El método científico aporta un enfoque sistemático que es clave para el desarrollo de tecnologías seguras y funcionales. En ciberseguridad, por ejemplo, cuando queremos diseñar un nuevo sistema de detección de intrusos, no podemos simplemente crear una herramienta basada en la intuición. Necesitamos seguir pasos claros: primero observamos las amenazas actuales, luego proponemos una hipótesis sobre cómo se pueden detectar mejor.