración de persona usando LinkedIn y ResearchGate como plataformas digitales especializadas. Elaboración propia DALL·E 3.
Al finalizar, diseñarás tu propio perfil profesional en LinkedIn como primer paso para posicionarte como una voz activa dentro del ecosistema digital. Y no importa si apenas comienzas o si ya usas redes sociales desde hace tiempo: esta clase no se centra solo en lo técnico, sino en ayudarte a pensar estratégicamente tu presencia digital desde una perspectiva ética, crítica y situada. Como advierte Galina-Russell (2012), el desafío no está únicamente en acceder a las tecnologías, sino en apropiarse de ellas para crear y compartir conocimiento con sentido, responsabilidad y proyección (p. 186).
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12.1. Las cinco reglas de la conexión en red
En la cultura digital, conectar no es simplemente “seguir” a alguien o “aceptar una solicitud”. ¿Cuántas veces has añadido personas a tus redes sin saber muy bien quiénes son o por qué estás conectando con ellas? Aunque pueda parecer un gesto trivial, en el mundo académico y profesional cada conexión puede abrir —o cerrar— posibilidades. Las redes sociales han transformado el modo en que compartimos conocimiento, accedemos a oportunidades y construimos comunidad (Figura 2). En efecto, como afirman Burdick et al. (2016), “las redes digitales no son solo infraestructuras técnicas, sino también espacios performativos, donde se negocia la identidad, la autoridad y la colaboración” (p. 43).
Figura 2 Redes Sociales Figura 2 Redes Sociales
Nota. Ilustración de personas interactuando con redes sociales en un contexto de colaboración y construcción de comunidad digital. Elaboración propia. DALL·E 3.
Con esto en mente, te proponemos cinco reglas fundamentales para navegar los entornos digitales de manera estratégica, ética y con propósito. No se trata de seguir un manual rígido, sino de asumir una postura crítica ante lo que hacemos (y dejamos de hacer) en nuestras redes profesionales.
1. Reciprocidad consciente
¿A quién decides seguir en una red social académica o profesional? No todas las conexiones tienen que ser utilitarias, pero sí deben responder a un interés genuino de diálogo. A veces, una buena conexión es aquella que te invita a pensar distinto, que amplía tus horizontes o que simplemente comparte recursos valiosos. Esta reciprocidad consciente implica reconocer que estar en red no es coleccionar contactos, sino construir puentes con sentido.
Figura 3 Reciprocidad Consciente Figura 3 Reciprocidad Consciente
Nota. Fotografía de una mano a punto de aceptar una solicitud de amistad en una red social desde un dispositivo móvil. Elaboración propia. DALL·E 3.
Ejemplo:
Si estudias literatura latinoamericana y encuentras a una investigadora que trabaja narrativas digitales en Colombia, establecer ese contacto puede abrirte a nuevos enfoques, lecturas y proyectos conjuntos.
2. Curación de contenido
En un ecosistema saturado de información, ¿cómo decides qué compartir? (Figura 4 ) No se trata de publicar por publicar. Compartir recursos útiles, generar debates o comentar desde la crítica fundamentada ayuda a construir una red activa, coherente y respetada. Este principio conecta directamente con la idea de que las redes sociales no son solo vitrinas, sino espacios de producción cultural y académica.
Figura 4 Curación de Contenido Figura 4 Curación de Contenido
Nota. Ilustración de persona decidiendo entre comentar, dar like, compartir o dejar de seguir en redes sociales. Elaboración propia. DALL·E 3.
Consejo práctico:
Evita simplemente repostear artículos. Acompáñalos con una breve reflexión, una pregunta abierta o un comentario crítico. Esto enriquece la conversación y te posiciona como alguien que piensa, no solo difunde.
3. Autenticidad narrativa
Lo que compartes, incluso en contextos académicos, habla de ti. Mostrar tus intereses reales, tus dudas, tus avances (y hasta tus errores) genera cercanía y confianza (Figura 5). Las personas conectan con otras personas, no con discursos perfectos. ¿Has notado cómo ciertos perfiles inspiran porque se sienten “humanos”? La autenticidad no es sinónimo de informalidad: es un acto de coherencia entre lo que eres, lo que haces y lo que comunicas.
Figura 5 Autenticidad Figura 5 Autenticidad
Nota. Fotografía de una joven creando contenido frente a un aro de luz con su celular. Elaboración propia DALL·E 3.
Invitación:
Comparte algo que realmente te emocione o te haya generado preguntas. Esa honestidad es lo que en muchos casos activa diálogos más ricos y duraderos.
4. Participación colaborativa
Las redes no son espacios unidireccionales. Comentar, compartir, dialogar, recomendar: todas estas acciones fortalecen la circulación del conocimiento. En plataformas como ResearchGate (Figura 6) o en comunidades académicas de Equis (antes Twitter), la interacción no solo multiplica el alcance, sino que fomenta redes de colaboración, coautoría o mentoría. Como afirman Latorre Iglesias et al. (2018), las Tecnologías del Empoderamiento y la Participación (TEP) se centran precisamente en eso: activar a los individuos como agentes transformadores y no como consumidores pasivos (p. 107).
Gráfico 6 Participación y colaboración en redes académicas Gráfico 6 Participación y colaboración en redes académicas
Nota. Fotografía de una docente sentada frente a un escritorio rectangular mientras publica un artículo en ResearchGate. Elaboración propia. DALL·E 3.
Ejemplo:
Comentar en un post académico sobre humanidades digitales puede derivar en una invitación a participar en un seminario o escribir un artículo conjunto. Así se tejen redes reales, más allá de lo virtual.
5. Ética digital
Finalmente, ninguna red es significativa si no se basa en el respeto. El uso ético de la información —citando fuentes, respetando la privacidad, evitando la manipulación de datos o imágenes— es clave. Galina-Russell (2012) advierte que uno de los grandes desafíos de las humanidades digitales no es solo técnico, sino conceptual y ético: respetar la propiedad intelectual, defender el acceso abierto al conocimiento y actuar con responsabilidad en la difusión (p. 186). (Figura 7)
Figura 7 Ética digital Figura 7 Ética digital
Nota. Ilustración de persona frente a laptop con íconos de acceso abierto, propiedad intelectual y comunicación responsable. Elaboración propia. DALL·E 3.
Consejo ético:
Antes de compartir un documento, una Figura o una idea que no es tuya, pregúntate: ¿estoy reconociendo su autoría? ¿tengo permiso para hacerlo? ¿estoy contribuyendo al bien común o solo buscando visibilidad?
Ejercicio de reflexión:
Piensa en una experiencia donde una red social haya influido en una decisión profesional o académica. ¿Qué sucedió? ¿Cómo esa conexión se volvió significativa? ¿Qué aprendiste de esa interacción? Puedes escribir un breve párrafo o compartirlo con alguien más del curso.
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12.2. Utilización de redes sociales profesionales (LinkedIn y ResearchGate)
En el universo digital contemporáneo, cada red social responde a una lógica y a un propósito particular. Algunas buscan entretener, otras generar opinión o viralidad, pero también existen espacios más específicos que permiten proyectarse profesional y académicamente. En esta clase nos detendremos en dos plataformas clave para quienes trabajamos en el ámbito de las humanidades digitales: LinkedIn y ResearchGate.
Ambas redes funcionan como herramientas de visibilidad, pero también como escenarios de interacción donde se puede construir comunidad, intercambiar ideas y dar seguimiento a trayectorias investigativas. Sin embargo, como ocurre con cualquier tecnología, su utilidad no está garantizada por el diseño de la herramienta, sino por los criterios con que se la utiliza. En palabras de Latorre Iglesias et al. (2018), las TEP (Tecnologías del Empoderamiento y la Participación) permiten que las personas pasen de ser consumidoras pasivas a participantes activos que “colaboran en entornos digitales como productores sociales” (p. 107). Bajo esa mirada, usar estas redes no significa solo tener un perfil: implica habitar esos espacios con intención.
LinkedIn: una narrativa profesional en construcción
LinkedIn es una plataforma diseñada para mostrar tu trayectoria de manera estructurada. Puede incluir tu formación académica, tus experiencias laborales, tus competencias y los proyectos en los que has participado. Pero lo más interesante es que no se trata solo de listar datos, sino de construir una narrativa profesional que te represente. En este entorno, puedes compartir tus ideas, publicar reflexiones, generar debates, recomendar recursos y conectar con colegas de múltiples disciplinas.
En el contexto de las humanidades digitales, LinkedIn ofrece oportunidades concretas para difundir avances de investigación, establecer vínculos con museos, bibliotecas o centros culturales, y compartir pensamientos críticos sobre literatura, historia, arte, educación o tecnología. Un perfil activo y reflexivo puede ayudarte a posicionarte como una voz con identidad propia, tanto a nivel local como internacional.
Consejo práctico:
Más allá de completar tu perfil, intenta generar una rutina de participación. Publicar una vez a la semana —ya sea un comentario sobre un libro, una experiencia formativa o un recurso útil— puede marcar una diferencia. Así construyes una comunidad de intereses y no solo una red de contactos.
Ejemplo:
Una estudiante de filología decidió escribir pequeños análisis literarios en LinkedIn sobre cuentos latinoamericanos poco conocidos. Esos textos le permitieron conectar con otros lectores, docentes e incluso recibir una invitación para colaborar en una revista digital de crítica cultural.
Una mirada a considerar:
A pesar de sus beneficios, LinkedIn también está atravesado por lógicas algorítmicas que priorizan ciertas formas de contenido más “populares” o alineadas con discursos hegemónicos de productividad y éxito. Esto puede llevar, incluso sin darte cuenta, a adaptar tus publicaciones para complacer al algoritmo y no a tu criterio académico o ético. Por eso, es fundamental recordar que la presencia digital debe ser coherente con tu pensamiento. No todo lo que genera visibilidad genera valor. Y no todo lo valioso es inmediatamente visible.
ResearchGate: ciencia conectada
ResearchGate, por su parte, es una red enfocada en el mundo académico. Permite compartir publicaciones, seguir a otros investigadores, acceder a trabajos difíciles de encontrar y participar en debates especializados. Aunque nació como un espacio para las ciencias exactas y naturales, en los últimos años se ha ampliado también a disciplinas de las humanidades y las ciencias sociales, especialmente aquellas con enfoques empíricos o digitales.
Si te interesa trabajar con corpus textuales, análisis de datos cualitativos, estudios culturales digitales o educación, ResearchGate puede ser una excelente plataforma para difundir tu trabajo, solicitar bibliografía, identificar colaboraciones y construir una red temática.
Actividades frecuentes en ResearchGate:
Subir tus artículos, ponencias o materiales de investigación (respetando los derechos editoriales).
Seguir a autores o líneas de trabajo afines a tu campo.
Solicitar acceso a textos que no están en abierto.
Participar en discusiones teóricas o metodológicas.
Ejercicio sugerido:
Busca dos investigadores que trabajen temas de tu interés en humanidades digitales. Observa qué tipo de materiales comparten, a qué conferencias asisten, con qué instituciones están vinculados. Pregúntate: ¿cómo presentan su trabajo? ¿Qué podrías aplicar tú en tu perfil?
Figura 8 Figura 8
Nota. Ilustración de dos investigadores trabajando en temas de humanidades digitales con laptops y gráficos. Elaboración propia. DALL·E 3.
Un punto para tener en cuenta:
Aunque ResearchGate parece una plataforma muy rica, no siempre garantiza el diálogo. Muchas veces funciona más como repositorio que como espacio activo de intercambio. Además, introduce métricas como el RG Score, que pueden generar una idea distorsionada del valor académico de una persona en función de clics o visitas más que del contenido real. No confundas visibilidad con impacto. En última instancia, lo importante sigue siendo la calidad del conocimiento compartido y la ética con que se lo produce y se lo comunica.
Como ves, tanto LinkedIn como ResearchGate pueden ser aliados potentes si los utilizas con intencionalidad y criterio. Más allá de la herramienta, lo que permanece es tu forma de pensar, crear y vincularte con otros. Las plataformas cambian, las modas digitales también, pero tus decisiones como sujeto en red son las que dan sentido a cada espacio que habitas.
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12.3. Ejercicio práctico: creación de un perfil profesional en LinkedIn
Llegamos al momento de poner en práctica lo aprendido. Pero más allá de un simple ejercicio técnico, esta propuesta es una oportunidad para pensar tu identidad profesional en construcción y cómo puedes expresarla en un entorno digital. Tener un perfil en LinkedIn no te convierte automáticamente en una persona conectada: es el uso consciente de esa herramienta lo que marcará la diferencia. Lo importante no es estar por estar, sino saber cómo posicionarte y participar con sentido.
A continuación, te ofrecemos una guía paso a paso para comenzar o fortalecer tu perfil en esta plataforma. No importa si es tu primera vez o si ya tienes una cuenta: el objetivo es mirarla con nuevos ojos, desde los criterios éticos, estratégicos y colaborativos que hemos trabajado en esta clase.
Instrucciones paso a paso
Crea una cuenta en LinkedIn (si aún no la tienes). Sube una foto que transmita profesionalismo y cercanía. No necesitas tener una producción fotográfica: basta con una Figura clara, con fondo neutro y una expresión amigable.
Completa las secciones básicas con información honesta y bien redactada:
Título profesional: En lugar de poner solo “Estudiante”, intenta algo más descriptivo, como “Estudiante de Letras con interés en la edición digital y la cultura visual”.
Educación: Incluye tus estudios actuales y anteriores, incluso si están en curso.
Experiencia: Aquí caben prácticas, voluntariados, participación en proyectos, incluso colaboraciones informales que reflejen tus habilidades.
Habilidades: Escoge entre 5 y 10 habilidades que realmente te representen (por ejemplo: escritura académica, investigación cualitativa, edición de texto, uso de herramientas digitales, análisis crítico, etc.).
Agrega al menos tres intereses o temas que te representen como, por ejemplo: humanidades digitales, bibliotecas abiertas, educación crítica, narrativas digitales, archivo y memoria, etc.
Solicita una recomendación breve a un profesor, tutor o colega con quien hayas trabajado. Puede ser una frase sencilla pero auténtica sobre tus capacidades y compromiso.
Escribe tu primer post. Puede ser una breve reflexión (unas 3–4 líneas) sobre esta clase, sobre el uso ético de las redes, o una experiencia personal con plataformas digitales en tu vida académica.
Recomendaciones para destacar
Usa palabras clave relacionadas con tu campo. Esto no solo ayuda al algoritmo de búsqueda de LinkedIn, sino que también permite que otras personas afines te encuentren.
Observa otros perfiles que admires y toma ideas de estructura, tono o contenido. Pero no copies: la autenticidad narrativa es tu mejor carta de presentación.
Cuida la redacción y la ortografía. LinkedIn es tu carta pública: asegúrate de que lo que escribes transmite claridad y profesionalismo.
Sé constante. La participación activa (aunque sea mensual) mantiene tu perfil visible y actualizado. Puedes compartir un artículo interesante, comentar una experiencia, o difundir actividades relacionadas con tu campo.
