Compañera Calala, en respuesta a tu pregunta considero que el consumo de leche está siendo afectado principalmente por varios factores económicos y sociales. Uno de ellos es el cambio en las preferencias de los consumidores. Actualmente muchas personas buscan alternativas como las bebidas vegetales (soya, almendra, avena) debido a preocupaciones por la salud (intolerancia a la lactosa, dietas veganas) y el impacto ambiental de la ganadería. Este fenómeno hace que la demanda de leche sea más elástica, porque existen más sustitutos cercanos que los consumidores pueden elegir si el precio de la leche aumenta o si sus hábitos cambian.
Desde la perspectiva microeconómica, esto también puede analizarse con la estática comparativa. Si el precio de los sustitutos baja o el ingreso de los consumidores cambia, podemos ver un desplazamiento en la curva de demanda de la leche. Es decir, los productores deben considerar no solo los precios, sino también cómo las tendencias y la competencia afectan la cantidad demandada.
Para evitar que el consumo siga disminuyendo, pienso que los productores deberían implementar estrategias que aumenten el valor percibido de la leche. Por ejemplo, campañas informativas sobre sus beneficios nutricionales, innovaciones como leche deslactosada o enriquecida con vitaminas, y mejoras en los procesos de producción para ofrecer un producto más sostenible. Así podrían mantener su participación en un mercado que ahora es mucho más competitivo.