Para que en un mercado exista la competencia perfecta deben haber muchos compradores y vendedores y ninguno puede influir individualmente en el precio del mercado; los productos deben ser homogéneos, es decir, deben ser idénticos o muy similares, lo que significa que los consumidores no tienen preferencia por un vendedor sobre otro; las empresas pueden entrar o salir del mercado fácilmente sin barreras significativas; y, todos los participantes tienen acceso a la misma información sobre precios, calidad y condiciones del mercado.
En un mercado de competencia perfecta, un productor debe trabajar en maximizar sus beneficios para lograr alcanzar sus metas, esto se consigue ajustando sus niveles de producción a un precio que es determinado por el mercado, ya que todas las unidades de producto se venden al mismo precio, sin que ninguna empresa individualmente pueda influir en él.