Un enfoque reflexivo
Es importante tener en cuenta que LinkedIn también responde a dinámicas de mercado. Muchas veces se priorizan discursos de éxito rápido, productividad continua o liderazgo vacío de contenido. No caigas en la trampa de construir una versión idealizada de ti mismo solo por agradar. Recuerda que tu perfil no es un anuncio publicitario, sino una forma de decir: “Esto soy, esto pienso, y esto quiero aportar”. Es preferible tener un perfil modesto pero honesto, que uno espectacularmente vacío.
Reflexión final
¿Qué Figura profesional estás construyendo? ¿Desde qué valores y saberes la estás proyectando? ¿Qué tipo de comunidad te gustaría formar en torno a lo que haces?Este ejercicio no termina con el cierre de sesión en LinkedIn: comienza ahí. A medida que aprendes, participas y evolucionas, también puede evolucionar tu perfil. Porque, como ya hemos dicho, la presencia digital no es una extensión de ti: es parte de ti. Y como tal, requiere cuidado, coherencia y criterio.
Antes de mirar: Reflexiona sobre cómo te muestras en redes sociales. ¿Crees que esa Figura representa quién eres realmente?
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Para conocer más sobre Identidad digital: ¿quiénes somos en las redes sociales? - Agustina Carrizo, puedes ver el siguiente video ¡Accede aquí!
Después de mirar: Piensa en qué aspectos de tu identidad digital construyes de forma consciente. ¿Qué cambios harías para que sea más auténtica o responsable?
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Este artículo explica qué es la identidad digital, cómo se construye con nuestras acciones en línea y por qué es fundamental protegerla y gestionarla de forma segura y coherente. ¡Accede aquí!
Profundiza más
Este recurso te ayudará a enfatizar sobre Claves para participación digital ética y estratégica ¡Accede aquí!
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Introducción
Te has detenido a pensar por qué ciertas publicaciones en redes sociales logran conectar con miles de personas, mientras otras pasan casi desapercibidas? ¿O por qué algunos proyectos de humanidades digitales despiertan comunidades activas y comprometidas, mientras otros apenas reciben atención? No se trata solo del azar o la estética visual: detrás de esos resultados hay decisiones estratégicas, comprensión del entorno digital y, sobre todo, una forma consciente de gestionar la interacción. En el mundo actual, donde la circulación del conocimiento también pasa por Instagram, X o TikTok, aprender a leer las redes es aprender a escuchar a nuestras comunidades (imagen 1).
Imagen 1 El universo digitales Imagen 1 El universo digitales
Nota. Ilustración de una mano sosteniendo un smartphone rodeado de íconos de redes sociales, comunicación y reacción. Elaborado por G. A. Palacios, 2025, DALL-E 3
En esta clase vamos a explorar cómo la gestión de redes sociales se convierte en una herramienta clave dentro de las humanidades digitales, no solo para difundir contenidos, sino para fomentar diálogo, participación e impacto sostenido. Como señalan Burdick et al. (2016), los entornos digitales transforman la autoría y la circulación del conocimiento, abriendo paso a prácticas colaborativas que necesitan ser pensadas con nuevos criterios. Por eso, además de publicar, debemos aprender a interpretar: leer métricas, entender audiencias y tomar decisiones informadas —y éticas— sobre cómo, cuándo y por qué compartimos lo que hacemos. Esta es una invitación a comprender las redes no solo como canales, sino como espacios vivos de construcción cultural.
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13.1 Introducción a la gestión de redes sociales
¿Alguna vez te has preguntado qué hace que una publicación sea más que una simple imagen con texto? ¿Por qué algunos contenidos logran movilizar emociones, abrir debates o incluso cambiar formas de pensar, mientras otros parecen no dejar rastro alguno? En los últimos años, las redes sociales han dejado de ser espacios exclusivamente personales para convertirse en territorios de disputa simbólica, circulación cultural y acción política. Para quienes trabajamos en el campo de las humanidades digitales, esto implica nuevas oportunidades y también nuevas responsabilidades.
Más allá del entretenimiento o la autopromoción, las redes se han convertido en una extensión de la esfera pública. Aquí se comparten conocimientos, se activan memorias, se difunden voces antes silenciadas y se construyen comunidades (imagen 2).
Pero nada de eso ocurre por arte de magia. Como bien señalan Burdick et al. (2016) en Digital_Humanities, los entornos digitales transforman de raíz nuestras ideas sobre autoría, colaboración y circulación del conocimiento. Esto nos obliga a replantearnos cómo intervenimos en estos espacios y desde qué lugar lo hacemos. Las redes sociales, lejos de ser solo canales de transmisión, son plataformas activas de creación colectiva. Son, en definitiva, espacios para ejercer ciudadanía cultural.
Imagen 2 Entornos digitales Imagen 2 Entornos digitales
Nota. Ilustración de cuatro personas interactuando con símbolos de redes sociales, conocimiento, comunidad y memoria colectiva. Elaborado por G. A. Palacios, 2025, DALL-E 3.
Y ahora, te propongo detenerte un momento y pensar: ¿recuerdas alguna campaña o cuenta que te haya tocado particularmente? Puede haber sido sobre literatura, historia, derechos humanos, diversidad lingüística o patrimonio. ¿Qué te atrajo? ¿La estética? ¿La claridad del mensaje? ¿La forma en que te invitaban a participar? Seguramente fue la suma de varios factores. Eso que tú percibiste como lector o espectador, alguien lo pensó estratégicamente desde la gestión de redes.
¿Qué implica gestionar redes sociales?
Gestionar redes sociales no es simplemente "estar presente" o publicar cada vez que se nos ocurre algo. Es un proceso dinámico y consciente, que requiere planificación, sensibilidad y, sobre todo, propósito. Implica:
- Planificación estratégica: Definir con claridad qué se quiere lograr, con quiénes se quiere dialogar, con qué tono, en qué formatos y con qué frecuencia.
- Producción creativa: Diseñar contenidos que no solo informen, sino que comuniquen, conmuevan o inspiren. Aquí entra en juego la combinación de texto, imagen, sonido y ritmo visual.
- Interacción constante: Escuchar a quienes te siguen, responder con respeto, hacer preguntas abiertas, agradecer los aportes. Las redes son, ante todo, espacios de diálogo.
- Evaluación continua a través de métricas: No basta con publicar. También es necesario observar qué funciona, qué se comparte, qué se ignora y por qué. Las métricas son el termómetro de esa relación.
Para aterrizarlo mejor, imagina esta situación: participas en un proyecto universitario sobre memoria histórica. Deciden abrir una cuenta de Instagram para difundir fragmentos de testimonios, fotografías de archivo y pensamientos de autores clave. Publican con entusiasmo durante las primeras semanas, pero luego notan que el interés decae. ¿Qué pasó? Tal vez no definieron su público con precisión, o usaron un lenguaje demasiado técnico, o publicaron sin continuidad. Tal vez, simplemente, no revisaron las métricas y no supieron qué publicaciones funcionaron mejor. Sin una estrategia, la cuenta se convierte en una vitrina estática. Con estrategia, puede ser un espacio vivo de construcción de memoria colectiva.
La gestión de redes no se improvisa. Requiere reflexión, conocimiento del entorno digital y un profundo respeto por la comunidad con la que se desea interactuar. Y aquí es donde entran en juego las métricas: como veremos en el siguiente apartado, medir no significa controlar, sino entender. Entender a quién llegamos, cómo nos reciben, qué efecto causamos. Y con esa información, tomar decisiones éticas, creativas y efectivas (imagen 3).
Imagen 3 Gestión de redes sociales Imagen 3 Gestión de redes sociales
Nota. Ilustración de una persona analizando métricas con íconos de gráficas, reacciones y estadísticas en un entorno digital. Elaborado por G. A. Palacios, 2025, DALL-E 3.
¿Vamos a descubrir cómo hacerlo? En la siguiente sección te mostraré cómo las métricas —esos números que muchas veces ignoramos o tememos— pueden convertirse en tus aliadas para construir comunidad, mejorar tu impacto y, por qué no, abrir nuevas posibilidades para tus proyectos académicos, sociales o incluso profesionales.
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13.2 Métricas en redes sociales: alcance, engagement y conversión
Imagina que tu perfil en redes sociales es como una ventana abierta al mundo. Publicas algo y, con suerte, alguien lo ve, lo comenta, lo comparte. Pero… ¿cómo sabes si realmente fue útil? ¿Si el mensaje llegó a quienes querías? ¿Si tuvo algún tipo de impacto más allá del “me gusta”? Para eso existen las métricas. Son como los signos vitales de tu contenido digital: te indican si está respirando, si está creciendo, si está provocando algo en quien lo recibe (imagen 4).
Imagen 4 Métricas sobre el alcance de redes sociales Imagen 4 Métricas sobre el alcance de redes sociales
Nota. Ilustración de una mujer escuchando con estetoscopio los signos vitales de un móvil con íconos de redes sociales, por G. A. Palacios, 2025, DALL-E 3.
Ahora bien, hablar de métricas no es solo un asunto técnico, ni algo exclusivo de publicistas o “community managers”. Al contrario, si estás construyendo un proyecto en humanidades digitales —ya sea una campaña sobre derechos lingüísticos, una cuenta de divulgación sobre patrimonio cultural o un canal sobre literatura latinoamericana— necesitas aprender a leer esos números como si fueran parte de una conversación con tu comunidad. Porque lo son.
Principales métricas que debes conocer
Alcance (reach):
Se refiere a la cantidad de personas únicas que han visto tu contenido. No importa si alguien lo vio varias veces, solo cuenta una vez por usuario.🔎 ¿Para qué sirve? Para saber cuántas personas se expusieron a tu mensaje, aunque no hayan interactuado.
Engagement (interacción):
Es la suma de todas las formas de participación con tu contenido: reacciones, comentarios, compartidos, clics en enlaces, guardados, etc.🔎 ¿Por qué es importante? Porque mide qué tan relevante o estimulante fue lo que publicaste. No basta con ser visto, también hay que provocar algo.
Conversión:
Esta métrica se activa cuando ocurre una acción definida como meta: que alguien se registre a un evento, descargue un documento, te escriba, visite tu sitio web, se inscriba a un curso.🔎 ¿Cuál es su valor? Te permite saber si tu contenido logró su objetivo concreto.
Como menciona Galina-Russell (2012), uno de los grandes retos de los contenidos digitales en humanidades no es solo crearlos o subirlos a internet, sino garantizar que circulen de forma significativa. “No basta con digitalizar o difundir; es necesario garantizar la usabilidad, la actualización y el diálogo con los públicos” (p. 188). En ese contexto, las métricas no son simples cifras: son herramientas para comprender si ese diálogo está ocurriendo (imagen 5).
Imagen 5 Métricas Imagen 5 Métricas
Nota. Ilustración de persona analizando métricas con gráficas y símbolos de reacción emocional como signos vitales del contenido digital, por G. A. Palacios, 2025, DALL-E 3.
Pero ¿cómo se interpretan?
Veamos este ejemplo:
Métrica
Publicación A
Publicación B
Alcance
1500
300
Comentarios
5
20
Reacciones
30
50
Clics al enlace
10
2
Tabla 1: Anàlisis de métricas con gráficas y símbolos de reacción emocional Publicación AAlcance: 1500
Comentarios: 5
Reacciones: 30
Clics al enlace: 10
Publicación BAlcance: 300
Comentarios: 20
Reacciones: 50
Clics al enlace: 2
A simple vista, podría parecer que la Publicación A fue un éxito: la vieron muchas más personas. Pero si observas bien, notarás que la B generó más interacción: tuvo más comentarios, más reacciones. Quizás fue un tema más polémico, más emocional o visualmente más atractivo. En este caso, podríamos decir que la Publicación B logró mayor conexión con su público, aunque haya sido vista por menos personas.
Esto nos lleva a una reflexión importante: el éxito en redes sociales no siempre está en los grandes números, sino en la calidad del vínculo que generas. Y esto es especialmente relevante para las humanidades digitales, donde muchas veces nuestros temas no son “virales”, pero sí profundamente significativos.
¿Cuándo y para qué usar las métricas?
Aquí algunas situaciones reales:
Estás gestionando la red social de un archivo literario y quieres saber qué tipo de contenido genera más interés: ¿biografías de autores, citas célebres o documentos escaneados?
Organizas un evento académico y necesitas saber si tus publicaciones están atrayendo a posibles asistentes.
Acabas de lanzar una campaña sobre lenguas originarias y te preguntas si los jóvenes están compartiendo el contenido.
En todos estos casos, revisar las métricas te ayudará a decidir qué ajustar, qué potenciar, y cómo mejorar tu estrategia.
¿Quién es responsable de interpretar las métricas?
Podríamos pensar que esto le corresponde únicamente a quien administra las redes, pero en realidad es una tarea colectiva cuando hablamos de proyectos interdisciplinarios. El equipo de comunicación, el equipo académico y hasta los voluntarios pueden participar en la reflexión sobre los resultados (imagen 6). ¿Por qué una publicación funcionó más que otra? ¿Cómo cambiar la narrativa visual? ¿Vale la pena invertir en una pauta? Esas decisiones se enriquecen con distintas miradas.
Imagen 6 ¿Quién es responsable de interpretar las métricas? Imagen 6 ¿Quién es responsable de interpretar las métricas?
Nota. Ilustración de persona analizando métricas con gráficas y símbolos de reacción emocional como signos vitales del contenido digital. Elaborado por G. A. Palacios, 2025, DALL-E 3.
¿Y esto puede generar ingresos?
Sí. Las métricas también tienen valor económico. Si un proyecto busca financiamiento externo, puede usar sus métricas para demostrar impacto: número de seguidores, participación en actividades, visualizaciones de sus contenidos. También, en algunos casos, las redes se monetizan directamente a través de visualizaciones, colaboraciones o difusión de productos y servicios relacionados con el proyecto (como libros digitales, cursos, talleres, etc.).
Por ejemplo, si una cuenta educativa sobre patrimonio logra generar una comunidad estable con buen engagement, puede postular a fondos de cultura, proponer convenios con instituciones o lanzar un taller virtual pagado. En todos esos casos, mostrar métricas claras puede marcar la diferencia.
Reflexión final:¿Qué contenido has compartido tú —personal o académico— que generó más interacción? ¿Qué lo hizo diferente? ¿Fue el lenguaje, la imagen, el momento en que lo publicaste, la temática? Te invito a volver a tus redes y observar con nuevos ojos. Leer las métricas es también una forma de conocerte como creador o curador digital. Y como en toda relación, cuanto más escuchas, mejor comunicas.
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13.3 Ejercicio práctico: análisis de métricas en una plataforma de RRSS
Ahora que ya hemos comprendido qué son las métricas y por qué son importantes, te propongo poner en práctica esta mirada crítica y estratégica. La idea no es convertirte en experto en marketing digital, sino en alguien capaz de leer con inteligencia los datos que arrojan las redes sociales para mejorar tu comunicación, tu impacto y tu relación con las comunidades digitales.
