La inteligencia artificial (IA) es un recurso muy potente que se puede utilizar tanto para proteger como para agredir en el ámbito de la ciberseguridad.
En el ámbito de la seguridad, la IA nos ayuda facilitando la identificación anticipada de amenazas al analizar una cantidad muy grande de datos en tiempo real.
Estos sistemas inteligentes son capaces de detectar patrones que son inusuales, previenen ataques antes de que sucedan y estos también se ajustan automáticamente a nuevas amenazas. Asimismo, ayudan en la verificación biométrica, la evaluación de vulnerabilidades y las respuestas rápidas ante incidentes. Aun asi, los criminales cibernéticos también emplean la ayuda de la Inteligencia artifical para optimizar sus ofensivas. Por ejemplo, desarrollan un malware que se ajusta a cualquier antivirus, ejecutan varios ataques de phishing más realistas utilizando procesamiento de lenguaje natural, o automatizan ataques de fuerza bruta y analizan el sistema de redes.
La ciberseguridad se convierte así en una constante lucha entre defensores y atacantes que usan IA, donde la actualizarse y la educación son un continuo aprendizaje para asegurar la protección.