Antes de darte las consignas del ejercicio, empecemos con un ejemplo guiado. Esto te permitirá visualizar cómo hacerlo y qué tipo de conclusiones podrías obtener.
Ejemplo guiado: análisis de tres publicaciones en una cuenta educativa
Supongamos que eliges la cuenta de Instagram del Museo Nacional de Colombia (@museonacionalco). Revisas tres publicaciones de los últimos 10 días y recopilas esta información:
Publicación
Fecha/Hora
Tipo
Me gusta
Comentarios
Compartidos
Visualizaciones
A
10/05 - 18h
Imagen
310
6
28
—
B
08/05 - 13h
Carrusel
190
18
41
—
C
05/05 - 21h
Reels (video)
150
45
70
2,300
Tabla 2: Análisis de tres publicaciones en una cuenta educativa Publicación AFecha/Hora: 10/05 - 18h
Tipo: Imagen
Me gusta: 310
Comentarios: 6
Compartidos: 28
Visualizaciones: —
Publicación BFecha/Hora: 08/05 - 13h
Tipo: Carrusel
Me gusta: 190
Comentarios: 18
Compartidos: 41
Visualizaciones: —
Publicación CFecha/Hora: 05/05 - 21h
Tipo: Reels (video)
Me gusta: 150
Comentarios: 45
Compartidos: 70
Visualizaciones: 2,300
Analizando los resultados:
La publicación C (Reels) generó la mayor cantidad de visualizaciones y fue la más comentada.
- El contenido era un testimonio breve de una visitante hablando de una pieza del museo con una frase emocional.
- El texto era corto y terminaba con una pregunta para el público: “¿Y tú, qué objeto salvarías de la historia?”
En contraste, el carrusel B era más informativo y detallado, pero menos emocional.
Conclusión personal del ejemplo:
Lo emocional genera más conversación. Además, el uso de video con rostro humano y preguntas abiertas parece clave para el engagement. Si tuviera que aplicar esto en una cuenta académica, consideraría incluir breves testimonios de estudiantes o docentes, y siempre cerrar con preguntas que inviten a responder.
Propuesta de ejercicio 1: análisis de una cuenta educativa o cultural
Objetivo: Identificar qué tipo de contenido genera mayor interacción en una cuenta que ya sigues.
Selecciona una cuenta institucional, educativa o cultural en Instagram, Facebook, X o TikTok.
Revisa tres publicaciones recientes y anota:
- Fecha y hora de publicación.
- Tipo de contenido (imagen, carrusel, video, texto).
- Número de “me gusta”, comentarios, veces compartido y visualizaciones (si aplica).
Analiza:
- ¿Cuál tuvo mayor interacción?
- ¿Qué recursos usaron para captar la atención?
- ¿Qué tono tenía el texto?
- ¿Incluía preguntas, hashtags o llamados a la acción?
Reflexiona:
- ¿Qué hipótesis puedes formular sobre lo que funciona en esa cuenta?
- ¿Qué podrías replicar o adaptar a tu propio proyecto?
Propuesta de ejercicio 2: comparación entre dos cuentas de contenido similar
Objetivo: Observar diferencias de estilo y resultado entre cuentas con objetivos semejantes.
Elige dos cuentas con una temática similar (por ejemplo, historia latinoamericana o literatura).
Compara dos publicaciones recientes en cada una. Presta atención a:
- Estilo visual.
- Uso del lenguaje.
- Formato (imagen estática, video, historias).
- Nivel de interacción.
Pregúntate:
- ¿Qué enfoque resulta más cercano o comprensible?
- ¿Cuál genera mayor participación y por qué?
- ¿Qué rol juega el diseño gráfico o la inclusión de rostros?
Este ejercicio te permitirá no solo ver qué funciona en una cuenta, sino también contrastar decisiones comunicativas. Recuerda: no se trata de copiar, sino de aprender observando.
Espacio de análisis: métricas en cuentas educativas
Ya sea que administres una cuenta institucional o personal con fines educativos, las métricas pueden ayudarte a responder preguntas clave:
- ¿Estoy llegando al público que deseo? (mira el alcance y el perfil demográfico si la plataforma lo permite).
- ¿Qué tipo de publicaciones son más compartidas o comentadas? (esto te indica qué temas conectan emocional o intelectualmente).
- ¿Cuándo es mejor publicar? (evalúa los horarios y días que muestran más interacción).
- ¿Qué tipo de formato prefiere mi comunidad? (videos cortos, carruseles, infografías, citas, experiencias personales).
Ejemplo aplicado a contenido educativo:
Supongamos que tienes una cuenta sobre pensamiento crítico. Subes tres tipos de contenido:
- una frase de autor con fondo gráfico,
- una explicación en video de 1 minuto,
- y una encuesta con una pregunta provocadora.
Las métricas te mostrarán cuál de estos formatos genera más respuestas o retención. Si descubres que las encuestas generan más comentarios y compartidos, podrías adaptar tu estrategia para fomentar el pensamiento a partir de la participación activa.
Reflexión final
Las redes sociales no son solo vitrinas: son espacios de lectura, análisis y aprendizaje en tiempo real. Hacer este tipo de ejercicios te entrena para tomar decisiones más conscientes, ya sea que gestiones una cuenta institucional, una iniciativa comunitaria o simplemente quieras mejorar tu presencia digital con propósito (imagen 7).
Imagen 7 Reflexiones acera del uso de redes sociales Imagen 7 Reflexiones acera del uso de redes sociales
Nota. Ilustración de una entrevista grabada con smartphone donde una persona sonríe y otra genera preguntas, acompañados de íconos de emoción y conversación. Elaborado por G. A. Palacios, 2025, DALL-E 3.
¿Te animas a mirar tus propias publicaciones con estos ojos nuevos? ¿Qué podrías descubrir de ti, de tu público y de los contenidos que compartes?
Antes de ver el video, piensa en cómo actualmente decides si una publicación en redes sociales ha sido “exitosa”. ¿Te guías solo por la cantidad de “me gusta”? ¿Sabes interpretar las cifras de alcance, interacción o conversión que ofrecen las plataformas?
Aprende más
Para conocer más sobre Gestión de redes sociales y métricas, puedes leer el siguiente artículo ¡Accede aquí!
Luego de ver el video, reflexiona sobre qué métricas resultan realmente útiles para tus objetivos comunicativos. ¿Hay alguna métrica que antes ignorabas y ahora ves con otros ojos? ¿Qué herramientas podrías empezar a usar para analizar tus publicaciones de forma más profesional?
Aprende más
Para conocer más sobre Métricas de Google Analytics: Qué son y cómo usarlas 2025, puedes leer el siguiente artículo ¡Accede aquí!
El artículo explica de forma clara las principales métricas de Google Analytics, cómo interpretarlas y aplicarlas para mejorar la toma de decisiones en proyectos digitales. Es útil para entender el valor de medir el comportamiento de usuarios y optimizar la estrategia de comunicación.
Profundiza más
Este recurso te ayudará a enfatizar sobre MÁS QUE PUBLICAR: ESTRATEGIA, CREATIVIDAD Y ESCUCHA EN REDES SOCIALES ¡Accede aquí!
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Actividades
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Hacer intentos: 1
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Introducción
Alguna vez te has preguntado cómo se crean muchos de los contenidos que consumes a diario en redes sociales, blogs o plataformas educativas? Textos ingeniosos, imágenes sorprendentes, hilos que parecen escritos por expertos... es muy probable que detrás de muchos de ellos haya colaborado una inteligencia artificial (imagen 1). En esta clase, queremos invitarte a descubrir esas herramientas, no para reemplazar tu creatividad, sino para ampliarla, potenciarla… y sí, también para cuestionarla.
Imagen 1 Interacción con IA Imagen 1 Interacción con IA
Nota. [Fotografía de una joven conversando con un robot desde una pantalla flotante sin teclado]. Elaborado por Palacios, G. A., 2025. DALL-E 3.
Seguramente te suenan nombres como ChatGPT, Midjourney o Canva AI. Circulan cada vez más en espacios académicos, creativos y cotidianos. Hoy vamos a explorar qué pueden ofrecer estas herramientas, cómo utilizarlas para diseñar contenido atractivo, y qué preguntas éticas surgen cuando trabajamos con una tecnología que “escribe”, “dibuja” o incluso parece “pensar” con nosotros. Como sostiene Floridi (2023), “la colaboración con sistemas inteligentes requiere una comprensión crítica de su funcionamiento y una decisión ética sobre su aplicación”. ¿Te animas a probar, pero también a pensar?
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14.1 Herramientas de IA para la creación de contenido
Vivimos en una época en la que la inteligencia artificial ha dejado de ser una promesa futura para convertirse en una herramienta cotidiana (imagen 2). Ya no solo automatiza tareas: hoy también sugiere ideas, redacta textos, diseña imágenes, crea videos y compone música. A esta capacidad se le conoce como inteligencia artificial generativa (IAG), y está reconfigurando de forma profunda nuestros modos de trabajar, aprender y comunicar.
Imagen 2 Inteligencia artificial generativa (IAG) Imagen 2 Inteligencia artificial generativa (IAG)
Nota. [Fotografía de una joven conversando con un robot desde una pantalla flotante sin teclado]. Elaborado por Palacios, G. A., 2025. DALL-E 3.
¿Te has detenido a pensar cuántos de los contenidos que circulan diariamente —en redes, clases, artículos o incluso mensajes institucionales— podrían haber sido creados o editados por una IA? Y más aún: ¿cómo afecta esto a la forma en que organizamos, compartimos y evaluamos el conocimiento en nuestras comunidades educativas o profesionales?
Herramientas como ChatGPT, Canva AI, RunwayML, DALL·E, Tome AI, Suno o Grammarly GO están siendo incorporadas en diversos sectores, no solo por su capacidad de producción rápida, sino también por su flexibilidad (imagen 3). Ya no se trata de tecnologías reservadas para expertos en programación o diseño. Hoy están disponibles para cualquier docente, estudiante, bibliotecario o gestor de conocimiento que desee explorar nuevas posibilidades de creación, documentación o comunicación.
Imagen 3 Algunas herramientas de IA Imagen 3 Algunas herramientas de IA
Nota. [Ilustración 3D estilo Pixar de un niño en un campo abierto imaginando herramientas de inteligencia artificial]. Elaborado por Palacios, G. A., 2025. DALL-E 3.
Tomemos el caso de ChatGPT: si se formula una instrucción clara (prompt), es posible obtener una base para escribir desde un correo formal hasta una introducción para una investigación. Esta versatilidad permite liberar tiempo y energía para tareas de mayor valor agregado, como la reflexión crítica, la curaduría de fuentes o la síntesis conceptual.
De forma complementaria, Canva AI permite generar propuestas de diseño visual a partir de descripciones breves. Es especialmente útil para quienes no tienen formación gráfica, pero necesitan comunicar una idea con impacto visual. Lo mismo ocurre con DALL·E, que transforma descripciones textuales en imágenes, o RunwayML, que permite editar videos de manera accesible para fines educativos o divulgativos.
Como señala Luciano Floridi (2023), “la colaboración con sistemas inteligentes requiere una comprensión crítica de su funcionamiento y una decisión ética sobre su aplicación”.
Pero estas herramientas no solo facilitan la producción: también transforman el modo en que concebimos la gerencia del conocimiento. Tradicionalmente, este concepto alude a la creación, organización, distribución y uso estratégico del saber en contextos organizativos. En ese marco, las IAG permiten documentar procesos, generar versiones múltiples de un mismo insumo para distintos públicos, y sistematizar ideas de forma más dinámica (imagen 4).
Imagen 4 Gerencia del Conocimiento Imagen 4 Gerencia del Conocimiento
Nota. [Ilustración estilo "Los Simpson" de un gerente revisando documentos con íconos distintos de inteligencias artificiales sobre su escritorio]. Elaborado por Palacios, G. A., 2025. DALL-E 3.
Entonces, ¿qué lugar ocupas tú en este ecosistema? ¿Qué decisiones tomas como creador, curador o facilitador de conocimiento? La IA puede ayudarte a automatizar lo operativo, pero depende de ti identificar lo significativo. ¿Qué deseas comunicar realmente? ¿Cómo asegurar que tu estilo, tus valores y tu propósito estén presentes en lo que produces?
Como afirman Bender, Gebru, McMillan-Major y Shmitchell (2021), “la ética de los sistemas generativos depende tanto de su diseño como del uso consciente que hagan sus usuarios” (p. 615). Copiar algo es fácil; inspirarse y lograr innovación es para gente con talento (Imagen 5).
Imagen 5 Originalidad o Generación con IA Imagen 5 Originalidad o Generación con IA
Nota. [Ilustración de un joven copiando imágenes de la Mona Lisa en distintos estilos animados con una fotocopiadora, representando el debate ético sobre la originalidad en la inteligencia artificial generativa] Elaborado por Palacios, G. A., 2025. DALL-E 3.
Estas reflexiones son especialmente relevantes en contextos educativos, culturales o de liderazgo institucional, donde la voz humana no solo aporta creatividad, sino también criterio, ética y sensibilidad contextual.
Ejercicio de activación
Tómate unos minutos para explorar tu propia experiencia:
- Piensa en un contenido que te hubiera gustado crear o mejorar: ¿un cartel, una infografía, un texto académico, una propuesta pedagógica?
- ¿Has recurrido alguna vez a una herramienta de IA para ayudarte con esa tarea? ¿Por qué sí o por qué no?
- ¿Cómo fue ese proceso? ¿Qué te resultó más fácil? ¿Qué aspectos no delegaste?
- Al final, ¿te sentiste autor del producto? ¿Qué aprendiste de esa experiencia?
Este ejercicio no busca respuestas correctas o incorrectas, sino abrir el espacio para tomar conciencia del lugar que le estás dando a estas tecnologías, no solo como usuario, sino como generador o mediador del conocimiento.
Aplicaciones concretas
En la siguiente tabla se resumen algunas de las herramientas de IA generativa más empleadas actualmente, con sus aplicaciones principales:
Herramienta
Uso principal
Nivel de personalización
ChatGPT
Escritura, revisión y edición de textos
Alta
Canva AI
Diseño gráfico con apoyo automático
Media
DALL·E
Generación de imágenes a partir de texto
Alta
RunwayML
Edición y creación de video con IA
Alta
Synthesia.io
Creación de avatares y videos automatizados
Media
Grammarly GO
Corrección gramatical con sugerencias creativas
Media
Tome AI
Creación de presentaciones y storytelling visual
Alta
Suno
Generación de canciones con letra y melodía
Alta
Tabla 1. Herramientas de IA generativa ChatGPTUso principal: Escritura, revisión y edición de textos
Nivel de personalización: Alta
Canva AIUso principal: Diseño gráfico con apoyo automático
Nivel de personalización: Media
DALL·EUso principal: Generación de imágenes a partir de texto
Nivel de personalización: Alta
RunwayMLUso principal: Edición y creación de video con IA
Nivel de personalización: Alta
Synthesia.ioUso principal: Creación de avatares y videos automatizados
Nivel de personalización: Media
Grammarly GOUso principal: Corrección gramatical con sugerencias creativas
Nivel de personalización: Media
Tome AIUso principal: Creación de presentaciones y storytelling visual
Nivel de personalización: Alta
SunoUso principal: Generación de canciones con letra y melodía
Nivel de personalización: Alta
¿Y si quisieras componer una canción para tu proyecto?
Suno permite escribir una letra —por ejemplo, sobre la memoria, el aprendizaje o la identidad cultural— y transformar ese texto en una canción completa, con voz sintética, melodía, ritmo e incluso estilo musical. En cuestión de minutos puedes tener un producto sonoro listo para compartir (imagen 6).
Imagen 6 Suno Imagen 6 Suno
Nota. [Ilustración estilo cyberpunk noir de una persona escuchando música con auriculares bajo un cielo estrellado, evocando el uso creativo de IA generativa musical como Suno]. Elaborado por Palacios, G. A., 2025. DALL-E 3.
Esta herramienta puede ser especialmente útil en proyectos educativos o comunicativos donde se busca diversificar los formatos de expresión, involucrar a estudiantes desde un enfoque más lúdico, o documentar saberes en clave sonora.
Por ejemplo, imagina un proyecto colaborativo donde los estudiantes escriben letras basadas en contenidos vistos en clase, y luego las transforman en canciones para una exposición final. Aquí, la IA no reemplaza la creatividad, sino que ofrece un medio de realización accesible y motivador.
Tip práctico
Más allá de conocer cada herramienta por separado, la clave está en su combinación estratégica. Por ejemplo:
- Redactas con ChatGPT un texto inicial.
- Lo traduces visualmente con Canva AI.
- Generas imágenes complementarias con DALL·E.
- Y si necesitas presentarlo, usas Tome AI para transformar el contenido en una narrativa visual.
Así no solo aceleras procesos: generas productos comunicacionales integrados, coherentes y adaptables a múltiples públicos o propósitos.
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14.2 Ejercicio práctico: creación de un post para redes sociales con apoyo de IA
Nada mejor que aprender haciendo. En este espacio, te proponemos experimentar directamente con herramientas de inteligencia artificial para crear un contenido breve, atractivo y con propósito. El objetivo no es solo producir, sino también reflexionar sobre el proceso y descubrir hasta qué punto te sientes cómodo compartiendo autoría con una IA.
Hoy en día, las redes sociales se han convertido en espacios privilegiados para la divulgación académica, el activismo, la promoción de servicios y la expresión de ideas. Pero no basta con tener algo que decir: también importa cómo lo dices, a quién te diriges, y con qué herramientas lo construyes.
Consigna del ejercicio
- Elige uno de los siguientes formatos y crea un contenido que puedas presentar como resultado final:
- Un post tipo carrusel para Instagram (máximo 5 diapositivas)
- Una historia narrada en 3 partes para TikTok
El contenido debe abordar un tema de interés en tu campo de estudio, un contenido académico que desees compartir, o una causa que te importe personalmente.
Herramientas recomendadas:
ChatGPT para escribir el texto y estructurar el mensaje.
Canva AI para diseñar las diapositivas o los visuales.
DALL·E (u otra herramienta generativa de imágenes) para crear imágenes originales.
Suno (opcional) si deseas acompañar tu post con una pieza musical original.
Pasos sugeridos:
Define el propósito: ¿Qué quieres lograr con tu publicación? ¿Informar, concienciar, emocionar, entretener, provocar una reacción?
Delimita tu audiencia: ¿A quién va dirigido el contenido? ¿Comunidad académica, público general, estudiantes, colegas, activistas?
Redacta el guion base con IA: Utiliza ChatGPT para escribir un título atractivo, una estructura clara (inicio, desarrollo, cierre) y posibles llamadas a la acción.
Diseña con IA: Ingresa a Canva AI para transformar tu guion en un producto visual coherente. Puedes usar plantillas preexistentes, pedir sugerencias o aplicar tu propio criterio gráfico.
Agrega una imagen original: Usa DALL·E para generar una ilustración que complemente tu mensaje. Asegúrate de que sea relevante y estéticamente armónica con el resto del contenido.
Evalúa tu resultado: Míralo como espectador. ¿Publicarías este contenido? ¿Qué cambiarías? ¿Qué crees que funcionará mejor?
Comparte y discute: Guarda tu trabajo y compártelo con el grupo. Puede ser en una carpeta común o en un muro digital (como Padlet o Wakelet), donde puedan ver, comentar y retroalimentar.
Imagen 7 Herramientas para crear contenido Imagen 7 Herramientas para crear contenido
Nota. [Fotografía con filtro vintage de una persona creando contenido para TikTok en su computadora, siguiendo pasos sugeridos con IA] de Palacios, G. A., 2025. DALL-E 3.
Preguntas para reflexionar
Después de realizar tu post, te invitamos a detenerte un momento y considerar lo siguiente:
¿Qué parte del proceso fue más fluida gracias a la IA?
¿Hubo decisiones que solo tú pudiste tomar como autor/a?
¿Cómo gestionaste la interacción entre lo generado automáticamente y tu criterio personal?
¿Te sentiste identificado con el resultado final? ¿Refleja tu estilo, tus ideas, tu voz?
¿Volverías a usar estas herramientas? ¿En qué contextos te resultan útiles o necesarias?
Como afirman Bender, Gebru, McMillan-Major y Shmitchell (2021), “la ética de los sistemas generativos depende tanto de su diseño como del uso consciente que hagan sus usuarios” (p. 615).
Esta actividad no solo busca desarrollar habilidades técnicas, sino también estimular tu pensamiento crítico sobre los procesos de creación digital. No se trata de delegar en la IA, sino de integrarla conscientemente en tus prácticas comunicativas.
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14.3 Discusión sobre ética y autoría en el uso de IA
Hablar de ética en la creación con inteligencia artificial es, en el fondo, hablar de responsabilidad, transparencia e intención. ¿Quién es el verdadero autor cuando una IA contribuye a un texto, imagen o pieza musical? ¿Quién responde si el contenido tiene errores, sesgos o proviene de fuentes no acreditadas? ¿Y hasta qué punto lo que se genera con IA puede considerarse “original”?
Pero antes de entrar en juicios, tal vez sea útil entender cómo funciona el aprendizaje de una IA, y preguntarnos: ¿se parece en algo al aprendizaje humano?
¿Cómo aprende una IA?
Cuando hablamos de que una IA “aprende”, usamos una metáfora que proviene de los procesos humanos, pero que en realidad funciona de forma distinta. En términos simples, los modelos de IA como ChatGPT, DALL·E o Suno fueron entrenados con grandes volúmenes de datos: textos, imágenes, sonidos, videos, etc. A partir de ese entrenamiento, identifican patrones y luego generan contenido nuevo basándose en esas regularidades.
No entienden el contenido como lo hacemos nosotros. Tampoco razonan, sienten o tienen intenciones. Pero reproducen estructuras, estilos y formas de aquello con lo que fueron alimentadas (imagen 8).
Imagen 8 Producción de contenido a través de IA Imagen 8 Producción de contenido a través de IA
Nota. [Ilustración estilo anime chibi de un niño interactuando con personajes que representan herramientas de IA como ChatGPT, DALL-E y Suno en un entorno colorido y alegre]. Elaborado por Palacios, G. A., 2025. DALL-E.
Ahora bien, pensemos por un momento en un estudiante. También “aprende” a partir de información externa: lee, escucha, observa modelos, y luego elabora sus propias ideas. Entonces, ¿qué diferencia hay entre aprender e imitar?
Y la pregunta más provocadora: ¿Un estudiante está robando de su maestro cuando aprende?
Inspirarse o robar: una tensión clave.
Todo proceso de aprendizaje ya sea humano o artificial, parte de referencias anteriores. Pero lo que marca la diferencia es la transformación de esa información. Un estudiante no “copia” si toma lo aprendido y lo reelabora con su propio criterio, su experiencia y su propósito. En cambio, cuando solo repite sin atribuir ni reflexionar, se acerca al terreno del plagio.
Con la IA ocurre algo similar. La herramienta puede ayudarte a estructurar ideas, desbloquear procesos creativos, generar borradores, pero tú decides hasta qué punto intervienes, transformas y reconoces su participación.
Como sostiene Floridi (2023), “la colaboración con sistemas inteligentes requiere una comprensión crítica de su funcionamiento y una decisión ética sobre su aplicación”.
Caso para discutir en grupos
Lee este caso y reflexiona con tu grupo:
“Una estudiante de arte presenta una serie de imágenes generadas con IA como parte de su portafolio de admisión a una universidad. No menciona que usó IA. Cuando se descubre, se le retira la aplicación.”
Ahora debatan las siguientes preguntas:
- ¿Crees que fue una decisión justa? ¿Por qué?
- ¿Hubiese sido distinto si ella lo hubiese declarado desde el principio?
- ¿Debe considerarse plagio el uso de IA sin mención?
- ¿Qué papel juega la intencionalidad en este caso?
- ¿En qué momento deja de ser “inspiración” para volverse “apropiación”?
Este caso no tiene respuestas únicas, pero abre un campo de discusión esencial para quienes usan IA en la creación de contenidos académicos, culturales o profesionales.
Buenas prácticas sugeridas
A partir de estas reflexiones, te proponemos algunos principios básicos para el uso ético de IA en tus proyectos:
Reconoce lo que fue generado con IA:
No ocultes el uso de herramientas como ChatGPT o DALL·E. Es preferible explicitar en qué etapa colaboró la IA.
No te atribuyas autoría exclusiva si hubo co-creación:
Si el contenido fue generado con apoyo automático, es justo y ético reconocerlo.
Interviene activamente en el resultado:
La IA puede darte una base, pero tú decides el enfoque, la voz y el valor final. Editar, adaptar y mejorar son tareas humanas esenciales.
Evalúa el contexto y propósito del trabajo:
Usar IA para explorar ideas no es lo mismo que presentarlo como producto final en un entorno académico o profesional.
Piensa a largo plazo:
¿Qué mensaje estás dando con tu forma de usar la IA? ¿Qué prácticas estás normalizando en tu entorno?
Como afirman Bender, Gebru, McMillan-Major y Shmitchell (2021), “la ética de los sistemas generativos depende tanto de su diseño como del uso consciente que hagan sus usuarios” (p. 615).
La pregunta por la autoría no se resuelve con una norma única. Más bien, se convierte en una oportunidad para cultivar juicio crítico, ética comunicativa y responsabilidad creativa. Usar IA no es hacer trampa: es abrir un diálogo. Pero como todo diálogo, necesita que sepamos quién habla, desde dónde, y con qué intención (imagen 9).
Imagen 9 Uso de I.A y autoría Imagen 9 Uso de I.A y autoría
Nota. [Fotografía de un joven observando con detenimiento un retrato generado por IA exhibido en un museo]. Elaborado por Palacios, G. A., 2025. DALL-E 3.
Reflexiona: ¿cómo imaginas que la inteligencia artificial podría apoyar la labor docente en el aula? ¿En qué tareas específicas te gustaría recibir ayuda tecnológica como educador o estudiante?
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Para conocer más sobre Cómo la inteligencia artificial ayudará a los profesores – Kai-Fu Lee, experto en IA, puedes ver el siguiente video ¡Accede aquí!
Identifica una idea que te haya sorprendido o inspirado. ¿Coincides con la visión de Kai-Fu Lee sobre el futuro de la educación y el papel del docente en un entorno mediado por IA?
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Para conocer más sobre cómo la inteligencia artificial puede convertirse en una aliada para potenciar la creatividad en el aula, puedes leer el siguiente artículo ¡Accede aquí!
Este artículo del Observatorio ProFuturo analiza cómo la inteligencia artificial puede convertirse en una aliada para potenciar la creatividad en el aula. Se destaca el rol del docente como mediador entre tecnología y aprendizaje, así como la importancia de conservar la chispa humana en todo proceso educativo. Además, propone un enfoque en el que la IA no sustituye, sino que amplifica las capacidades creativas del alumnado, permitiendo nuevas formas de expresión y experimentación.
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Actividades
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Introducción
Alguna vez has sentido que las tecnologías digitales te daban voz? No solo para opinar, sino para transformar tu entorno, trabajar con otros o lanzar una iniciativa colectiva. En esta clase te proponemos mirar más allá del uso instrumental de las herramientas digitales. Queremos invitarte a reflexionar sobre cómo estas tecnologías pueden convertirse en medios para el empoderamiento personal y la participación en comunidades virtuales de aprendizaje, de creación y hasta de cambio social.
Las Tecnologías del Empoderamiento y la Participación (TEP) se enfocan precisamente en eso: en convertir al usuario —ya sea estudiante, docente o ciudadano— en protagonista. A diferencia de las TIC, que priorizan el acceso a la información, y las TAC, que buscan mejorar el aprendizaje, las TEP proponen ir un paso más allá: “mediante el uso de sistemas tecnológicos, el alumnado puede sentirse más comunicado, adaptado e involucrado con compañeros de todo el mundo para un mejor desarrollo profesional” (Fundación Telefónica, s.f.). Esto implica crear, colaborar, debatir y construir conocimiento de manera ética y transformadora (imagen 1).
Imagen 1 Tecnologías del Empoderamiento y la Participación Imagen 1 Tecnologías del Empoderamiento y la Participación
Nota. [Ilustración conceptual de tres personas colaborando en red con tecnología, representando el espíritu de las TEP: crear, debatir y transformar] Elaborado por Palacios, G. A., 2025. DALL-E 3.
“Las TEP se enfocan en potenciar la participación de los estudiantes en su propio proceso educativo. Estas tecnologías buscan empoderar a los estudiantes, dándoles voz y voto en su aprendizaje a través de herramientas que promueven la colaboración, el debate y la construcción colectiva de conocimientos.” (AFOE Formación, 2025) En esta sesión abordaremos cómo redes sociales, blogs, wikis y otras plataformas pueden convertirse en espacios de aprendizaje colectivo, creación compartida y participación con responsabilidad. No te preocupes si nunca has escrito en un blog o editado una wiki: este es un buen momento para comenzar.
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15.1 Redes sociales y blogs educativos
Redes sociales como espacios de aprendizaje y participación
Es probable que ya uses redes sociales como Instagram, TikTok o Facebook en tu vida diaria. Pero ¿las usas también con fines educativos? Aunque parezca extraño, muchos docentes y estudiantes han descubierto en estas plataformas un medio poderoso para compartir conocimientos, debatir ideas y construir comunidad.
Las redes sociales educativas no son necesariamente plataformas nuevas, sino formas de habitar las ya existentes con otros fines. Docentes que publican hilos pedagógicos en X (antes Twitter), estudiantes que documentan su proceso de tesis en TikTok, comunidades que generan webinars abiertos en YouTube o transmisiones en vivo en Instagram para dialogar sobre un tema (imagen 2). Todo esto es parte de un fenómeno que trasciende la enseñanza formal.
Imagen 2 Redes sociales y sus aplicaciones docentes Imagen 2 Redes sociales y sus aplicaciones docentes
Nota. [Ilustración conceptual de tres personas colaborando en red con tecnología, representando el espíritu de las TEP: crear, debatir y transformar] de Palacios, G. A., 2025. DALL-E 3.
Ejemplo real:
Clara Megías, conocida como @claranubol en Instagram, es una artista y educadora que comparte materiales artísticos de aprendizaje y experimentos artísticos en clase y en casa. Su perfil es un ejemplo de cómo las redes sociales pueden ser utilizadas para divulgar experiencias pedagógicas y generar interacción en la comunidad educativa.
Reflexión:
Piensa en una ocasión en la que aprendiste algo significativo a través de una red social. ¿Qué fue lo que hizo que esa experiencia te impactara más que una lectura tradicional?
Aplicación sugerida:
Crear un perfil profesional en LinkedIn o X donde se compartan recursos, lecturas, reflexiones y experiencias educativas. Si ya tienes uno, puedes revisar cómo mejorar tu biografía y tus publicaciones para que generen valor en tu comunidad académica.
Blogs educativos: narrar la experiencia y compartir saberes
Un blog educativo es mucho más que un diario digital. Es una plataforma para construir una voz propia, sistematizar la práctica pedagógica y generar redes con otras personas que enfrentan desafíos similares (imagen 3).
Imagen 3 Blog educativo Imagen 3 Blog educativo
Nota. [Ilustración conceptual de tres personas colaborando en red con tecnología, representando el espíritu de las TEP: crear, debatir y transformar] de Palacios, G. A., 2025. DALL-E 3.
¿Alguna vez sentiste que necesitabas un espacio para escribir lo que no se puede decir en una clase o en un reporte académico? Los blogs permiten ese margen de libertad: puedes escribir sobre tus errores como docente, tus descubrimientos como estudiante o los recursos que mejor te han funcionado. Y todo esto puede ser leído, comentado y enriquecido por otros.
Ejemplo práctico:
Cecilia Sagol, licenciada y profesora en Letras (UBA),(imagen 4) se desempeña como gerente de Investigación e Innovación en el portal Educ.ar, llevando adelante proyectos de producción de recursos digitales, investigación y capacitación. Su trabajo es un ejemplo de cómo la educación digital y los blogs pueden ser utilizados para compartir experiencias y recursos educativos.
Imagen 4 Recursos de educación digital Imagen 4 Recursos de educación digital
Nota. [Ilustración realista de Cecilia Sagol dando una conferencia, sin texto ni íconos, en formato horizontal] de Palacios, G. A., 2025. DALL-E 3.
Ejercicio sugerido:
Crear una entrada de blog en una plataforma como Blogger o Medium sobre una experiencia educativa significativa (ya sea como docente o estudiante).
Incluir imágenes, enlaces y una reflexión final.
Compartirla con al menos dos personas y recoger sus comentarios.
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15.2 Proyectos colaborativos en línea: wikis y código abierto (versión enriquecida)
Wikis: conocimiento construido entre todos
¿Te has preguntado cómo se construye Wikipedia? No hay una sola persona detrás de cada artículo, sino comunidades enteras. La lógica del wiki se basa en la edición colaborativa y en la mejora constante del conocimiento. Esto no solo rompe la jerarquía autoral, sino que promueve una actitud activa y responsable frente a la información.
Desde el enfoque educomunicacional, este tipo de plataformas representa una oportunidad concreta para construir conocimiento desde el diálogo horizontal, el trabajo colectivo y el protagonismo de las voces diversas. No se trata solo de escribir contenido: se trata de compartir lo que sabes, escuchar a otros, construir juntos.
Aplicación educativa:
Crear un wiki de curso, donde cada estudiante se encargue de una sección temática y los demás puedan comentar o enriquecer con ejemplos, videos o enlaces. Esto promueve habilidades de redacción, síntesis, curación de contenidos y trabajo en equipo (imagen 5).
Imagen 5 Recurso wiki para aplicaciones educativas Imagen 5 Recurso wiki para aplicaciones educativas
Nota. [Ilustración de estudiantes colaborando en un wiki educativo, construyendo conocimiento en equipo con apoyo digital]. Elaborado por Palacios, G. A., 2025. DALL-E 3.
Pero no basta con saber usar la herramienta. Antes de iniciar, es importante hacernos algunas preguntas clave:
- ¿Estamos resolviendo un problema real o simulado?
- ¿El tema fue dialogado con quienes podrían usar este recurso o lo asumimos desde fuera?
- ¿Tenemos acceso real a las tecnologías necesarias para desarrollarlo?
- ¿Qué haremos si alguien del equipo no tiene conectividad o computadora?
- ¿Cómo garantizamos que el producto final no solo sea útil, sino inclusivo y comprensible?
Estas preguntas no tienen una única respuesta. Pero son parte del proceso educativo, y desde las TEP, debemos asumirlas como parte esencial de cualquier iniciativa.
Ejemplo real:
La Wikipedia en quechua (Wikipidiya) es un proyecto colaborativo que promueve la preservación de la lengua kichwa y el acceso al conocimiento en contextos rurales. No solo es una herramienta digital, sino una propuesta política, lingüística y cultural.
Reflexión:
¿Quién necesita el contenido que vas a crear? ¿Podrías hablar con esa persona o grupo antes de comenzar? ¿Cómo sabrás si el recurso que produces será realmente útil?
Código abierto: crear juntos, compartir para crecer
El software de código abierto es otro pilar de las TEP. Aquí, los programas no son propiedad cerrada de una empresa, sino que se comparten y mejoran colectivamente (imagen 6). Esto tiene ventajas técnicas (son accesibles, modificables, escalables), pero también filosóficas: se promueve la solidaridad digital, la autonomía tecnológica y el aprendizaje colectivo.
Imagen 6 Solidaridad digital Imagen 6 Solidaridad digital
Nota. [Ilustración conceptual de un grupo colaborando en software de código abierto, promoviendo autonomía tecnológica y solidaridad digital] de Palacios, G. A., 2025. DALL-E 3.
Desde el enfoque educomunicacional, trabajar con código abierto implica también una ética del compartir. Implica reconocer que el conocimiento no debe estar encerrado tras licencias costosas o barreras técnicas. Significa apostar por herramientas que podamos adaptar, traducir, enseñar y mejorar colectivamente.
Ejemplo real:
Moodle es una plataforma educativa de código abierto utilizada en instituciones educativas de todo el mundo. Cualquier persona puede instalarla, traducirla, desarrollar complementos y personalizarla. Es un ejemplo de cómo una comunidad puede construir una herramienta robusta, funcional y libre.
Reflexión:
¿Has pensado que puedes usar y mejorar un software sin depender de grandes empresas? ¿Qué pasa cuando adaptas una herramienta para un contexto rural, una lengua local o una necesidad específica?
Discusión crítica: ¿y si no hay acceso?
Una de las grandes limitaciones en muchos contextos es el acceso a la tecnología. No todos tienen computadoras en casa, conexión estable a internet, o conocimientos técnicos. Pero eso no significa que debamos renunciar a la colaboración ni a la participación digital.
Aquí van algunas opciones y propuestas adaptativas:
- Si no se puede usar una wiki en línea, se puede crear una “wiki analógica” usando carteles, cuadernos compartidos o grabaciones de audio organizadas por temas.
- Si no hay conectividad en tiempo real, se pueden coordinar turnos para usar una única computadora o hacer envíos por USB o Bluetooth.
- Si hay baja alfabetización digital, el proyecto puede incluir el objetivo de enseñar a usar la herramienta antes de producir contenido.
Ejemplo práctico adaptado:
En una comunidad sin internet estable, un grupo de estudiantes creó un mural temático en el centro comunitario con la estructura de una wiki: cada uno aportó una sección en hojas escritas a mano, organizadas por títulos, referencias y enlaces QR a audios grabados con el celular.
Invitación a la reflexión:
Las TEP no son solo una cuestión de plataformas o aplicaciones, sino de actitudes. ¿Cómo puedes asegurarte de que todos participen, incluso quienes no tienen recursos tecnológicos?
Ejercicio práctico
Nombre del ejercicio:
Miniwiki comunitaria
Objetivo:
Planificar y construir de forma colaborativa un recurso de aprendizaje sobre un tema de interés común.
Duración:
3 sesiones de clase.
Pasos:
Identifica una necesidad real o simulada en tu entorno: puede ser un tema que falta en los materiales escolares, una guía práctica sobre un problema local, o la memoria de una experiencia educativa.
Diseña en equipo una estructura tipo wiki (títulos, subtítulos, apartados), con posibilidad de ampliación.
Decidan juntos cómo se construirá:
¿Usarán una plataforma digital o papel?
¿Lo harán con conectividad o sin ella?
¿Quién validará la utilidad del contenido?
Produzcan cada sección, integrando texto, imagen, audio o enlaces según el formato.
Al finalizar, reflexionen sobre el proceso:
¿Qué funcionó bien?
¿Qué desafíos surgieron?
¿Cómo mejoraría el recurso si se hiciera para una comunidad real?
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15.3 Ejercicio práctico: Participar en un proyecto colaborativo en línea
Ahora que hemos explorado el poder de los wikis, el código abierto y las plataformas colaborativas, es momento de pasar a la acción. Pero no de cualquier forma: lo haremos con consciencia de las condiciones, los propósitos y el impacto que puede tener lo que hagas.
Este ejercicio no se trata solo de aprender a editar un artículo. Se trata de vivir el proceso de colaboración digital en una comunidad real, de tomar decisiones éticas y de reflexionar sobre lo que implica contribuir al conocimiento colectivo.
Actividad sugerida: Edición colaborativa en Wikipedia (u otra comunidad abierta)
Objetivo: Participar activamente en un espacio digital colaborativo, aplicando criterios de edición, validación de fuentes, respeto por la comunidad y responsabilidad en la producción de contenidos.
Pasos para realizar la actividad
Paso 1: Exploración y decisión
Antes de abrir Wikipedia, tómate unos minutos para reflexionar:
¿Sobre qué tema te gustaría aportar?
¿Qué sabes que podría ser útil a otros?
¿Tu experiencia o conocimiento puede llenar un vacío que encontraste al navegar?
Ahora sí, entra a https://es.wikipedia.org y crea una cuenta gratuita.
Paso 2: Diagnóstico y propuesta
Busca un artículo relacionado con un tema que conozcas o que estudies. Lee con atención:
¿Está actualizado?
¿Faltan referencias?
¿Podrías mejorar la redacción o enriquecer el contenido?
Haz una lista breve de los posibles aportes que podrías hacer.
Paso 3: Edición y validación
Haz tus ediciones con cuidado. Recuerda que Wikipedia es una comunidad con normas y criterios éticos.
- Siempre cita fuentes verificables.
- Evita opiniones o interpretaciones personales.
- No uses información sin confirmar o copiada sin derechos.
- Antes de guardar, revisa tu cambio. Sé transparente en el resumen de edición y agradece si alguien más lo revisa después.
Paso 4: Reflexión crítica (foro de clase o entrada de blog)
Comparte tu experiencia con tus compañeros. Estas preguntas pueden ayudarte:
¿Qué aprendiste al colaborar en este entorno digital?
¿Qué decisiones tuviste que tomar sobre la redacción, las fuentes o el contenido?
¿Cómo te sentiste al editar algo público y sujeto a revisión?
¿Qué cambió en tu visión sobre el conocimiento y la autoría?
Si prefieres, puedes redactar esta reflexión como una entrada de blog en Medium, WordPress o Blogger.
Versión alternativa (si no tienes acceso o conectividad)
Sabemos que no todos los contextos permiten trabajar en línea en tiempo real. Por eso, también puedes hacer este ejercicio en versión offline:
- Elige un tema del que quieras hablar y busca una entrada en Wikipedia descargada (puedes usar Kiwix o guardar una copia en PDF).
- En papel o Word, marca las partes que mejorarías y redacta tus aportes.
- Incluye fuentes confiables (pueden ser libros, documentos, entrevistas) y redacta un pequeño apartado explicando por qué ese tema merece ser mejorado.
- Guarda el documento y, si tienes posibilidad, compártelo con alguien para recibir retroalimentación.
Reflexión final: editar es participar
Participar en un proyecto digital colaborativo no es solo una actividad académica. Es un acto de ciudadanía digital. Significa tomar la palabra, aportar con responsabilidad y comprender que el conocimiento se construye con otros. Al editar una entrada, estás dejando una huella —aunque sea pequeña— en el espacio compartido del saber (imagen 7).
Imagen 7 Trabajo de Edición Imagen 7 Trabajo de Edición
Nota. [Ilustración de estudiantes colaborando en la edición de contenido digital como acto de ciudadanía en un entorno educativo] de Palacios, G. A., 2025. DALL-E 3.
Como ejercicio final, puedes hacer un ejercicio autónomo de evaluación con esta rúbrica y tabla comparativa.
Rúbrica de evaluación: Participación en un proyecto colaborativo en línea
Criterio
Excelente (5)
Bueno (4)
Satisfactorio (3)
Insuficiente (1-2)
Participación
Se registró en la plataforma, realizó cambios significativos y explicó sus aportes.
Se registró y editó, pero con cambios menores.
Hizo cambios mínimos, sin profundizar ni explicar claramente.
No realizó edición o la actividad quedó incompleta.
Uso de fuentes confiables
Todas las referencias son claras, académicas y están correctamente citadas.
La mayoría son confiables y están bien integradas.
Se usan algunas fuentes sin cita o poco relevantes.
No hay fuentes, o se usan de forma incorrecta.
Redacción y claridad
El texto editado o propuesto es claro, coherente y con lenguaje adecuado.
Buena redacción general, con algunos errores menores.
Presenta fallos de cohesión o errores frecuentes.
Redacción confusa o inapropiada.
Reflexión crítica
La reflexión es profunda, honesta y muestra conciencia del proceso colaborativo.
Es clara y personal, aunque poco profunda.
Es breve, general o poco conectada con la experiencia vivida.
No hay reflexión o es irrelevante.
Ética y respeto al entorno
Comprendió y respetó las reglas del entorno colaborativo y cita correctamente.
Cometió errores menores, pero sin afectar la ética de colaboración.
Muestra desconocimiento parcial de las normas comunitarias.
Ignora reglas básicas o actúa de forma inapropiada.
Tabla 1: Rúbrica de evaluación ParticipaciónExcelente (5): Se registró en la plataforma, realizó cambios significativos y explicó sus aportes.
Bueno (4): Se registró y editó, pero con cambios menores.
Satisfactorio (3): Hizo cambios mínimos, sin profundizar ni explicar claramente.
Insuficiente (1-2): No realizó edición o la actividad quedó incompleta.
Uso de fuentes confiablesExcelente (5): Todas las referencias son claras, académicas y están correctamente citadas.
Bueno (4): La mayoría son confiables y están bien integradas.
Satisfactorio (3): Se usan algunas fuentes sin cita o poco relevantes.
Insuficiente (1-2): No hay fuentes, o se usan de forma incorrecta.
Redacción y claridadExcelente (5): El texto editado o propuesto es claro, coherente y con lenguaje adecuado.
Bueno (4): Buena redacción general, con algunos errores menores.
Satisfactorio (3): Presenta fallos de cohesión o errores frecuentes.
Insuficiente (1-2): Redacción confusa o inapropiada.
Reflexión críticaExcelente (5): La reflexión es profunda, honesta y muestra conciencia del proceso colaborativo.
Bueno (4): Es clara y personal, aunque poco profunda.
Satisfactorio (3): Es breve, general o poco conectada con la experiencia vivida.
Insuficiente (1-2): No hay reflexión o es irrelevante.
Ética y respeto al entornoExcelente (5): Comprendió y respetó las reglas del entorno colaborativo y cita correctamente.
Bueno (4): Cometió errores menores, pero sin afectar la ética de colaboración.
Satisfactorio (3): Muestra desconocimiento parcial de las normas comunitarias.
Insuficiente (1-2): Ignora reglas básicas o actúa de forma inapropiada.
Puntaje total: /25 Valoración:
21-25: Excelente participación
16-20: Buena participación
11-15: Participación aceptable
0-10: Requiere refuerzo o reentrega
Tabla comparativa: Modalidad en línea vs. offline del ejercicio (imagen 8)
Aspecto
Modalidad en línea (Wikipedia u otra wiki)
Modalidad offline (documento o mural colaborativo)
Herramienta principal
Wikipedia, Wikimedia Commons, Notion, GitHub, etc.
Word, cuadernos, carteles, audios, Kiwix (Wikipedia offline)
Acción colaborativa
Edición en tiempo real, comentarios, historial de cambios
Intercambio de documentos, escritura secuencial, grabaciones compartidas
Acceso a fuentes externas
Inmediato (hipervínculos, buscadores, bibliotecas digitales)
Limitado a fuentes impresas o descargadas previamente
Nivel de interacción
Alto si se comparte públicamente y se recibe retroalimentación
Moderado, requiere mediación del docente o líder del grupo
Reflexión final
Se publica como entrada de blog, post en foro o comentario en plataforma
Se escribe en un cuaderno o se graba en audio, se presenta oralmente
Evaluación
Basada en contribución visible, fuentes utilizadas y reflexión escrita
Basada en claridad del documento o mural, profundidad de aportes y reflexión escrita u oral
Inclusión tecnológica
Requiere conectividad, navegación básica, creación de cuentas
Requiere papel, lápiz, audio, posibilidad de compartir físicamente
Riesgos
Posible rechazo de cambios por moderadores, dificultades técnicas
Pérdida del material físico, dificultad para conservar registro colaborativo
Ventajas
Impacto real, aprendizaje digital auténtico, visibilidad
Accesibilidad, adaptabilidad, menor dependencia tecnológica
Tabla 2: Modalidad en línea Herramienta principalEn línea: Wikipedia, Wikimedia Commons, Notion, GitHub, etc.
Offline: Word, cuadernos, carteles, audios, Kiwix (Wikipedia offline)
Acción colaborativaEn línea: Edición en tiempo real, comentarios, historial de cambios
Offline: Intercambio de documentos, escritura secuencial, grabaciones compartidas
Acceso a fuentes externasEn línea: Inmediato (hipervínculos, buscadores, bibliotecas digitales)
Offline: Limitado a fuentes impresas o descargadas previamente
Nivel de interacciónEn línea: Alto si se comparte públicamente y se recibe retroalimentación
Offline: Moderado, requiere mediación del docente o líder del grupo
Reflexión finalEn línea: Se publica como entrada de blog, post en foro o comentario en plataforma
Offline: Se escribe en un cuaderno o se graba en audio, se presenta oralmente
EvaluaciónEn línea: Basada en contribución visible, fuentes utilizadas y reflexión escrita
Offline: Basada en claridad del documento o mural, profundidad de aportes y reflexión escrita u oral
Inclusión tecnológicaEn línea: Requiere conectividad, navegación básica, creación de cuentas
Offline: Requiere papel, lápiz, audio, posibilidad de compartir físicamente
RiesgosEn línea: Posible rechazo de cambios por moderadores, dificultades técnicas
Offline: Pérdida del material físico, dificultad para conservar registro colaborativo
VentajasEn línea: Impacto real, aprendizaje digital auténtico, visibilidad
Offline: Accesibilidad, adaptabilidad, menor dependencia tecnológica
Imagen 8. Palacios, G. A. (2025). [Infografía con íconos comparativos entre la modalidad en línea y offline de un ejercicio colaborativo]. DALL-E 3. Imagen 8. Palacios, G. A. (2025). [Infografía con íconos comparativos entre la modalidad en línea y offline de un ejercicio colaborativo]. DALL-E 3.
Reflexiona: ¿la tecnología ha generado oportunidades reales en tu vida o comunidad? ¿Qué factores crees que ayudan a que una herramienta digital se convierta en una puerta al crecimiento?
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Para conocer más sobre La tecnología y comunidades para abrirnos oportunidades, puedes ver el siguiente video ¡Accede aquí!
Piensa en cómo podrías construir una comunidad digital que brinde valor a otros. ¿Qué podrías ofrecer tú desde tu experiencia o vocación? ¿Qué medios digitales te lo permitirían?
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Para conocer más sobre COTI: una app española que combate el aislamiento de las personas mayores (2025), puedes leer el siguiente artículo ¡Accede aquí!
COTI es una app diseñada para reducir el aislamiento de personas mayores y con discapacidades cognitivas, utilizando pictogramas y voz sintetizada. Facilita la comunicación y conexión con familiares, apoyando la inclusión digital desde una interfaz accesible. Demuestra cómo la tecnología puede transformarse en herramienta para la autonomía y la participación en comunidades vulnerables.
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Actividades
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Introducción
Llegamos al cierre de nuestro recorrido por las herramientas digitales aplicadas a las humanidades, y lo hacemos con una de las experiencias más creativas y colaborativas del curso: la creación de contenido multimedia. En esta clase, no solo exploraremos aplicaciones que permiten crear y compartir productos como infografías, podcasts o videos, sino que también nos detendremos a reflexionar sobre el uso ético de estos recursos en contextos educativos y comunitarios. Al integrar imágenes, sonidos y narrativas visuales, abrimos la puerta a nuevas formas de comunicación que trascienden lo meramente textual. (Imagen 1)
Imagen 1 Creación de contenido Imagen 1 Creación de contenido
Nota. [Ilustración de tres creadores de contenido integrando imagen, sonido y narrativa visual en un entorno colaborativo] Elaborado por G. A. Palacios, 2025, DALL-E 3.
¿Alguna vez has diseñado una infografía para explicar un tema complejo? ¿O te has animado a grabar tu voz para compartir una historia o un análisis? Aunque parezcan tareas propias de diseñadores o comunicadores profesionales, hoy en día estas actividades están al alcance de cualquier persona con acceso a un dispositivo digital. Te invitamos a pensar en cómo podrías transformar tus ideas, investigaciones o saberes en productos multimedia significativos. Esta clase te dará las herramientas para lograrlo.
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16.1 Aplicaciones para crear y compartir contenido multimedia (videos, podcasts, infografías)
El contenido multimedia se ha convertido en una de las formas más poderosas de expresión en la era digital. Nos permite explicar ideas complejas de forma visual, generar emociones a través del audio y captar la atención mediante videos breves (imagen 2). Pero más allá de saber usar las herramientas, crear contenido implica una habilidad cada vez más valorada: saber contar historias que conecten con las personas.
Imagen 2 Uso de aplicaciones Imagen 2 Uso de aplicaciones
Nota. [Ilustración de una escena multimedia con infografía digital, grabación de audio y presentación en video representando formas modernas de expresión]. Elaborado por G. A. Palacios, 2025, DALL-E 3.
En contextos educativos, las infografías, podcasts y videos no solo dinamizan la enseñanza; también permiten a los estudiantes convertirse en productores de conocimiento. Y con el auge de las redes sociales, estas creaciones pueden salir del aula para formar parte de conversaciones más amplias en la web.
Creación de infografías
Las infografías combinan texto e imagen para comunicar información de forma clara y atractiva. Plataformas como Canva, Piktochart e Infogram facilitan su diseño incluso sin experiencia previa. Con sus plantillas prediseñadas y bibliotecas de íconos, permiten crear materiales que resumen conceptos complejos de manera visual.
Ejemplo práctico:
Piensa en un tema que hayas estudiado en este curso, como las TIC o las TEP. ¿Cómo podrías resumir sus ideas clave en una infografía? ¿Qué elementos visuales usarías para destacarlas?
Cifuentes Rodríguez (2020) sostiene que las infografías, al ser utilizadas en contextos educativos, estimulan el pensamiento crítico, ya que obligan a los estudiantes (imagen 3) a organizar, jerarquizar y traducir información en un lenguaje visual. En otras palabras, diseñar infografías no solo es comunicar; también pensar y decidir.
Imagen 3 Multimedia en los contextos educativos Imagen 3 Multimedia en los contextos educativos
Nota. [Ilustración de un proceso de creación de infografías educativas que representa investigación, organización y diseño visual. De G. A.] Elaborado por Palacios, 2025, DALL-E 3.
Producción de podcasts
Los podcasts permiten desarrollar contenidos educativos en un formato íntimo, reflexivo y cercano. Una grabadora sencilla o el micrófono del celular pueden ser suficientes para comenzar (imagen 4). Herramientas como Anchor, Notebooklm, Spotify for Podcasters, Audacity y Soundtrap brindan espacios accesibles para grabar, editar y distribuir episodios de audio.
Imagen 4 Producción de podcasts Imagen 4 Producción de podcasts
Nota. [Ilustración de una mujer grabando un podcast educativo con micrófono, auriculares y celular en un entorno acogedor]. Elaborado por Palacios, G. A. (2025). DALL-E 3
Ejemplo práctico:
¿Te gustaría grabar un episodio en el que entrevistes a alguien sobre su experiencia con el aprendizaje digital? O quizás compartir una reflexión personal sobre cómo ha cambiado tu forma de estudiar en los últimos años.
Díaz (2022) señala que el podcasting no solo potencia la expresión oral, sino que también favorece el desarrollo de procesos metacognitivos. Es decir, quien produce un podcast reflexiona, planifica, ajusta y evalúa lo que quiere decir y cómo quiere comunicarlo.
Producción de videos
El formato audiovisual (imagen 5) sigue siendo uno de los más impactantes en términos de alcance y emoción. Ya sea a través de cápsulas educativas o microvideos para plataformas como Instagram o TikTok, el video permite integrar texto, imagen, música y narración. Herramientas como CapCut, Clipchamp, iMovie, Powtoon y Lumen5 hacen posible editar videos sin ser expertos.
Imagen 5 Producción de videos Imagen 5 Producción de videos
Nota. [Ilustración de una joven grabando un microvideo educativo con celular y trípode, integrando texto, imagen y música]. Elaborado por Palacios, G. A. (2025). DALL-E 3
Ejemplo práctico:
Puedes grabarte explicando un tema con ejemplos cotidianos, usar animaciones o incluso crear una breve historia con un enfoque educativo.
Un aspecto esencial al crear videos es el uso ético de los recursos. Es importante asegurarse de que las imágenes, músicas o efectos que se integran estén bajo licencias libres o Creative Commons. El respeto a los derechos de autor es parte de una ciudadanía digital responsable.
Contenido académico en redes sociales
Hoy, las redes sociales son mucho más que entretenimiento. Se han convertido en espacios clave para compartir conocimiento, debatir ideas y aprender en comunidad. Pero generar contenido educativo en estos entornos exige algo más que saber usar herramientas tecnológicas: requiere habilidades comunicativas, empatía y creatividad para traducir lo complejo en lo cotidiano.
Imagen 6 Redes Sociales con contenido académico Imagen 6 Redes Sociales con contenido académico
Nota. [Ilustración de una joven creando contenido educativo para redes sociales con empatía y creatividad]. Elaborado por Palacios, G. A. (2025). DALL-E 3
Pensemos, por ejemplo, en explicar un concepto académico desde la cocina mientras se prepara un plato tradicional. ¿Y si contaras la historia de tu comunidad para ilustrar un tema de filosofía o ciencias sociales? Estas formas de narrar no son solo más humanas: también son más memorables.
Un artículo reciente de El País (2025) destaca cómo docentes como María Jesús Villanueva, conocida como “Susi Profe”, usan TikTok o Instagram para enseñar matemáticas de manera cercana, grabando videos desde su casa con situaciones de la vida diaria. Esta humanización del contenido no reduce su valor académico, sino que lo amplifica; porque lo conecta con la vida real.
Recomendaciones para contenidos educativos en redes:
Sé tú mismo/a: La autenticidad conecta más que la perfección técnica.
Cuenta historias: Las experiencias personales hacen que los contenidos cobren vida.
Hazlo sencillo: Un lenguaje claro ayuda a que más personas comprendan.
Invita a participar: Preguntas, encuestas o retos pueden abrir espacios de interacción significativa.
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16.2 Ejercicio práctico: creación de una infografía, un podcast o un recurso lúdico narrativo
Ha llegado el momento de aplicar lo aprendido. Esta actividad práctica no solo busca que demuestres tus conocimientos técnicos, sino también tu capacidad de comunicar ideas de manera creativa, ética y con sentido. Puedes elegir entre cuatro opciones según tus intereses, habilidades o el mensaje que deseas transmitir. Todas las opciones pueden realizarse individualmente o en equipo.
Opción A: Crear una infografía
Una infografía permite visualizar conceptos complejos de forma clara y atractiva. Es ideal para sintetizar información y generar impacto visual.
Instrucciones:
- Elige un tema trabajado en el curso: TIC, diseño visual, redes sociales, ciudadanía digital, etc.
- Usa herramientas como Canva, Piktochart o Infogram.
- Incluye:
- Título claro y significativo.
- Subtítulos que estructuren el contenido.
- Íconos, ilustraciones o gráficos relevantes.
- Datos clave organizados de forma jerárquica.
- Aplica criterios de legibilidad, coherencia visual y ética en el uso de imágenes.
Entrega: Sube tu infografía en formato PNG o PDF, acompañada de una breve reflexión:
- ¿Qué decisiones tomaste en la organización visual?
- ¿Cómo elegiste los recursos gráficos?
- ¿Qué aprendiste del proceso de traducción visual del contenido?
Opción B: Grabar un podcast
El podcast es una herramienta poderosa para conectar emocionalmente con tu audiencia. Es íntimo, reflexivo y permite explorar temas desde un enfoque conversacional.
Instrucciones:
- Selecciona un tema del curso que te haya resultado interesante o desafiante.
- Redacta un guion o una estructura básica (2-3 minutos).
- Usa herramientas como Anchor, Audacity o Soundtrap.
- Si deseas, añade música o efectos libres de derechos.
Entrega:
Comparte el enlace del podcast junto con tu guion y una reflexión:
- ¿Qué tono y estilo decidiste usar?
- ¿Qué desafíos encontraste al grabar?
- ¿Qué ideas surgieron para episodios futuros?
Puedes invitar a alguien a conversar contigo, como si fuera una entrevista radial o una charla entre colegas.
Opción C: Diseñar un recurso lúdico educativo
El juego como recurso pedagógico despierta la motivación, el pensamiento crítico y la colaboración. Puedes convertir un tema del curso en una experiencia lúdica que se pueda jugar en el aula o de forma virtual.
Instrucciones:
- Elige un tema o conjunto de conceptos del curso.
- Diseña un juego (cartas, tablero, trivia, memoria, etc.).
- Usa herramientas como Genially, Canva, Flippity, PlayingCards.io, etc.
- El juego debe ser comprensible, atractivo y educativo.
Entrega:
Envía el archivo PDF o enlace digital del juego, junto con una explicación breve:
- ¿Qué aprendizajes quisiste reforzar?
- ¿Cómo pensaste la dinámica de juego?
- ¿Qué uso crees que puede tener en tu contexto educativo?
Opción D: Crear un recurso lúdico con narrativa transmedia
Si te apasiona contar historias, esta opción te permite combinar el diseño de juego con la creación de una narrativa expandida, que se desarrolle a través de diferentes plataformas (texto, audio, redes, imágenes, etc.).
Instrucciones:
- Escoge un tema del curso y crea una historia que lo articule. Por ejemplo, un juego ambientado en un futuro donde se debe recuperar el acceso abierto al conocimiento digital.
- Diseña un juego simple (cartas, trivias, escape room digital, etc.) que esté integrado con la narrativa.
- Usa recursos como Genially, StoryMapJS, Wakelet, Padlet, YouTube, Instagram (modo archivo), o incluso blogs.
- El producto final debe mostrar cómo la historia se expande por diferentes medios y cómo los jugadores interactúan con ella.
Entrega:
Comparte enlaces o archivos que permitan vivir la experiencia. Incluye:
- Una sinopsis narrativa.
- Reglas del juego.
- Plataforma principal donde se inicia o navega la experiencia.
- Una reflexión: ¿Qué impacto buscas generar? ¿Cómo se articula la historia con los aprendizajes del curso?
Puedes inspirarte en ejemplos de aprendizaje basado en misiones, juegos de rol pedagógicos o narrativas participativas en redes sociales.
Recuerda: Más allá del formato que elijas, este ejercicio es una oportunidad para experimentar, equivocarte, aprender y comunicar desde tu identidad. No se busca perfección técnica, sino autenticidad y sentido.
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16.3 Presentación de proyectos finales y cierre del curso
Llegamos al final de este recorrido. Y como todo cierre significativo, no solo se trata de entregar un producto terminado, sino de reflexionar sobre el proceso vivido y sobre las posibilidades futuras de lo que hemos creado.
Esta clase será un espacio de celebración, diálogo y visión a futuro (imagen 7). A lo largo de la sesión, cada estudiante o grupo compartirá su producto final: una infografía, un podcast o un recurso lúdico (como un juego educativo). Lo importante no será la forma, sino la intención comunicativa y la capacidad de proyectar tu contenido más allá de este curso.
Imagen 7 Reunión final Imagen 7 Reunión final
Nota. Ilustración de estudiantes compartiendo productos finales en una clase celebratoria con presentaciones de infografías, podcasts y recursos lúdicos]. Elaborado por Palacios, G. A. (2025). DALL-E 3.
Presentación del trabajo final
Cada participante presentará brevemente su proyecto respondiendo a estas preguntas orientadoras:
- ¿Qué aprendiste al transformar tus ideas en un contenido multimedia?
- ¿Qué decisiones creativas tomaste y por qué?
- ¿Cómo imaginas que este contenido podría compartirse o llegar a otros públicos?
Pero queremos que vayas más allá.
No se trata solo de mostrar tu producto como una tarea académica. Te proponemos pensar como creador, como emprendedor, como alguien que quiere generar impacto.
Imagina que tu infografía, podcast o juego tiene el potencial de ser difundido por toda tu institución. ¿Qué harías para lograrlo?
Del producto a la estrategia
Presentar un recurso no es solo subirlo a una plataforma. Implica también:
- Comunicar su valor: explicar qué problema resuelve o qué necesidad educativa atiende.
- Buscar aliados: convencer a otros docentes, autoridades o equipos para implementarlo.
- Visualizar su sostenibilidad: ¿se podría actualizar?, ¿reutilizar?, ¿monetizar?, ¿compartir como ejemplo de buenas prácticas?
No es lo mismo si tú manejas todo el proceso como autor independiente que, si necesitas aprobación institucional, financiamiento o respaldo. Esto implica habilidades de argumentación, diseño de pitch, visión estratégica y gestión del cambio educativo.
Compromiso final y autoevaluación
Para cerrar esta etapa, te invitamos a redactar:
Una autoexploración: ¿cuál fue tu mayor aprendizaje en este curso?
Un compromiso personal: ¿cómo aplicarás lo aprendido en tu espacio laboral o comunitario?
Y si te animas, una propuesta de futuro: ¿cómo transformarías tu producto final en una iniciativa replicable o financiable?
Reflexión final:
Crear contenido digital hoy es una forma de participación cultural. Pero también es una posibilidad de generar cambio, emprendimiento y comunidad. A través de estas herramientas, podemos no solo enseñar: podemos generar impacto, contagiar entusiasmo y construir valor educativo compartido.
Reflexiona sobre cómo las narrativas y los elementos lúdicos pueden potenciar el aprendizaje en temas complejos como la ciudadanía global. ¿Has considerado utilizar historias interactivas o juegos para abordar estos contenidos?
Aprende más
Para conocer más sobre Gamificación y transmedia en Ciudadanía Global, puedes ver el siguiente video ¡Accede aquí!
Piensa en cómo podrías adaptar las estrategias presentadas en el video a tu contexto educativo. ¿Qué elementos de gamificación y narrativa transmedia podrías incorporar en tus propias actividades o proyectos?
Aprende más
Para conocer más sobre 20 herramientas para la curación de contenidos, puedes leer el siguiente artículo ¡Accede aquí!
El artículo presenta una selección de herramientas digitales útiles para la curación de contenidos educativos, como Wakelet, Scoop.it y Feedly. Estas plataformas permiten organizar, filtrar y compartir información de forma efectiva, facilitando el trabajo de docentes y creadores de contenido en entornos digitales.
Profundiza más
Este recurso te ayudará a enfatizar sobre Crear es transformar – diseño con intención y ética digital ¡Accede aquí!
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Actividades
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Material extra
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Bienvenidos a PUCE CAFÉ: Un Espacio Abierto para la Participación y Reflexión
PUCE CAFÉ es un espacio diseñado para fomentar la conversación abierta y el intercambio de ideas entre los participantes del aula virtual. Aquí, les invitamos a reflexionar sobre los temas abordados, plantear preguntas, y compartir inquietudes sobre los contenidos trabajados.
Este es el lugar perfecto para aclarar dudas, profundizar en conceptos y mejorar la comprensión de los temas. Pueden discutir aspectos como la incorporación de multimedia en Moodle, la organización y categorización de contenidos, y las mejores prácticas para mejorar la accesibilidad y la experiencia de usuario en entornos de aprendizaje virtual.
Recuerden, no existen preguntas incorrectas; cada aporte, ya sea una pregunta o comentario, contribuye a enriquecer la experiencia de aprendizaje colectiva. Los animamos a participar activamente, ya que, además de contar con nuestro apoyo, también pueden aprender de los conocimientos y experiencias compartidas por sus compañeros.
¡Esperamos sus preguntas y comentarios para seguir construyendo juntos este proceso de aprendizaje!
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Recurso Educativo Digital (RED)Material digital creado o adaptado con intención pedagógica, diseñado para apoyar procesos de enseñanza y aprendizaje. Puede presentarse en diversos formatos: texto, imagen, audio, video, simulaciones, juegos o entornos interactivos.TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación)Herramientas tecnológicas que permiten acceder, transmitir, almacenar y procesar información. Suelen tener un uso instrumental. Ejemplos: Zoom, Google Drive, YouTube, navegadores web.TAC (Tecnologías del Aprendizaje y el Conocimiento)Tecnologías que se integran con estrategias pedagógicas para generar aprendizajes significativos. Promueven la participación activa del estudiante. Ejemplos: Moodle, Genially, Edpuzzle, Kahoot.TEP (Tecnologías del Empoderamiento y la Participación)Tecnologías orientadas a la acción social, el pensamiento crítico y la transformación. Se centran en la participación ciudadana y la producción colectiva de saberes. Ejemplos: campañas digitales, blogs colaborativos, proyectos con enfoque social.Intención pedagógicaFinalidad educativa explícita que orienta el uso de un recurso o estrategia. Es lo que transforma una herramienta tecnológica en un medio para enseñar y aprender.Alfabetización digital críticaCapacidad no solo para usar tecnologías, sino para comprender sus fines, evaluar sus impactos y emplearlas con criterios éticos, inclusivos y pedagógicos.InfoxicaciónSobreabundancia de información que dificulta la comprensión, el análisis y la toma de decisiones. Puede generar fatiga cognitiva y dispersión en el aprendizaje.Mediación docenteIntervención pedagógica que guía, contextualiza y orienta el uso de recursos educativos, garantizando su aprovechamiento significativo.Tecnologización del currículoProceso en el que se introducen tecnologías en el aula sin transformar la lógica pedagógica. Puede llevar a una digitalización superficial del contenido.Ciudadanía digitalConjunto de habilidades y actitudes necesarias para participar activamente, con responsabilidad y sentido crítico, en entornos digitales.Aprendizaje significativoTipo de aprendizaje en el que los nuevos conocimientos se relacionan con saberes previos de forma coherente, favoreciendo su comprensión y aplicación.EducomunicaciónEnfoque que integra comunicación y educación para formar ciudadanos críticos, capaces de producir y analizar mensajes en múltiples lenguajes.
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Plataforma de aprendizajeEspacio virtual estructurado que organiza y gestiona contenidos y actividades educativas, facilitando procesos de enseñanza y evaluación.GamificaciónUso de dinámicas, mecánicas y elementos propios del juego en contextos no lúdicos, como la educación, con el fin de motivar y mejorar el aprendizaje.UsabilidadFacilidad con la que un usuario puede interactuar con un entorno digital. Afecta la accesibilidad, eficiencia y satisfacción del usuario.Propósito pedagógicoIntención educativa explícita en el diseño de recursos o actividades, orientada a promover el aprendizaje significativo.LMS (Learning Management System)Sistema de gestión de aprendizaje. Es una aplicación o software que permite planificar, distribuir, organizar y evaluar actividades educativas en línea. Ejemplos de LMS son Moodle, Google Classroom y Blackboard.
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Alfabetización mediáticaProceso de adquisición de habilidades críticas para analizar, evaluar y producir contenidos en distintos medios de comunicación.Aplicaciones móviles educativasHerramientas digitales diseñadas para dispositivos móviles que facilitan el aprendizaje autónomo o guiado en diversas áreas temáticas.Competencia digitalConjunto de habilidades necesarias para el uso crítico, responsable y creativo de las tecnologías digitales en contextos personales, sociales y educativos.EducomunicaciónCampo interdisciplinario que integra educación y comunicación para fomentar procesos pedagógicos participativos, dialógicos y críticos.GamificaciónUso de elementos del juego (puntos, recompensas, misiones) en contextos educativos para motivar y dinamizar el aprendizaje.MultimediaIntegración de diferentes tipos de medios (texto, imagen, audio, video, animación, interactividad) en un mismo recurso para enriquecer la enseñanza y el aprendizaje.Paradigma Pedagógico Ignaciano (PPI)Enfoque educativo basado en cinco momentos: contexto, experiencia, reflexión, acción y evaluación, orientado a la formación integral de la persona.PodcastArchivo de audio digital que puede escucharse en línea o descargarse, usado en educación para la difusión de contenidos, entrevistas o debates temáticos.Presentación interactivaRecurso visual digital que incorpora elementos multimedia y permite la interacción del usuario a través de navegación no lineal, hipervínculos y cuestionarios.TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación)Conjunto de herramientas tecnológicas utilizadas para gestionar, procesar y transmitir información en formatos diversos.
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Alfabetización informacionalConjunto de habilidades necesarias para reconocer cuándo se necesita información, localizarla, evaluarla y utilizarla de manera ética y crítica.Biblioteca digitalPlataforma en línea que almacena, organiza y proporciona acceso remoto a documentos como libros, artículos, mapas, imágenes y otros recursos educativos.Repositorio digitalEspacio virtual destinado a conservar, clasificar y difundir documentos académicos o científicos, con criterios de acceso abierto.Operadores booleanosComandos utilizados en motores de búsqueda que permiten combinar o excluir términos para refinar los resultados (por ejemplo, AND, OR, NOT).Curaduría de contenidosProceso de seleccionar, organizar y compartir información relevante y confiable, especialmente en entornos digitales.Bases de datos académicasPlataformas especializadas que reúnen artículos, tesis, libros y otros documentos de carácter científico y validado.Ciencia abiertaMovimiento que promueve el acceso libre y gratuito a los resultados de investigaciones científicas y académicas.
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TAC (Tecnologías del Aprendizaje y el Conocimiento)Tecnologías digitales cuyo fin principal es promover aprendizajes significativos, colaborativos y contextualizados, más allá de la simple transmisión de información.Simulación educativaRepresentación interactiva de procesos, fenómenos o situaciones reales o hipotéticas, que permite a los estudiantes aprender mediante la experimentación segura.Entorno virtualEspacio digital diseñado para la interacción, colaboración y construcción de conocimiento entre docentes y estudiantes.VideoconferenciaHerramienta de comunicación que permite realizar encuentros en tiempo real a través de audio y video, facilitando clases sincrónicas, tutorías y trabajo colaborativo a distancia.Aula virtualPlataforma en línea que organiza recursos, actividades y evaluaciones educativas, favoreciendo la enseñanza asincrónica y la interacción pedagógica digital.Aprendizaje activoEnfoque pedagógico en el que el estudiante participa de manera directa y reflexiva en la construcción del conocimiento, a través de experiencias significativas.GamificaciónUso de elementos de juego en contextos educativos para aumentar la motivación, la participación y el compromiso del estudiante.Aprendizaje basado en la experienciaEstrategia que promueve el conocimiento a través de la acción, la reflexión y la resolución de problemas en entornos reales o simulados.
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Alfabetización visualProceso de aprendizaje que permite leer, interpretar, analizar y producir mensajes visuales de forma crítica y consciente.Balanza visualDistribución de los elementos visuales dentro de una composición, relacionada con el principio de equilibrio.ComposiciónOrganización intencional de elementos visuales en un espacio determinado para comunicar un mensaje.ContrasteDiferencia perceptible entre elementos visuales (color, tamaño, forma), que genera énfasis y jerarquía.Diseño bidimensionalDiseño basado en dos dimensiones (alto y ancho), centrado en la disposición plana de elementos gráficos.EquilibrioDistribución del “peso visual” en un diseño, que puede ser simétrica, asimétrica o radial, para generar armonía.Estructura visualEsqueleto invisible que organiza y da coherencia a los elementos de una pieza gráfica.FormaElemento visual básico que puede ser geométrico, orgánico o abstracto, y que comunica de manera simbólica o funcional.SemióticaDisciplina que estudia los signos y su capacidad para construir sentido dentro de sistemas de comunicación.SignoUnidad compuesta por un significante y un significado; puede ser un ícono, un índice o un símbolo.Signo sacramentalElemento natural que, en contextos religiosos, expresa una realidad espiritual a través de su función concreta.SímboloTipo de signo cuyo significado es cultural, arbitrario y aprendido por convención social.UnidadSensación de cohesión entre los elementos de un diseño que permite percibirlo como un conjunto coherente.
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Jerarquía visualPrincipio de diseño que organiza los elementos de un mensaje en función de su nivel de importancia, guiando la atención del lector a través del tamaño, color, ubicación o estilo.ContrasteRecurso visual que permite diferenciar elementos entre sí mediante variaciones de color, forma, tamaño o tipografía, aumentando la legibilidad y el impacto del mensaje.AlineaciónOrganización ordenada de los componentes de un diseño respecto a una guía visual, que proporciona estructura, coherencia y claridad.RepeticiónUso constante de ciertos elementos gráficos (como colores, formas, íconos o tipografías) para generar cohesión visual y reforzar una identidad comunicativa.PlantillaFormato prediseñado que ofrece una estructura visual estandarizada, útil para agilizar el diseño, pero que puede limitar la originalidad y adaptación contextual.Composición visualDisposición estratégica de elementos gráficos en un espacio determinado con el fin de construir un mensaje claro, funcional y estéticamente coherente.Curaduría críticaProceso reflexivo y selectivo aplicado a contenidos digitales y visuales que busca no solo presentar información, sino interpretarla y contextualizarla (Burdick et al., 2012).
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AficheMensaje visual que comunica una idea de manera directa a través de una imagen principal, un título breve y un llamado a la acción.Autoría visualProceso de creación de productos visuales originales que expresan una postura personal o colectiva frente a un tema.CómicNarrativa gráfica que combina imágenes secuenciales y texto breve para contar una historia, transmitir emociones o provocar reflexión.Jerarquía visualOrganización intencional de los elementos gráficos para guiar la mirada del receptor hacia lo más importante del mensaje.SimbologíaUso de signos, colores e íconos con significados culturales o emocionales específicos que refuerzan el contenido visual.Postura críticaActitud reflexiva frente a los temas representados, que implica reconocer, cuestionar y construir realidades a través del diseño visual.Ritmo narrativoFlujo de secuencias visuales en un cómic o en mensajes gráficos que estructura cómo se desarrolla y percibe una historia.
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Diseño visualProceso de construcción gráfica que combina elementos de texto, imagen, color y composición para comunicar un mensaje o concepto de manera efectiva.Herramientas de diseño digitalAplicaciones o plataformas en línea que permiten crear piezas gráficas, visuales o audiovisuales de manera accesible y sin necesidad de conocimientos avanzados en diseño.InfografíaRepresentación gráfica de datos o información que busca sintetizar y comunicar de forma rápida, atractiva y comprensible.Inteligencia artificial (IA)Tecnología que emula funciones cognitivas humanas como el aprendizaje, la generación de imágenes o el procesamiento de lenguaje natural, aplicada aquí en procesos de creación visual.Narrativa transmediaEstrategia de comunicación que desarrolla una historia a través de múltiples plataformas de medios, donde cada formato aporta elementos únicos y complementarios a la narrativa general.GamificaciónIncorporación de elementos y dinámicas propios de los juegos en contextos no lúdicos, como la educación, para aumentar la motivación, la participación y el aprendizaje.Prototipo visualRepresentación preliminar de una idea o concepto a través de formatos gráficos, que permite experimentar y ajustar mensajes antes de su versión final.Proceso creativoConjunto de etapas mediante las cuales se genera, desarrolla y concreta una idea original, implicando inspiración, experimentación, evaluación y ejecución.
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AfichesDiseños visuales que combinan imágenes y texto para transmitir un mensaje de manera clara, impactante y efectiva.CómicsNarrativas visuales estructuradas en viñetas que combinan ilustraciones y texto para contar una historia o transmitir un concepto.StoryboardSecuencia gráfica que representa visualmente los pasos o escenas de una historia, utilizada como guía para narrativas audiovisuales o multimedia.Trabajo colaborativoDinámica de trabajo en la que todos los miembros de un grupo contribuyen de manera conjunta a alcanzar un objetivo común, integrando sus aportes de forma coordinada y dialogada.Trabajo cooperativoModalidad de trabajo en la que cada integrante del grupo asume una tarea individual, sin necesariamente integrarla de manera reflexiva con las demás partes.TallerEspacio pedagógico activo donde los participantes aprenden haciendo, creando, dialogando y experimentando a partir de problemas o proyectos concretos.RetroalimentaciónProceso de intercambio crítico-constructivo en el cual se ofrecen observaciones y sugerencias sobre un trabajo, con el propósito de mejorar su calidad o potenciar su desarrollo.Gerenciar el conocimiento de la inteligencia artificialConcepto que describe el rol del ser humano como director que administra, selecciona, dirige y cura la información producida por tecnologías digitales e inteligencia artificial, asegurando que la creación mantenga una impronta humana.
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Alfabetización digitalConjunto de habilidades necesarias para participar de forma crítica y activa en entornos digitales.Curaduría digitalProceso de selección, organización y difusión de información con criterios de relevancia y calidad.Drive colaborativoEspacio compartido en la nube donde múltiples personas pueden editar y gestionar archivos.Gestores de referenciasHerramientas que permiten organizar y citar fuentes bibliográficas de forma automática (por ejemplo, Zotero o Mendeley).Licencias Creative CommonsSistema de permisos legales para compartir contenidos digitales bajo ciertas condiciones específicas.Operadores booleanosComandos utilizados para optimizar búsquedas en línea mediante la combinación de palabras clave (AND, OR, NOT, etc.).RepositorioColección digital estructurada de información, accesible a través de plataformas que permiten su consulta, descarga o conservación.
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Curación de contenidoProceso de búsqueda, selección, organización y difusión de información digital que resulta relevante para una comunidad o red. En el contexto académico, implica discernir entre fuentes confiables y aportar valor interpretativo al compartir.Ética digitalConjunto de principios y valores que orientan el comportamiento responsable en entornos digitales. Abarca el respeto por los derechos de autor, la privacidad, la veracidad de la información y la interacción respetuosa con otros usuarios.LinkedInRed social profesional orientada al desarrollo de trayectorias laborales y académicas. Permite mostrar habilidades, compartir logros y participar en redes de interés. Su valor radica en la construcción estratégica y auténtica del perfil personal.ResearchGatePlataforma académica diseñada para que investigadores compartan sus publicaciones, interactúen con colegas y accedan a materiales científicos. Su uso en humanidades digitales promueve la visibilidad de investigaciones que combinan métodos tradicionales y digitales.Participación colaborativaForma de interacción activa en espacios digitales donde el conocimiento se construye colectivamente. Se basa en el diálogo horizontal, el intercambio de saberes y la cocreación de proyectos o contenidos.Redes sociales profesionalesPlataformas digitales que facilitan vínculos entre personas con intereses profesionales comunes. Se utilizan para difundir trayectorias, conectar con colegas, buscar oportunidades y contribuir a comunidades académicas o laborales.
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Alcance (reach)Número total de usuarios únicos que han visto una publicación. Esta métrica no indica si las personas interactuaron, solo que fueron expuestas al contenido. Es útil para saber hasta dónde está llegando tu mensaje.ConversiónAcción que realiza un usuario como resultado de una publicación, y que tú has definido previamente como objetivo: registrarse en un curso, descargar un material, completar un formulario, asistir a un evento o visitar tu sitio web. Mide el paso de la atención a la acción.Engagement (interacción)Indicador del nivel de involucramiento del público con tu contenido. Incluye “me gusta”, comentarios, veces que se comparte una publicación, guardados, clics y respuestas. Es una de las métricas clave para saber si tu contenido genera conversación y valor.Gestión de redes socialesProceso estratégico que implica planificar, crear, publicar, monitorear y analizar contenidos en plataformas digitales. No se trata solo de publicar, sino de construir relaciones sostenidas con comunidades específicas, alineadas a objetivos comunicacionales o educativos.InteracciónToda acción realizada por el público en respuesta a tu contenido: comentar, reaccionar, responder encuestas, compartir, guardar, enviar mensajes, etc. Las interacciones son señales de que hay una conexión con tu audiencia.MétricaDato cuantitativo que sirve para medir el rendimiento o impacto de una acción digital. Las métricas permiten evaluar qué funciona, qué no y qué puede mejorarse. Son aliadas clave para tomar decisiones informadas.Plataforma de RRSS (redes sociales)Servicios o aplicaciones en línea diseñados para compartir contenido y facilitar la interacción entre personas. Entre las más conocidas están Facebook, Instagram, X (antes Twitter), TikTok, LinkedIn y YouTube.Redes socialesEntornos digitales donde las personas crean, comparten e intercambian información, opiniones, experiencias o contenidos multimedia. También son espacios donde se construyen comunidades, identidades y discursos colectivos.Social listening (escucha social)Práctica de observar activamente lo que se dice en redes sociales sobre un tema, marca, proyecto o causa. Permite detectar tendencias, analizar sentimientos del público y anticipar necesidades o crisis comunicativas. Es una forma de lectura crítica del entorno digital.
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IA GenerativaTipo de inteligencia artificial diseñada para crear contenido original —como textos, imágenes, música o videos— a partir de patrones aprendidos durante su entrenamiento con grandes volúmenes de datos. Su funcionamiento se basa en la predicción estadística, no en comprensión semántica.PromptInstrucción escrita que se proporciona a un modelo de IA para guiar su respuesta o producción de contenido. Un prompt bien formulado es esencial para obtener resultados relevantes, coherentes y alineados con el objetivo del usuario.Gerencia del conocimiento asistida por IAProceso en el que el ser humano formula una necesidad o problema, la IA genera respuestas posibles, y luego el usuario evalúa, adapta o descarta esas propuestas. Este ciclo implica participación crítica, contextualización y toma de decisiones informadas.CoautoríaReconocimiento compartido de la creación de un contenido. En contextos de IA, implica declarar qué partes fueron generadas automáticamente y cuáles son resultado de la intervención humana.Sesgo algorítmicoTendencia de un sistema de IA a reproducir o amplificar prejuicios presentes en los datos con los que fue entrenado. Puede afectar la objetividad, equidad o inclusión del contenido generado.Transparencia digitalPrincipio ético que promueve declarar abiertamente el uso de tecnologías digitales, las herramientas empleadas y el rol que cada agente (humano o automático) ha tenido en la creación de un producto.Plagio tecnológicoApropiación indebida de contenido generado por herramientas digitales —como modelos de IA— sin reconocer su procedencia o sin declarar su uso. Puede incluir también el uso de IA para reformular o parafrasear sin citar.Aprendizaje automático (machine learning)Rama de la inteligencia artificial que permite a los sistemas “aprender” a partir de datos, identificando patrones para predecir resultados o generar respuestas. A diferencia del aprendizaje humano, no implica comprensión, intención ni conciencia.
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TEP (Tecnologías del Empoderamiento y la Participación)Conjunto de herramientas y prácticas digitales que promueven la participación, la creación colaborativa y el empoderamiento ciudadano.Blog educativoPlataforma en línea donde se publican reflexiones, recursos y experiencias relacionadas con la educación.WikiSistema de creación de contenidos colaborativos en línea, donde múltiples usuarios pueden editar y mejorar textos.Código abiertoModelo de desarrollo de software que permite a cualquier persona acceder, modificar y compartir el código fuente.GitHubPlataforma para alojar proyectos de software colaborativos basados en código abierto.EdiciónEvento donde varias personas se reúnen para editar contenidos digitales, especialmente en Wikipedia.Curación de contenidosProceso de búsqueda, selección, organización y difusión de información relevante.Solidaridad digitalPrincipio ético que promueve el acceso abierto y el uso responsable del conocimiento y las herramientas digitales.
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InfografíaRepresentación gráfica que combina texto e imagen para explicar ideas complejas de manera clara y sintética.PodcastArchivo de audio digital que se distribuye por internet, generalmente en formato de serie, utilizado para transmitir contenidos narrativos, educativos o de entretenimiento.Edición de audioProceso de cortar, mejorar y reorganizar archivos sonoros para lograr un producto final coherente y de calidad.Creative CommonsTipo de licencia que permite a los creadores ceder algunos derechos de uso de sus obras, promoviendo la circulación ética de contenidos digitales.Narrativa digitalForma de contar historias utilizando medios digitales como texto, imagen, video, audio y animaciones, combinando lenguajes y formatos para enriquecer el mensaje.Producción multimediaIntegración de diferentes formatos (texto, imagen, audio, video) en un solo producto comunicativo, pensado para ser difundido en plataformas digitales.CapCut / Clipchamp / Anchor / Canva / PiktochartHerramientas digitales ampliamente utilizadas para la creación, edición y publicación de contenidos multimedia, tanto visuales como sonoros.Ética digitalConjunto de principios que orientan el comportamiento responsable en entornos digitales. Incluye el respeto por los derechos de autor, la privacidad de los usuarios y la veracidad de la información.Ciudadanía digitalCapacidad de participar activamente en entornos digitales de manera ética, crítica y responsable, comprendiendo los derechos, deberes y posibilidades que ofrecen las tecnologías de la información.
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Idealización y Ejecución
Coordinación del Proyecto:
Javier CarreraCoordinación Administrativa:
Ana María PeñaCoordinación de Producción:
Fernando SpirituGenerador de contenido académicoMgtr. Gustavo Arquelino Palacios Mieles.
ProducciónDiseño Multimedia
- Irvin Villavicencio
- Hans Yépez
Diseño Instruccional
- Salomé Palacios
- Christian Ñacato
Tecnología de la Información
- Juan Andrade
- Carlos Guamán
Soporte y ExperienciaSoporte en aulas
- Alex Tomarema
- Adrián Yépez
Acompañamiento
- Gabriela Yánez
Experiencia de usuario
- Katherine Ramos
Marketing y FinanzasFinanciero
- María José Maldonado
Marketing
- Camila Flor
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